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Federer nunca tiene bastante

Tras ganar en mes y medio la Copa Davis y el título de Brisbane, el suizo asalta Melbourne

Juan José Mateo
Federer, durante un entrenamiento en Melbourne.
Federer, durante un entrenamiento en Melbourne.Quinn Rooney (Getty Images)

Yen-Hsun Lu, el número 47 del mundo, cedió hoy en la primera ronda del Abierto de Australia (6-4, 6-2 y 7-5) ante el tenista más insaciable de la historia: Roger Federer.

A mediados de noviembre, el suizo conquistó la Copa Davis, el único gran título que le faltaba junto al oro olímpico individual. Lejos de sentirse satisfecho, el campeón de 17 torneos del Grand Slam celebró en enero el título de Brisbane, tumbando en el camino a las dos grandes esperanzas del tenis, Grigor Dimitrov (23 años y número 11) y Milos Raonic (24 años y número ocho), lo que le llevó a festejar su victoria 1.000 en el circuito. Luego, sin que la edad (33 años), la familia (casado, cuatro hijos) y los éxitos recientes (tres títulos y una final en sus últimos cinco torneos) alteraran un plan que habría firmado con 20 años, el número dos mundial voló a Melbourne y lanzó un mensaje: “Me siento más seguro que el año pasado”, dijo con gesto serio.

“Cuando se habla de los grandes tenistas de toda la historia, de Roger Federer, de Rafael Nadal, de Pete Sampras o de Andre Agassi, se habla de devoradores de récords”, resume Carlos Moyà, exnúmero uno mundial. “Sampras, estando casi en su peor momento, ganó el US Open. ¡En el último torneo que jugó!”, recuerda el mallorquín. “Son extraterrestres mentales. Es muy difícil verles sin estar a tope. Es la diferencia que hay con los demás”.

Federer, Nadal, Sampras, Agassi... son extraterrestres mentales Carlos Moyà

Cuando Moyà ganó la Copa Davis (2004), su sueño largamente perseguido, sintió que había alcanzado “el colofón” de su carrera. Aunque en 2007 volvió a acercarse al top-10, el objetivo ya estaba alcanzado, la meta cumplida, y el deseo colmado. Federer, un animal competitivo único en la historia de su deporte, no parece seguir el mismo camino. Al título de La Ensaladera le ha continuado el de Brisbane. A ese, con el que abrió 2015, su aparición en el primer grande del curso como uno de los candidatos al título, más si se confirma que las pistas, según cuentan los tenistas desplazados, “están más rápidas que nunca”. Su hambre es infinita.

“Creo que a lo largo de los años he mejorado”, razonó Federer sobre sus prestaciones. “Creo que estoy sacando más fuerte y con más consistencia que nunca. También pienso que mi revés está funcionando mejor que en el pasado. Estoy muy contento con cómo me han ido las cosas en los últimos seis meses”, añadió antes de resumir la receta del éxito para un tenista en la treintena. “La calidad es ahora más importante que la cantidad de entrenamientos, mientras que cuando eres joven tienes que sumar horas, te toca trabajar: da igual si estás cansado, tienes que superarlo, endurecerte para los partidos, bajar al barro. Con la experiencia de los años, simplemente sabes lo que necesitas para prepararte”, describió en una rueda de prensa en Melbourne.

Rafael Nadal, citado a las 04.00 con el ruso Mikhail Youzhny, confía en que ese depósito lleno por los conocimientos adquiridos durante años de triunfos también le sirva para encontrar su sitio en el torneo.

Mientras, en Melbourne, donde también debutaron Carla Suárez, frente a la alemana Carina Witthoeft, y el británico Andy Murray, contra el indio Yuki Bhambri, ya se juega.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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