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El Madrid se rearma entre achaques

El conjunto de Laso aprieta los dientes para igualar (1-1) la final de la Liga Endesa ante el Barcelona

Faustino Sáez
Sergio Rodríguez progresa ante Sada.
Sergio Rodríguez progresa ante Sada.Víctor Lerena (EFE)

Se impuso la necesidad. Con más ganas que fuerzas, con más prosa que verso, cargado de golpes y achaques, con su entrenador en muletas y su estrella renqueante, el Madrid apretó los dientes para igualar la final ante un Barcelona que pasó de la solvencia a la apatía en 48 horas. Rearmado por dentro con la pareja Bourousis-Mejri y desatado por fuera de la mano de Rudy (17 puntos) y Sergio Rodríguez (8 asistencias), el conjunto blanco recuperó la firmeza defensiva para estirar una serie mayúscula cargada de talento y orgullo.

Defensa fue la palabra que acaparó el propósito de enmienda del Madrid tras el primer partido. Los de Laso, que durante la temporada regular encajaron 72,9 puntos de media por partido, habían bajado la guardia en playoffs y, tras los 98 puntos del Barça en el primer asalto, su contador de puntos recibidos marcaba una media de 87,1. Localizado el problema, se aplicaron en la solución y el resultado fue un comienzo cargado de intensidad y abnegación. Darden se encargó de poner los grilletes a Marcelinho, Rudy igualó las prestaciones de Navarro y Bourousis le ganó el baile a Tomic. La consecuencia fue un parcial de 20-8 y dos faltas en la mochila de Tomic.

R. MADRID, 87; BARCELONA, 78

Real Madrid (24+16+18+29): Rudy Fernández (17), Mirotic (4), Darden (12), Llull (4) y Bourousis (12) -equipo inicial-, Carroll (5), Rodríguez (12), Slaughter, Mejri (11), Díez, Draper y Reyes (10).

Barcelona (14+16+21+27): Marcelinho (11), Papanikolau (2), Navarro (15), Nachbar (7) y Tomic (4) -equipo inicial-, Dorsey (5), Sada (6), Abrines (2), Oleson (17), Lorbek (7), y Lampe (2).

Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Juan C. García y Carlos Peruga. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente al segundo encuentro de la final por el título, al mejor de cinco partidos, disputado en el Palacio de Deportes de Madrid, ante 11.871 espectadores

Pascual comenzó a buscar alternativas moviendo sus torres. Pero ni Nachbar era el del primer partido, ni Lampe estaba para trotes, ni Dorsey encontraba el punto de mesura, ni Lorbek encontraba su catálogo. Entre todos ellos emergió la figura de Mejri, que sacó lustre a sus 2,17m a base de carácter y descaro. El tunecino tomó el testigo de Bourousis, mantuvo las buenas constantes que anunció en el tramo final del primer choque y se hizo el dueño de la pintura coleccionando puntos, rebotes, tapones y mates. Agarrados al ímpetu de sus pívots los blancos se rearmaron bajo los aros (26-15 en rebotes, al descanso) y lubricaron su maquinaria en ataque con las primeras carreras de Sergio Rodríguez.

La espesura cambió de bando y el Barcelona se adentró en la nada: 10 puntos entre todo su juego interior (por los 20 del Madrid) y un pobre 2 de 14 en triples retrataban su atonía en la primera mitad (40-28, m. 19). Con Rudy enfrascado en debates arbitrales y Carroll desenfocado, tampoco parecía el día del perímetro madridista, pero el compromiso de su rotación superaba con creces a la azulgrana. Justo antes del descanso se sumó a la rueda Draper, tras más de dos meses lesionado, y su sola presencia, por el momento testimonial, consolidó el optimismo de los blancos que, a la vuelta de la caseta, se lanzaron a rematar la faena.

Con Rudy, ahora sí, como primer espada, el conjunto de Laso protagonizó una embestida febril ante su destemplado rival. El alero mallorquín se puso el traje de luces y con 12 puntos en siete minutos lanzó a su equipo hasta una máxima renta de 15 (52-37, m. 25). Pero un mal apoyo le envió al banquillo lesionado. A su fisura en un dedo, su golpe en un codo y sus achaques de espalda, Rudy añadía los problemas en el pie derecho. Un esguince que torció los planes del Madrid. [Después del partido el alero, cojeando,explicó que había tenido un bloqueo en el astrágalo y que confía estar plenamente recuperado para el partido del martes].

Aturdidos, los blancos concedieron un parcial de 0-9 que ajustó el pulso (56-51, m. 29). Dorsey falló el mate que hubiera puesto al Barcelona a tres y el Madrid recuperó la compostura. Mientras Rudy se ponía en manos de los fisios, llegó una ráfaga de triples protagonizada por El Chacho que estiró la diferencia (69-57, m. 33). Se resistieron Oleson y Navarro a firmar la rendición (32 puntos entre ambos), pero Felipe Reyes gestionó el tramo final y selló el empate rumbo a Barcelona.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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