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Vela reconquista México

Después de tres años de ausencia voluntaria, Vela regresa a la 'tri' con dos golazos

Juan Diego Quesada
Vela celebra el primer gol ante Holanda.
Vela celebra el primer gol ante Holanda.Peter Dejong (AP)

Carlos Vela escribió con dos goles su reconciliación con la selección de México después de tres años de un amor roto. El delantero de la Real Sociedad volvió a vestir el verde del Tri en un amistoso en Ámsterdam contra Holanda, y no solo brilló con dos dianas, la primera con un estupendo zurdazo desde fuera del área, sino que lideró junto a Chicharito, el autor del tercer gol, la victoria contra los holandeses (2-3). Fue la reconquista de Vela y la venganza de México después de la derrota (2-1) ante los tulipanes en los octavos del pasado Mundial de Brasil.

El del fútbol es uno de los mundos más competitivos que existe. A los que les ha costado mucho hacerse un hueco en la élite miran con recelo a Carlos Vela (Cancún, 1989), un tipo despreocupado que pareciera capaz de hacer goles mientras ordeña una vaca. Vela no se pasa las concentraciones hablando de fútbol ni rememorando el pasado glorioso de los delanteros míticos a fin de imitarlos. Se comporta como si este deporte hubiera empezado con él y fuera a acabar en cuanto cuelgue las botas. El zurdo de la Real Sociedad puede levantarse a las tres de la mañana para ver la NBA, pero nunca haría eso por un partido del Mundial. Ahora, tres años después, regresa a la selección de México por decisión propia. Vuelve dando las mismas explicaciones que cuando se fue. Ninguna.

Lo que no consiguieron tres seleccionadores anteriores, lo ha logrado Miguel Piojo Herrera. El entrenador que llevó a México a los octavos de final en Brasil se había propuesto convencerlo. Viajó antes del Mundial a Madrid y se reunió durante 20 minutos con el muchacho en la cafetería de un hotel. El Piojo puede parecer brusco en la banda durante los partidos, pero en la distancia corta tiene algo de encantador de serpientes. Tan cortés y afable que puede llegar a resultar sospechoso. Herrera desplegó todos sus encantos pero topó con pared. Vela no quería volver al Tri.

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¿Qué ha cambiado? Aparentemente nada, pero el chico maravilla, máximo goleador de la Copa del Mundo sub 17 que ganó México en 2005, está de vuelta. “El chavo está metido al 100% con el equipo”, señala Herrera. ¿Cómo ha logrado convencerlo? “Está otra vez con nosotros, eso es lo importante”, contesta.

Tras ser sancionado por seis meses por haber participado en una fiesta tras un partido con la selección, acabó muy dolido con la decisión de la federación mexicana. Pensó que los solteros —él y Efraín Juárez— habían cargado con todas las culpas, mientras que la federación había hecho todo lo posible por preservar la intimidad de los casados. No le parecía justo. “Es un caso insólito. El problema es que los sancionaran por ir de fiesta después de un partido. Entiendo que antes no salgan, ¿pero después? De repente los dirigentes querían monjes de clausura”, reflexiona el escritor e historiador Héctor Aguilar Camín. Vela, con prolongados silencios, no ha ayudado a frenar las habladurías. La prensa del corazón ha publicado todo tipo de versiones grotescas. En las pocas entrevistas que el chico ha dado habla de no merecerse la convocatoria más que sus compañeros, de querer centrarse en su club, de no sentirse psicológicamente preparado para representar a su país. Estas vaguedades sólo han alimentado la confusión.

El antiguo dirigente de la federación Néstor de la Torre cuenta en una entrevista al portal digital Medio Tiempo una anécdota que dice mucho de la forma de ser del exjugador del Arsenal. En una convocatoria de las categorías inferiores de la selección alojaron a Vela en la misma habitación que un adolescente muy disciplinado, puntual, ordenado. “Me llegó el rumor: oye, es que dice Vela que a ver si lo cambiamos de cuarto. Porque el Pato parece su papá; le dice ya vente, levántate, vamos al autobús”, relata de la Torre. “Con poco esfuerzo siempre era el mejor. Era un chico especial”, agrega su hermano mayor Alejandro, futbolista de Cruz Azul. Otro extrabajador de la federación, Jesús Ramirez, lo dibuja así: “Imagínate que desde niño tienes halagos. No es que se haya volado, pero si no es un tipo que se muera por ver 20 partidos en el día. El fútbol no es algo que lo apasione pero lo hace bien. La verdad es que es raro”.

“Mi lectura es que disfruta de lo lúdico del juego, como si fuera un adolescente perenne. Pero no necesariamente le entusiasma involucrarse con todo lo demás: aguantar a la prensa, la crítica, la presión. Eso no lo lleva muy bien”, cuenta la comentarista deportiva Georgina González.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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