_
_
_
_
_

Césped bajo presión en Marrakech

El San Lorenzo se queja del daño que sufrirá el campo con cinco partidos en cinco días

Diego Torres
Panorámica del Marrakech Stadium.
Panorámica del Marrakech Stadium. DIARIO AS

El césped del estadio de Marrakech será sometido a una presión inaudita en la historia de las competiciones de la UEFA y la FIFA. Sobre el tapete del campo del gran centro turístico del sur de Marruecos se disputarán cinco partidos del Mundial de Clubes en cinco días. Hoy por la noche (20.30 horas en España) la semifinal Real Madrid-Cruz Azul; el miércoles a primera hora de la tarde, el encuentro por el sexto y el quinto puesto; el miércoles por la noche, la semifinal San Lorenzo-Auckland City; el sábado por la tarde el partido por el tercer y cuarto puesto; y el sábado por la noche la final. La carga, que puede ser habitual en torneos de aficionados, resulta potencialmente destructiva para cualquier terreno. En campeonatos profesionales no se recuerda algo parecido. Los jardineros tendrán el desafío de su vida.

La FIFA tomó una decisión insólita al cambiar la sede de una semifinal a falta de dos días para el partido. El domingo por la mañana el comité organizador verificó que el césped del estadio Mouley Abdellah, en Rabat, estaba destrozado. Entonces resolvieron celebrar el resto de los encuentros en el estadio de Marrakech, a más de 300 kilómetros, y a expensas de los miles de aficionados que compraron su entrada y no podrán viajar. El tapete de Rabat no resistió el partido entre el Sydney Wanderers y el Cruz Azul y los chubascos de la madrugada del domingo lo convirtieron en un lodazal.

La FIFA ha sorprendido a todos los participantes. Los directivos del Sydney Wanderers, alojados en un modesto hotel de la Medina de Rabat, lamentaron que sus quejas cayeran en saco roto cuando pidieron cambiar de sede. “¡El Madrid no jugará en este césped”, se quejaron a la FIFA. La organización no cambió de planes y el Sydney fue derrotado por el Cruz Azul el sábado en el Mouley Abdellah, en un encuentro lamentable al que apenas asistió público. El Madrid, efectivamente, no jugaría allí.

La delegación madridista, con el entrenador Carlo Ancelotti al frente, caminó por el campo de Rabat, ayer por la tarde, para verificar el estropicio. Había placas de tierra levantada en el círculo central, barro y cascotes apisonados. “No pedimos cambiar”, dijo Ancelotti. “Recibimos la comunicación de FIFA el domingo y organizamos el traslado para el lunes por la noche. Esperemos que el campo de Marrakech esté en buenas condiciones”.

Es probable que la hierba de Marrakech esté perfecta esta noche. Pero para mañana, cuando el San Lorenzo enfrente al Auckland, se habrán disputado dos encuentros en menos de un día. “Elevaremos una queja formal a la FIFA”, dijo el presidente del club argentino, Matías Lammens. “Es evidente que estos cambios de programación perjudican a San Lorenzo porque el césped no estará bien después de que se jueguen tres partidos en 24 horas”.

La crisis de jardinería pasó a ser deportiva y, finalmente, política. El Gobierno de Marruecos informó ayer de que había destituido a tres altos cargos del Ministerio de Deportes y Juventud. La Administración local sostiene que ha invertido más de 20 millones de euros en remodelar el estadio de Rabat y considera que el sistema de drenaje debió estar a la altura de las exigencias.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_