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Cómo consiguieron las entradas los ultras del Dépor

Un hincha de Riazor Blues, detenido en Madrid, recibió los tiques de las Peñas deportivistas A la víctima mortal le reventaron la cabeza y el bazo con una barra de hierro

Patricia Ortega Dolz
Pintada en Madrid Río en recuerdo del asesinado.
Pintada en Madrid Río en recuerdo del asesinado. PIERRE-PHILIPPE MARCOU (AFP)

Cómo consiguieron las entradas los hinchas radicales del Riazor Blues era una de las incógnitas desde el día de ayer y la razón por la que ni la policía ni la Comisión Nacional Antiviolencia pudieron prever la reyerta multitudinaria que se saldó con un muerto y una docena de heridos en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón, horas antes del comienzo de un encuentro entre el Atlético de Madrid y el Deportivo del pasado domingo. Según fuentes policiales, el circuito de esos pases que permitieron la llegada a Madrid de 100 ultras gallegos armados hasta los dientes para enfrentarse a sus homólogos del Frente Atlético fue el que sigue: el Atlético de Madrid vendió al club gallego un centenar de entradas. Este se las entregó al presidente de la Federación de Peñas Deportivistas y ése, a su vez, se las hizo llegar a un tal Raúl –uno de los ultras del Blues--, en estos momentos detenido en la comisaría de Madrid. Según el Atlético, el Deportivo además de las 365 entradas que solicitó comunicó que recibiría una llamada de la Federación de Peñas en la que demandarían 215 entradas más. La llamada fue recibida y el Atlético se negó a venderlas directamente a las peñas y se las envió al Deportivo, que sería, siempre en versión del club rojiblanco, quien se las distribuyó a los peñistas y estos a los ultras.

Romero Taboada.
Romero Taboada.

Ese circuito velado fue lo que impidió que fluyera de manera rutinaria la información entre los organismos competentes y que dos autobuses cargados de hinchas armados con puños americanos y palos se paseasen a sus anchas por la capital al amanecer hasta llegar al aparcamiento del estadio rojiblanco, donde les esperaban más de un centenar de miembros del Frente Atlético dispuestos a batirse en un duelo a muerte.

Así fue, Francisco Javier Romero Taboada falleció después de ser apaleado y lanzado al río Manzanares. Hoy se conocían los resultados de la autopsia, que revelaba que falleció por un “traumatismo craneoencefálico con hemorragia interna y estallido de bazo producido posiblemente con barra de hierro de 2,5 centímetros aproximadamente”. 

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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