Un dopado lo es para siempre

¿Puede un exdopado ser el mejor atleta del año? Para Robert Harting, parece que no. El lanzador de disco alemán, campeón olímpico en Londres, protestó hace una semana ante la Federación Internacional de atletismo (la IAAF) por la inclusión de Justin Gatlin en la lista de los candidatos al premio al atleta más destacado del año. Tras quejarse, Harting, de 29 años, logró la semana pasada que el organismo internacional le retirase de la lista de candidatos al criticar el pasado de dopado del velocista estadounidense. “Estoy contento por mi nominación, pero me encuentro junto a un atleta que ha sido culpable de dopaje en el pasado y, por esa razón, pido ser retirado de la lista de la IAAF”, explicó el también triple campeón del mundo y dos veces mejor de Europa.

Gatlin, que tiene la mejor marca del año en los 100m (9,77s), arrastra la imagen de corredor que flirtea con el dopaje de forma repetitiva. El chico de Brooklyn, de 32 años, completó este año una temporada brillantísima. En ausencia de Usain Bolt ha sido el sprinter intocable de un verano que ha terminado imbatido en 16 competiciones de 100m y tres de 200m. La marca de 9,77s, la mejor del año atlético, conseguida en septiembre en Bruselas, iguala su mejor marca antes de la suspensión de cuatro años que cumplió el doble campeón olímpico de Atenas entre 2006 y 2009. Aquella marca fue borrada como parte de su sanción por la misma IAAF que ahora ha vuelto a fijar en sus libros. Los 19,68s de sus 200m en julio en Mónaco son también la mejor marca mundial de la temporada.

Me encuentro junto a un atleta que ha sido reconocido culpable", apunta Harting

El campeón olímpico de Atenas en 2004 ya había sido sancionado en 2001 por consumir anfetaminas (Gatlin alegó que las pastillas de Ritalin por las que fue sancionado formaban parte de un tratamiento contra la hiperactividad), con lo que la reincidencia le costó ocho años de suspensión, sanción que fue ulteriormente reducida a cuatro años, tras su recurso.

Harting no ha sido el único en quejarse de la nominación de Gatlin. Sebastián Coe, Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en 1987 y vice-presidente de la IAAF, expresó también la pasada semana su malestar. “Tengo personalmente un gran problema con este asunto. Siempre he pensado que, los esteroides anabolizantes, como el resto de productos dopantes o los que favorecen ganar músculo, tienen un efecto a largo plazo sobre el cuerpo. Más largo que la duración de las sanciones por lo menos”, lamentó el británico en una conferencia sobre la seguridad en el deporte.

El jueves, el pertiguista francés Renaud Lavillenie, el máximo favorito para el título de mejor atleta del año después de batir, con 6,16m el récord histórico de Serguéi Bubka, denunció con más fuerza la propuesta de la Federación Internacional. “Harting dice la verdad: nominar a gente que fue suspendida con dos o cuatro años descredita esta recompensa prestigiosa. No es lógico respecto a la política antidopaje de la IAAF. Esto plantea un problema de ética”, afirmó en el periódico L’Équipe el campeón olímpico de Londres.

Ante la acumulación de acusaciones en su contra, Gatlin decidió reaccionar públicamente y defender su honradez. Lo hizo el lunes, en declaraciones recogidas por el rotativo británico The Daily Telegraph: "Una gran cantidad de atletas, que dieron positivo, nunca volvió a lograr tiempos parecidos a los que marcaban cuando iban dopados. Yo creo que esto demuestra mi trabajo y mi entrega. No tengo nada que ocultar", afirmó. "No he pedido a la IAAF que me nominara. Mi decisión era la de correr, ganar y ser dominador. Mi trabajo no es salir a correr y perder. Lo siento si hay mucha gente que cree que 'un dopado lo es para siempre'. No tiene ningún sentido. Esto significa que esta gente no cree que su sistema funcione".

No he pedido a la IAAF que me nominara. Yo creo que esto demuestra mi dedicación y mi entrega", afirmó Gatlin

Pero Gatlin no es el único de los atletas nominados por la IAAF que tiene un pasado vinculado con el dopaje. Varios de los 20 atletas citados para competir por los premios masculino y femenino (la ceremonia se celebrará el próximo 21 de noviembre en Mónaco) estuvieron en el ojo del huracán. El estadounidense LaShawn Merritt fue suspendido en 2010 tras dar positivo a la DHEA, un esteroide anabolizante. La lanzadora de disco croata Sandra Perkovic, reina de Londres en 2012, cayó un año antes, en mayo de 2011, tras revelarse en sus análisis la presencia de un estimulante psicológico prohibido. Más allá del caso Gatlin, las declaraciones de Harting cuestionan la credibilidad de un premio codiciado, que sufrió el año pasado otra polémica. En 2013, el galardón de atleta femenina del año fue otorgado a la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, una velocista que fue suspendida seis meses en 2010 tras dar positivo por un analgésico.

El palmarés de la prestigiosa recompensa de la IAAF está jalonado por nombres incompatibles con la ética, como Asafa Powell, mejor del año 2006; Tyson Gay, mejor del año 2007, y Marion Jones, en 1997, 1998 y 2000, que dieron todos positivos años después de recibir sus títulos.

Las declaraciones de Harting han vuelto a abrir un espinoso debate, en un período, el final del año, en el que se otorgan los más destacados premios deportivos del planeta. El próximo viernes por ejemplo, el Vélo de Oro condecorará al mejor ciclista mundial del curso. Alberto Contador y Alejandro Valverde, ambos manchados por historias de dopaje, están entre los nominados.