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El Betis estalla en mil pedazos

El histórico club andaluz es sexto en Segunda a ocho puntos del ascenso directo y dimiten el presidente Manuel Domínguez Platas y el vicepresidente Fernando Casas

Rafael Pineda
El presidente del Betis, Manuel Domínguez Platas.
El presidente del Betis, Manuel Domínguez Platas.

El Betis es un auténtico polvorín. Después de una reunión de cuatro horas en las que presuntamente se iba a tratar la destitución del entrenador, Julio Velázquez, el consejo de administración de la entidad andaluza, dirigido por un administrador judicial mientras la juez Mercedes Alaya se decide a procesar a Manuel Ruiz de Lopera, aprobó la dimisión del presidente Manuel Domínguez Platas, el vicepresidente Fernando Casas y el consejero Antonio José Sánchez Pino. “Vivimos una situación muy difícil y no resulta lógico que las personas que nos vamos en la próxima junta de accionistas del 8 de diciembre tomemos decisiones importantes de la entidad. Entrarán cuatro miembros que formarán un nuevo consejo y habrá un nuevo presidente”, aclaró el propio Domínguez Platas.

El órgano de gobierno del Betis se verá totalmente renovado cuando en una nueva reunión prevista para el martes entren cuatro nuevos consejeros que son los que tomarán las riendas de la entidad. Se espera que en esta nueva reunión sea proclamado presidente Juan Carlos Ollero, quien tendrá que tomar una decisión con respecto al futuro de Velázquez, un entrenador contestado por la grada en medio de un ambiente irrespirable.

Es la cruda realidad deportiva de un histórico que es sexto en Segunda y se encuentra a ocho puntos del ascenso directo, donde ahora mandan Las Palmas y Girona con 29 puntos. El Betis, con 24 millones de presupuesto (el que más de Segunda) y la plantilla de más alta valoración de la categoría (10 millones de euros), ha perdido en casa con el Albacete (0-1) y el Alavés (1-2) y ha sido goleado por la Ponferradina (4-1), perdiendo también ante el Leganés (1-0) y Osasuna (3-2).

La derrota ante el Alavés del domingo degeneró en serios altercados de orden público, con enfrentamientos entre aficionados radicales y la policía a la conclusión del mismo. Por supuesto, la afición, que vio cómo el equipo bajó la pasada temporada con 25 puntos y de colista, pidió a gritos la marcha del preparador de la primera plantilla y del consejo de administración.

El Betis tiene 36.000 socios y una media de 30.000 espectadores acuden cada semana al Benito Villamarín. El consejo, formado por hombres de escaso conocimiento del fútbol nombrados por Francisco Estepa, administrador judicial, se reunió en el estadio Benito Villamarín y pasada la medianoche se comunicó la dimisión de la clase dirigente del club.

A la delicada situación deportiva de la entidad se une la convulsa situación de una entidad judicializada desde que en julio de 2010 la juez Mercedes Alaya ordenara unas medidas cautelares que paralizaron la venta de las acciones de Manuel Ruiz de Lopera a Luis Oliver. Desde entonces, el Betis ha venido siendo dirigido por distintos consejos bajo el mando de un administrador judicial. Lopera está imputado por un presunto delito societario y apropiación indebida de 25 millones de euros durante su etapa al frente del club desde 1992 hasta 2010.

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