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Caparrós se complica la vida

Ejercicio de impotencia del Granada ante un Almería que aguantó la segunda mitad con 10 jugadores

Rafael Pineda
Dos Santos y El Arabi dialogan con el colegiado.
Dos Santos y El Arabi dialogan con el colegiado.M. A. Molina (efe)

El Granada no carbura. Le cuesta un mundo ganar y carece de ideas. No tiene gol y tampoco anda largo de inteligencia cuando se enfrenta a situaciones adversas. El Almería se llevó un punto de Los Cármenes y el empate le dejó un buen sabor de boca. No solo por ser visitante, sobre todo porque apenas pasó apuros después de jugar casi todo el segundo tiempo con un jugador menos por la expulsión de Azeez. Si bien es cierto que por ocasiones mereció ganar el Granada, con un gran remate de Córdoba que salió rozando el palo y otro de Piti que salvó Rubén, el equipo de Caparrós casi nunca fue capaz de tomar decisiones que le acercaran a la victoria, sobre todo en superioridad numérica. Su juego fue tan plano como previsible, hasta el punto de que el Almería aguantó con solvencia el empate.

Le falta pasión al fútbol del Granada, algo extraño en un equipo dirigido por Caparrós. Los números no mienten. Sin ganar desde la primera jornada en casa, el Granada lleva ocho partidos sin conocer la victoria, con un bagaje de tres puntos de los últimos 24. La situación de Caparrós comienza a ser muy preocupante, a solo un punto de la zona de descenso. El Almería, más acostumbrado a la zozobra, se llevó una alegría con ese empate tan trabajado.

GRANADA, 0-ALMERIA, 0

Granada: Roberto; Foulquier, Babin, Murillo (Mainz, m. 81), Juan Carlos; Iturra, Fran Rico; Piti, Rochina, Sissoko (Córdoba, m. 55); y El Arabi (Success, m. 64). No utilizados: Oier; Nyom, Javi Márquez y Larsson.

Almería: Rubén; Ximo Navarro, Dos Santos, Trujillo, Sebastián Dubarbier; Azeez, Verza, Fran Vélez; Zongo, Fernando Soriano (Selfa, m. 59) y Thievy. No utilizados: Julián; Michel, Weligton Silva, Mané, Edgar y Hemed.

Árbitro: Iglesias Villanueva. Expulsó a Azeez, centrocampista del Almería, por doble amonestación (m. 54). Amonestó a Iturra, Babin, Rochina y Juan Carlos.

Los Cármenes. Unos 15.000 espectadores asistieron al encuentro, despidiendo al equipo local con una gran pitada.

No pasan por su mejor momento ninguno de los dos equipos andaluces, que se midieron en un derbi regional algo descafeinado. Perdido en el sótano de la clasificación, el conjunto de Caparrós apenas recuerda al que comenzó muy enchufado la competición, capaz de ganar en escenarios como San Mamés. El Almería sí está más acostumbrado a navegar por aguas procelosas. Tampoco se corta su técnico, Francisco, en jugar con cuatro centrocampistas puros y renunciar a las bandas. El Almería buscó el control del juego y lo encontró, aunque no pudo evitar que las mejores ocasiones fueran del Granada.

El equipo de Caparrós es algo eléctrico, sobre todo cuando Piti y El Arabi aparecen. El problema es que lo hacen poco y el equipo refleja una falta de profundidad inquietante. Rubén detuvo dos remates de cabeza de El Arabi en acciones calcadas y la mejor ocasión del primer tiempo llegó con una pérdida del propio meta Rubén que dejó solo a Piti ente su portería. El meta rechazó como un portero argentino, de rodillas, con capacidad para no vencerse. El Almería, con dos delanteros tan rápidos como imprecisos, Zongo y Thievy, tuvo una buena ocasión en el incansable Soriano. El veterano jugador remató como si fuera el mismísimo Hugo Sánchez, pero su remate salió fuera por poco.

El partido se le puso de cara al Granada con la expulsión de Azeez, bastante zoquete al hacer una entrada algo salvaje estando ya amonestado con una amarilla. Caparrós se le jugó con Córdoba y quitó a El Arabi. El colombiano, un delantero de gran potencial, tuvo una gran ocasión para hacer el 1-0. Fue la única del conjunto local, sin soluciones para imponerse a un rival en inferioridad. Perdido y sin chispa, el Granada vio también cómo se lesionaban en el último tramo de partido Murillo y Rochina. Viendo el estado de jugadores como Piti, al Granada y Caparrós les queda mucho camino por delante para ser competitivos. Y el domingo espera el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán. Caparrós, si no ocurre algo antes, se jugará el puesto en la que es su casa deportiva.

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