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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El yo por el nosotros (haciendo historia)

Dicen que no hay dos sin tres. Tercera final consecutiva en tres años: plata olímpica, oro en el Mundial y ahora, oro europeo. ¡Qué locura!

Las jugadoras españolas celebran el título tras ganar a Holanda.
Las jugadoras españolas celebran el título tras ganar a Holanda.afp

Dicen que no hay dos sin tres. Tercera final consecutiva en tres años: plata olímpica, oro en el Mundial y ahora, oro europeo. ¡Qué locura!

Estoy segura de que aún no somos conscientes de lo que estamos consiguiendo. Cuando el árbitro pitó el final del partido contra Holanda nos abrazábamos en el agua, sonreíamos unidas (un adjetivo que caracteriza a este equipo) y nos rondaba el "no me lo creo". Es difícil darse cuenta de la magnitud de esto; siempre decimos que cuando vemos las noticias y salen imágenes nuestras, cuando escuchamos la radio o cuando la gente nos reconoce somos más conscientes de que la historia que estamos escribiendo es algo más grande de lo que imaginamos.

Seguiremos dando lo mejor de nosotras porque si algo tenemos es ambición e ilusión por seguir creciendo

Nos reíamos cuando salimos de la piscina y vimos los whatsapps, los tuits, las menciones y los Me gusta de Facebook porque ¡les juro que se reproducían! Pero tampoco saben cuánto les agradecemos estos gestos. Nos siguen llegando y nos hacen sentir muy bien. Unos nos felicitan por los triunfos y otros nos dan las gracias por lo que estamos haciendo por el waterpolo. Este deporte ha pasado por momentos muy buenos y, en cambio, no solo pasa desapercibido, a veces es tan desconocido que nos han llegado a preguntar si waterpolo es "eso del caballo". Sí, supone mucho trabajo darlo a conocer pero les invito a que nos sigan, a que nos vean jugar y a que se enamoren de este deporte como lo estamos nosotras. 32 minutos peleando en el agua es duro, pero muy bonito. También están los que ya se han enamorado: nos dicen que ahora nos van a echar de menos, que nos quieren y que se han emocionado con nosotras. Este tipo de mensaje te llena y satisface como no se pueden imaginar. Cuando eres pequeño disfrutas jugando, pero si te dicen que en unos años harás disfrutar tanto a la gente con tu juego no te lo crees. Crear ese sentimiento especial con la gente que nos sigue es algo increíble, algo que te empuja a seguir luchando día a día y a trabajar cada detalle para mejorar.

Mejorar y disfrutar. Eso nos recuerda constantemente nuestro entrenador Miki Oca y a lo que le puso especial énfasis en la semifinal y final. Nos dijo que este reto, el Europeo, era algo que todas queríamos, nuestro objetivo desde el primer día que empezamos a entrenar este verano y que para ello había que trabajar durísimo, dejarse la piel y mejorar nuestros fallos. Pero, sobre todo, nos recordó que era momento de disfrutar, que era momento de que saliera lo mejor de nosotras. También lo hizo en los Juegos Olímpicos y en el Mundial. Recuerdo la entrevista que le hice en esta última competición en la que me dijo que si cuando el árbitro pitara el final nos veía sonreír, él sería muy feliz.

Mejorar y disfrutar. Eso nos recuerda constantemente nuestro entrenador Miki Oca y a lo que le puso especial énfasis en la semifinal y final

Y ahora nosotras somos muy felices. Budapest era el escenario perfecto para un Europeo. En Hungría el waterpolo se respira por donde pasas. Llegábamos al hotel, encendíamos la televisión y rebosaban anuncios con jugadores de waterpolo como protagonistas. Las gradas se llenaban a diario tanto para el masculino como para el femenino. La magia se contagiaba y nosotras nos contagiamos de ella.

De todas formas, nada sería posible si no fuéramos un equipo dentro y fuera del agua. Les prometo que cada una de mis compañeras y todo el cuerpo técnico desprende algo especial. Uno de estos días, mientras estábamos en la habitación leí algo que creo que podría definirnos: los buenos equipos acaban por ser grandes equipos cuando sus integrantes confían los unos en los otros lo suficiente para renunciar al yo por el nosotros.

Así, renunciando al yo por el nosotros, cumplimos eso del no hay dos sin tres. No sé qué pasara en las próximas competiciones, no sé sí volveremos a subir a un podio pero no me cabe duda de que trabajaremos duro para conseguirlo, como hemos hecho hasta el día de hoy. Seguiremos dando lo mejor de nosotras porque si algo tenemos es ambición e ilusión por seguir creciendo. Para este equipo no hay dos sin tres, ni sin cuatro, ni sin cinco... Porque a la pregunta de si no tenemos límites solo les puedo decir que el límite se lo marca uno mismo y, de momento, nosotras queremos seguir cambiando el yo por el nosotros y haciendo historia.

Mati Ortiz es defensora de boya de la selección femenina española de waterpolo y estudiante de periodismo en la UAB.

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