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“Yo espero jugar la próxima jornada”

Keylor Navas se muestra confiado tras su estreno oficial y Ancelotti no resuelve la incógnita de la portería para la próxima jornada ante el Villarreal

Diego Torres
Keylor Navas intenta atrapar el balón
Keylor Navas intenta atrapar el balónJuanJo Martin (EFE)

Similar a un muñeco de cera, reluciente, impasible, la mirada fija, sereno, sin mover un músculo, Keylor Navas salió del Bernabéu absolutamente seguro de su destino. “Yo”, dijo, “siempre espero jugar la próxima jornada. Trato de entrenar como si fuera el número uno para que cuando las oportunidades lleguen no me tomen por sorpresa”.

Hay experimentos que traspasan el límite de la extravagancia. No todos pueden permitírselos en la Liga española. Hace falta tener exceso de recursos. Como el Madrid, que acaba de aprobar el presupuesto más grande de la historia de las instituciones deportivas mundiales, con más de 600 millones de euros en ingresos anuales. Es imprescindible, además, enfrentarse con un club como el Elche, cuyos ingresos rondan los 30 millones. Entonces sí se pueden hacer experimentos, e incluso cosas raras, como rotar porteros, si es que lo que se vio en la noche de ayer en el Bernabéu fue una rotación. Porque, ¿qué es una rotación? Si es una alternancia con fines de regeneración física, en la portería, el puesto que menos desgasta, no tiene sentido. Si es un cambio coyuntural para estimular la competencia, tampoco tiene sentido tratándose de Casillas, un hombre cuestionado desde multitud de sectores que necesita de todo menos sentirse amenazado por el entrenador. La presencia de Keylor Navas en el arco local solo tuvo una justificación razonable: el técnico, Carlo Ancelotti, considera que el costarricense está mejor preparado que Casillas. En ese caso, no tendría sentido que Casillas regrese el sábado que viene en El Madrigal, como se rumorea desde algunos sectores.

Keylor debutó con el Madrid, por tanto, en un partido oficial. Lo hizo con 27 años, uniforme azul oscuro y botas amarillas fluorescentes. En el primer cuarto de hora realizó su primera parada, al catalán Víctor Rodríguez Romero, que le lanzó una falta directa. El balón fue al palo del portero, sin demasiada fuerza. Botó antes de que Navas lo atrapara en dos tiempos. El público lo aplaudió. Poco después Navas volvió a bautizarse. Esta vez encajó su primer gol como madridista. De penalti. Obra de Albacar. Fue el 0-1.

Ancelotti no desveló quién jugará en la meta el sábado contra el Villarreal

La actuación del costarricense fue correcta. Sin estridencias. Sin que lo pusieran a prueba con un solo remate verdaderamente digno de recordarse. “Estoy muy agradecido con Dios porque es una oportunidad muy bonita”, dijo, apenas salió del vestuario, duchado, afeitado con esmero, la piel brillante, la frente despejada y bien peinado. “Esto es un privilegio”, continuó. “Llevar la camiseta del Madrid representa muchísimo. Salgo muy contento a pesar de que no tuvimos mucho trabajo”, contó.

“El míster me lo dijo ayer”, recordó Keylor. “Yo estoy siempre muy deseoso de tener estas oportunidades. Con Iker no he hablado. Tenemos una buena relación pero no hay mucho que hablar de estos temas. Estoy muy tranquilo. En ningún momento quiero hacer polémica ni llevarme mal con nadie. Siempre me ha gustado trabajar, esforzarme y ganarme las cosas. Estoy aquí para entrenar fuerte y demostrar a los técnicos que puedo jugar. En el momento en que me den la oportunidad lo daré todo como si fuera el último partido de mi vida. No miro más allá. Pero ojalá tenga más minutos en el futuro”.

Apenas parpadeaba, apenas movía los labios mientras respondía a preguntas que le podían meter en un berenjenal. “Yo me considero como un miembro más del grupo”, dijo, cuando le preguntaron si había venido para ser suplente de Casillas. “No me siento ni más ni menos que nadie. Respeto a todos mis compañeros. Yo tengo mis metas, mis sueños, mis capacidades. Cuando uno estudia para un examen se siente preparado. Entreno fuerte, me preparo bien para cada partido, y el trabajo me respalda. Las cosas pueden salir bien, mal o regular. Pero en mi conciencia estaré tranquilo porque llegaré lo mejor preparado posible para que las cosas me salgan bien”.

Chamartín vivió una noche plácida, crispada solamente por los absurdos pitos a Casillas cuando lo mencionó la megafonía

“Ya veremos el sábado”, contestó Ancelotti cuando le preguntaron quién sería el titular en la porteria ante el Villarreal. “Tendremos tiempo para hablar otra vez de este tema”, dijo el técnico italiano que no tuvo reparos en anunciar que Modric y Benzema, que estuvieron en el banquillo ante el Elche, sí volverán al once en la próxima jornada.

Chamartín vivió una noche plácida, crispada solamente por los absurdos pitos a Casillas cuando lo mencionó la megafonía, antes del partido, y por los cánticos de la agrupación Ultras Sur contra el presidente Florentino Pérez. Este reducto de extremistas, desmantelado por el presidente después de tolerarlos durante una década, se infiltró en el último anfiteatro y se pasó el partido gritando "¡Florentino, dimisión!". Algunos socios, pocos, les respondieron con pitos. En el fondo sur, en lo alto de la bancada, el nuevo conglomerado de peñas llamadas "de animación", hicieron una demostración de sus progresos en el arte lírico. Los coros cada día le salen mejor a esta peña. Ayer, además, cantaron aquello de "¡Balón de Oro! ¡Cristiano, Balón de Oro!", mientras el portugués celebraba su tercer gol, de penalti (4-1), como si fuera una semifinal de la Champions. Solo le faltó quitarse la camiseta ante las cámaras para replicar la coreografía fisiculturista de Lisboa.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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