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A vueltas con el chasco de Florencia

A Valverde y Purito les aburre que les recuerden lo ocurrido en el Mundial de 2013

Carlos Arribas
Purito Rodríguez, el seleccionador, Javier Mínguez, y Alejandro Valverde.
Purito Rodríguez, el seleccionador, Javier Mínguez, y Alejandro Valverde.javier lizón (EFE)

En el corazón del Bierzo, y en sus alrededores, el ciclismo habla de cosas importantes.

Cadel Evans, el único australiano que ha ganado el Tour, y también el Mundial, anuncia que se retira en febrero porque ya está viejo (tiene 37 años); Eddy Merckx relata a quien se le acerca la operación de ablación a que se sometió después de que se le desbocara el corazón un día; Brian Cookson, el presidente, y su Unión Ciclista Internacional (UCI), conceden a Bergen (Noruega) los Mundiales de 2017 y envían a Madrid a los policías e investigadores del CIRC (Comisión independiente de reforma del ciclismo) y convocan a médicos y excorredores para que relaten sus experiencias con el dopaje, se chiven de compañeros, se autoinculpen, con el fin de elaborar un documento de punto final y comienzo de párrafo del nuevo ciclismo, un deporte en el que, creen, piensan, el dopaje no será sino una nota a pie de página; además, y varios años después de que se observara su necesidad, la UCI ha decidido crear su propio tribunal antidopaje para que dejen de ser las federaciones nacionales, que habitualmente tienden hacia la comprensión y el amor hacia sus ciclistas, las que sancionen en primera instancia: se ahorrarán así escándalos, habladurías y gastos ante el Tribunal Arbitral del Deporte, donde suelen acabar todos los casos.

Yo voy de líder y ya sé que me llevaré todos los palos, haga lo que haga" Alejandro Valverde

No muy lejos de Ponferrada, en O Barco do Valdeorras, donde se ha concentrado el equipo español, su líder, Alejandro Valverde, constata cómo en el Movistar, equipo por el que ha renovado tres años más, el futuro pasa cada vez más por el apellido Quintana: el gran Nairo tendrá desde el próximo año como ayudante a su paisano de Tunja (Colombia) Winner Anacona, que llega desde el Lampre, equipo con el que ganó en la Vuelta la etapa de Valdelinares el día que Nairo se convirtió en líder; y el pequeño Nairo, que se apellida Quintana y se llama Dayer, se prepara para debutar a lo grande en el Giro que el año pasado ganó su hermano.

Y, por supuesto, teniendo en cuenta que en una carrera de nivel "planetario" (así la define el alcalde de Ponferrada) el domingo se elegirá el arcoíris de 2015, en el Pazo de la selección también se habló de Florencia.

Alejandro Valverde y Luis León Sánchez, durante el reconocimiento del recorrido este jueves.
Alejandro Valverde y Luis León Sánchez, durante el reconocimiento del recorrido este jueves.JESUS RUBIO (AS)

Javier Mínguez, el seleccionador, se sentará a solas con Alejandro Valverde y Purito Rodríguez, los protagonistas de la tormenta florentina del año pasado (el final de un Mundial que dejó de plata y llorando en el podio al ciclista catalán y de bronce al murciano: ambos tras el portugués Rui Costa), les mirará a la cara, y a ellos les obligará también a mirarse y hablar, y les preguntará directamente qué piensan de la vida. "No creo que haya problemas entre ambos, creo que se llevan bien, pero es una conversación que creo necesaria", dice Mínguez. "Quiero que ambos hablen con claridad, que se comprometan, que digan que esperan del Mundial, qué esperan de sus compañeros". Será esta conversación el segundo acto del melodrama de la negación y la reconciliación, cuyas primeras escenas consistieron este jueves en una conferencia de prensa conjunta en la que ambos, dos ciclistas capaces de ganar el Mundial y encarnizados rivales en la Vuelta última y en cuantas carreras participan con sus respectivos equipos, Movistar y Katusha, mostraron, sin mirarse entre ellos, su cansancio por el continuo recuerdo de Florencia con que la prensa les despierta, declararon que los intereses de la selección están por encima de los propios y que de rivales, nada, que más bien son amigos, y que aceptaban encantados el papel que se les había asignado en la representación del domingo, pero sin egoísmos.

Soy ciclista y entiendo de ciclismo y sé cómo funciona esto. Soy un secundario" Joaquím Rodríguez

"Florencia es pasado. Hay que hablar del presente, de Ponferrada. Yo voy de líder y ya sé que me llevaré todos los palos, haga lo que haga, tercero, segundo y hasta si soy primero también me darán", dijo Valverde, que ha ganado cinco medallas en cinco Mundiales, pero nunca el maillot arcoíris. "Sin embargo, si a mitad de carrera veo que no soy el mejor Alejandro, puedo cambiar de papel y dejarle a Joaquim, que viene muy bien de la Vuelta, de protagonista". No se comprometió, sin embargo, Valverde a sacrificarse por su compañero y amigo, como tampoco Purito, quien hizo una declaración puramente profesional. "Soy ciclista y entiendo de ciclismo y sé cómo funciona esto", dijo el ciclista catalán, que ha corrido cinco Mundiales y ha sido segundo una vez y otra, tercero. "Sé cuál será mi rol, soy un secundario".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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