Día 11. Nacimiento y brindis al sol

Empecemos hoy por lo importante. Marc Gasol se ha ido a Barcelona para asistir al nacimiento de su hija, que se llamará Julia. Enhorabuena a los padres, al tío, a los abuelos y también al baloncesto femenino español, que si todo va bien, tendrá una Gasol allá por el 2030. Y ya sabemos lo que significa ese apellido. También agradecer a Julia que haya tenido el buen tino de anunciar su llegada en día descanso de la selección, a más de veinticuatro horas del partido de cuartos, lo que permitirá que Marc, al menos durante más o menos noventa minutos, pueda jugar sin distracciones ni interferencias emocionales más allá de las habituales.

Existen teorías que dicen que los deportistas pierden foco cuando son padres. Se basa el razonamiento es que hasta ese momento, su prioridad numero uno es su deporte, que les exige mucho y les obliga a darlo todo. No voy a explicar aquí lo que significa tener un hijo, que para eso ya están esos habituales de las páginas de sociedad que te cuentan sus paternidades como si ellos fuesen los únicos en pasar por esta experiencia y no supieses nada del tema. Pero es evidente que introduce, sobre todo el primero, un elemento nuevo en la vida y tirando de tópico, te cambia la vida. Quizás es exagerado eso de cambiar la vida, pero desde luego que, por lo menos, te sacude por dentro y te mueve escalas de valor. A mí da que la posibilidad de perder colmillo y niveles de exigencia es mayor si se trata de un deporte individual que colectivo (pienso en Federer o Djokovic) pero bueno, ahí lo dejo por si alguno quiere seguir el debate con sus amistades.

Ayer fue día de descanso entre octavos y cuartos, y hay que reconocer que llegados a la tercera semana de competición, estos parones por un lado se agradecen, pues la saturación de partidos es evidente, pero por otro lado suponen un inconveniente, sobre todo porque al no ofrecer nada la competición, los temas escasean. Si encima España lleva desde sábado sin saltar a la cancha, ni te cuento. Pero bueno, ahí está la Fiba para echar una mano. Ya tocamos el tema suficientemente en su momento pero la noticia de la apertura de un proceso disciplinario (qué bien suena) vuelve a ponerlo sobre la mesa. A mí qué queréis que os diga, eso del proceso disciplinario me parece un brindis al sol, algo tan inútil como son el 99% de las comisiones parlamentarias (sobre todo de casos en los que están envueltos la propia clase política) que dicen al principio que llegarán hasta el final y al final vemos que no han servido para nada. Eso sí, se tocan las trompetas al abrirlas y casi nunca nos enteramos cuando se cierran, si es que se cierran alguna vez o simplemente mueren de inanición.

¿Qué puede hacer la FIBA en este tema? Verse mil veces el video del partido y confirmar lo que ya sabemos, que Australia no se dejó la piel para ganar. Vale, ¿y qué? Salvo que uno de los integrantes del equipo confiese que hubo directrices precisas para perder, cosa que no es necesaria pues todo el equipo australiano tenían claro lo que significa, el caso está perdido, pues las coartadas hacen indemostrable el fraude.

Cuartel general de la FIBA. Interrogatorio al entrenador australiano.

¿Cómo es posible que pasasen de meter 42 puntos y ganar de 13 en la primera parte a encajar 62 y terminar perdiendo en la segunda?

En el primer tiempo jugamos muy bien, pero en el segundo los angoleños fueron superiores y nos ganaron merecidamente. Cometimos muchos errores.

¿Por qué no jugaron fulanito y menganito, los dos mejores hombres del equipo?

Quería darles descanso y reservarles para el cruce de cuartos. Han jugado muchos minutos, andaban con alguna que otra molestia y no quería arriesgar

¿Niega que jugasen a perder?

Por favor, nadie juega a perder. Somos deportistas.

Para completar su defensa, la federación australiana emite un comunicado donde se rasga las vestiduras por las acusaciones con frases como “las afirmaciones son altamente especulativas y es insultante para la cultura deportiva de Australia”, “pocos delitos son percibidos como más dolorosos que insinuar que el deporte australiano da menos del ciento por ciento en todo momento”, “los jugadores australianos son reconocidos por su tenacidad, la competitividad y el hambre de ganar" y "el baloncesto australiano apoya un juego limpio, el jugar para ganar, y sobre todo, la integridad en el deporte". Tópico, tras tópico, tras tópico. Frase repetidas cada vez que hay un tema de este, muy parecidas a las que soltaron la delegación española con respecto al España-Brasil de los juegos de Londres.

Total, que dado que a la FIBA le va a resultar imposible demostrar nada, le damos carpetazo al asunto y hasta el próximo campeonato. Muchos seguiremos pensando que, en este caso Australia, y en otros campeonatos otros equipos, eligieron camino dejándose llevar y que también les asiste el derecho a hacerlo. Ah, y que se pongan como se pongan, seguirá pasando.