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Hamilton apunta y dispara

A dos carreras del final del campeonato, el británico consolida su liderato al ganar en Austin

Oriol Puigdemont
Hamilton levanta el trofeo de ganador en el GP de Estados Unidos
Hamilton levanta el trofeo de ganador en el GP de Estados UnidosMARK RALSTON (AFP)

Mercedes ganó este Mundial antes de la primera carrera. El nuevo reglamento técnico, básicamente el apartado que hace referencia a la congelación de los propulsores, dispuso el panorama ideal para el disfrute del constructor de Stuttgart, que llevaba tiempo presionando a la organización para que abrazara la tecnología híbrida. Cerca de 250 millones de euros después, el W05 de Lewis Hamilton y Nico Rosberg es un torpedo más que una flecha de plata, de modo que bien pronto quedó claro que el premio gordo se lo iban a disputar ambos. En esas estamos a falta de dos carreras para el final, con Hamilton al frente de la tabla con un margen de 24 puntos sobre su compañero, y con Rosberg buscando cómo recuperar el terreno perdido.

Se le acaba el tiempo al alemán, que en cinco pruebas ha constatado cómo su vecino le ha arañado 53 puntos. Los últimos siete cayeron este domingo en Austin, donde el chico de Tewin logró su décima victoria de la temporada y la 32ª de su palmarés, una cifra que le coloca a la par de Fernando Alonso en esta estadística y que le sitúa como el piloto británico que más acumula tras superar a Nigel Mansell. El segundo en el circuito de las Américas fue Rosberg, que así certificó el décimo doblete del año para la marca de la estrella, mientras que la tercera plaza se la ganó a pulso Daniel Ricciardo. Fernando Alonso terminó sexto, por delante de Kimi Raikkonen (13º).

Rosberg, segundo en Austin, certificó el décimo doblete de la escudería Mercedes

La voracidad de Hamilton es bestial y él atraviesa un momento de lo más dulce después de haberse pasado mucho tiempo tratando de encontrarse a sí mismo. Ahora todo le encaja fuera de la pista y eso tiene su reflejo cuando su coche pisa el asfalto. Hace un par de años fueron muchos los que se llevaron las manos a la cabeza cuando anunció que dejaba McLaren para firmar un contrato con Mercedes, cuyo único aval era la palabra de Niki Lauda. Desde entonces la F-1 ha dado un vuelco tremendo, y quien parte la pana es la escudería de Brackley.Agazapado detrás de Rosberg, el campeón del mundo de 2008 fue contemporizando hasta que lanzó su ataque (vuelta 24), tirándose a la yugular de su colega en un viraje a la izquierda después de llegar de no se sabe dónde en una frenada de vértigo. Si algo le sobra al líder es duende a la hora de adelantar, y si además le recibes con la puerta abierta, como hizo su compañero, el desenlace está cantado. “Lo siento chicos, no funcionó. Lo hizo muy bien”, se excusó Rosberg al cruzar la meta.

La cuestión es saber qué estrategia seguirá el alemán en Brasil (la semana que viene) y en Abu Dabi (23 de noviembre) para detener una inercia que parece encaminada a coronar a Hamilton, que nunca antes había encadenado cinco triunfos consecutivos.

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