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Más tarta y mejor repartida

El CSD plantea a la Liga de Fútbol su idea de venta global de los derechos televisivos.

Carlos Arribas
El presidente del CSD Miguel Cardenal, el presidente de la LFP Javier Tebas y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, durante la Asamblea general extraordinaria de la LFP.
El presidente del CSD Miguel Cardenal, el presidente de la LFP Javier Tebas y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, durante la Asamblea general extraordinaria de la LFP. Salvador Sas (EFE)

Las guerras televisivas que con sus subastas transformaron la Primera División en la Liga de las estrellas, hace ya una veintena de años, dieron a luz finalmente a un ratón, a una herencia raquítica: la Liga española, y así llevan años constatándolo con tristeza sus dirigentes, es no solo la que menos ingresos televisivos genera entre las consideradas las más grandes del mundo, unos 800 millones de euros anuales (600 en el mercado nacional, 200 en el internacional), muy distantes de los 2.400 (600 y 1.800) de la Premier League británica. También es la española la Liga con un reparto más desigual de los ingresos: frente a los casi 140 millones que perciben anualmente Barça o Real Madrid, el Atlético, otro de los grandes se queda en unos 50.

El aumento de la deuda de los clubes, principalmente con la Hacienda pública, ha dado argumentos al Gobierno para intervenir y colaborar en la búsqueda del grial: un aumento de los ingresos televisivos acompañado de un reparto más equitativo. Al menos, esto es lo que se desprende de lo que se habló este miércoles en Vigo en la Asamblea Extraordinaria de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), a la que asistió, significativamente, el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, quien presentó el esquema que el Gobierno piensa incorporar a la futura Ley del Deporte Profesional y que consagraría la venta a través de un acuerdo colectivo y no de una veintena de negociaciones individuales de los derechos de la Liga a partir de la temporada 2016-2017.

Según el plan avanzado por Cardenal a los directivos de los clubes, se intenta alcanzar unos ingresos mínimos de más de 1.000 millones de euros, gracias, sobre todo, a un aumento de la venta de derechos internacionales hasta los 400 millones que se produciría por el mayor abanico de horarios y días de partido. Los ingresos se repartirían entre los clubes basándose en tres criterios que deberían convertirse en fórmula matemática: un 50% sería igual para todos, un 25% dependería de los resultados históricos de cada equipo y el 25% por su implantación social.

Con ello, los más grandes seguirían ingresando lo mismo o más, pero los medianos y los pequeños aumentarían sus ingresos. “Nuestro objetivo es que la diferencia entre el primero y el último sea de 1 a 3,5 [si se alcanzaran los 1.500 millones] en lugar de 1 a 6,5, como ocurre ahora”, dijo el presidente de la LFP, Javier Tebas sobre unas diferencias que en 2010 llegaba al 1 a 13. Cuanto más se recaude, más repartido estará. “Pero no podremos llegar a los 1.500 millones que valemos porque ningún operador va a pagar por algo que se puede ver gratis debido a la extensión de la piratería. Hablamos de un reparto equitativo, pero si no vencemos a la piratería, nos vamos a la ruina”, añadió.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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