_
_
_
_
_

“Necesito hablar en el campo, soy un poco pesado con mis compañeros”

Bruno, capitán del Villarreal, repasa su trayectoria y recuerda cómo trabajó de recolector de naranjas antes de convertirse en el líder del equipo

Bruno, el pasado jueves en Artana.
Bruno, el pasado jueves en Artana. ANGEL SANCHEZ (EL PAÍS)

Irrumpe en la sala Bruno Soriano con una chupa de cuero marrón de marca y saluda a las dueñas del bar, un local cálido y familiar, y a un par de clientes acodados en la barra. Detrás de esta hay un cartel: ‘Bruno, d'Artana’ con la imagen del mediocentro zurdo del Villarreal en acción. Bruno nació en este pueblo del interior de Castellón, acunado por la Sierra d'Espadà, hace 30 años. Es mediodía y decenas de mujeres acaban de terminar su turno en un almacén de naranjas. El propio Bruno trabajó en su día de collidor (en la recolección de naranjas). Pero hoy es el líder del Villarreal y, para evitar su marcha al Valencia, el dueño del club, Fernando Roig, le ofreció un contrato millonario hasta 2020.

Pregunta. Ser tan delgado, ¿le ha ayudado en su estilo de juego, al ser un gran recuperador de balones?

R. De pequeño era igual, muy delgado. El estirón lo pegué a los 16 años. Tengo el mismo peso desde hace tiempo: 73 kilos [mide 1,84]. Hay muchos jugadores con más peso que yo y son buenos recuperadores. Es más una faceta mental. Si te aplicas y piensas que puedes hacer ese trabajo, lo consigues.

P. Sus compañeros dicen que tiene piernas de alambre.

No soy rico de cuna. He hecho dinero,  pero no me cambia como persona

R. Cuando corto un pase me dicen que cómo he podido llegar a ciertos balones con mis piernas de alambre.

P. ¿Pensaba de pequeño que sería futbolista de élite?

R. No. Tenía la ilusión y desde pequeño he destacado un poco por encima de todos aquí en Artana. Se me daban bien todos los deportes. Mis amigos me decían que era fastidioso ya que casi siempre ganaba yo. Iba a yudo, a tenis, frontenis y atletismo. En verano, para salir de la rutina, juego a tenis con mi amigo Juani y después vamos a nadar. Al fútbol comencé a los 12 o 13 años. Pero desde pequeño siempre estaba jugando al fútbol en la calle, en las plazas poniendo dos chaquetas de portería. También con mis tres hermanos mayores. Siempre competía con ellos e intentaba ganarles.

P. ¿Por qué cree que tiene el reconocimiento de los profesionales?

R. Supongo que es porque llevo unos años compitiendo a un alto nivel y el respeto se gana así. También fue importante el año que jugué en Segunda en el que lo pasamos mal. Otros jugadores valoran también el que solo he jugado en el mismo club. No he tenido tampoco problemas con nadie aunque tengo carácter, soy perfeccionista y algo obsesivo. Pero el que quiera destacar en su oficio tiene que ser así. Después de un partido estoy cuatro horas dándole vueltas a la cabeza de cómo nos ha ido, si yo personalmente he estado bien o mal. Y durante la semana intento descansar mucho para llegar en condiciones al partido.

P. ¿Qué le relaja?

R. El tiempo libre. Intento pasarlo con amigos y la familia. No hablar de fútbol aunque no me importa. La gente del pueblo se acerca a hablar y le gusta que les cuente experiencias mías. Aunque hay veces que no es lo que más me apetece.

P. ¿Conserva los amigos de la infancia?

R. ¡Claro! Mis amigos son todos de Artana. Tengo la penya para las fiestas del pueblo en agosto. Hago amistades nuevas como todo el mundo. Pero mis amigos, amigos, son de aquí del pueblo. Tengo uno que es médico, otro obrero, un jornalero del campo, tres estudiando… Cuando nos reunimos no hablamos de trabajo.

P. Pero, ¿no se ha abierto una brecha económica entre ustedes?

R. No tengo ninguna diferencia con ellos por los ingresos. Todos somos gente humilde.

P. Usted trabajó como uno de ellos...

R. Trabajé en una cantera llevando unas máquinas, recolectando naranja, donde me lo pasaba muy bien con 16 años, comía en el campo con los amigos y nos reíamos mucho. Y en la construcción con mi padre. Me di cuenta, antes de firmar por el Villarreal, cuando subía a entrenar con el primer equipo, la diferencia de vida, ni peor ni mejor, pero más cómoda. No soy rico de cuna. He hecho dinero con el fútbol, tengo una posición, pero no me cambia como persona.

Recuerdo que Riquelme me regalaba botas

P. Quería ser futbolista y, sin embargo, dejó el Villarreal para volver al pueblo.

R. Sí. Ellos querían que estuviese allí, en la residencia de la ciudad deportiva. Y en ese momento para mí el fútbol era una diversión. Iba, entrenaba, me lo pasaba bien, competía los domingos y me volvía a casa. En esa época, con 16 años, lo más importante para mí era estar con la familia y mis amigos, salir y disfrutar con ellos. Volví a jugar con el Artana. Hicimos dos años muy buenos. Subimos a Regional Preferente. Era el más pequeño de todos y jugaba contra veteranos de buen nivel, que rascaban bastante. Y el Villarreal volvió a fijarse en mí y me fichó.

P. Ya en Primera, le costó 129 partidos para marcar su primer gol.

R. Muchísimos. Pienso que los jugadores tienen una edad de madurar y a mí me costó un poco. El Villarreal tenía jugadores de primer nivel, todos internacionales y era complicado entrar. Marqué contra el Rayo, de cabeza, no sé ni cómo entró.

P.Y ahora ha aprendido hasta a tirar faltas.

R. En el Artana ya tiraba y marcaba algún gol. Pero el Villarreal siempre tenía buenos tiradores. Senna metía gol dos de cada tres. Ahora me siento con más confianza y como me van entrando, me siento más seguro.

P. Fue cambiando de posición según iba madurando.

R. En el Villarreal C jugaba por banda, de extremo cuando era rápido [RISAS] y hacía bastantes goles.

P. Y le acusaban de blando.

R. Estaba un poco por hacer, mi cuerpo no se desarrolló del todo. Era un niño y me costaba un poco más competir. Hasta que me di cuenta y cambié.

P. Recuerda su debut.

R. Sí. Fue en Mallorca con Pellegrini. Entre por Tachinardi en un momento difícil del partido con 1-2 ganando y mantuvimos el resultado.

P. ¿Con qué se queda de Pellegrini?

Cuando corto un pase me dicen que cómo he podido llegar con mis piernas de alambre

R. Me enseñó muchísimo. Era mi inicio, me dio la confianza, el primer paso. Habló con el presidente y con todos diciendo que contaba conmigo, que me iba a dar un dorsal en el primer equipo. Jugué bastante, aunque no todo como ahora. No era indiscutible. El jugador de fútbol requiere de un proceso y a mí me costó un poco entrar. Tengo un gran recuerdo de aquello.

P. Comparando el Villarreal de Pellegrini al de Marcelino actual. ¿Qué diferencias ve?

R. Son diferentes completamente. Antes hacíamos un fútbol de control total. Teníamos futbolistas muy técnicos. Prácticamente no perdíamos el balón, con pases en corto y no nos lo robaban. Teníamos muchísima calidad. Ahora es diferente. Solo el Barça, el Bayern y la selección puede jugar así. Incluso el Madrid es diferente. Ahora estamos más replegados. No jugamos a la contra, pero es un arma que sabemos utilizar.

P. Antes era un jugador más tímido y ahora se pasa el partido radiándolo.

R. Lo llevo dentro. Va en el carácter de cada persona. Cuando no lo hago, no me siento bien dentro del campo. Necesito estar activo y hablando. Tengo una experiencia e intento aplicarla al equipo. Reconozco que soy un poco pesado con los compañeros, hablo mucho, rectifico, también me gusta que lo hagan conmigo. Es cierto que analizo el partido cómo va, el minuto, cómo funciona todo e intento aplicar al equipo lo que necesita.

P. ¿Qué recuerdo tiene de Riquelme?

R. Me regalaba botas. Gastaba el mismo número y yo le preguntaba si le sobraba alguna ya que en aquel momento no tenía contrato con ninguna marca, valían mucho dinero y yo no tenía mucho. Él me decía que cogiese las que quisiera. Siempre se portó muy bien conmigo. Futbolísticamente era increíble. Me quedaba alucinado. Entrenando era imposible quitarle el balón. No he visto un jugador que fuese tan difícil quitárselo.

P. ¿Tenía algún jugador como referente?

R. Siempre me gustó Fernando Redondo, ese perfil.

P. Tras el descenso tuvo una oferta del Valencia. ¿Por qué no fraguó?

R. Tontos no somos. En aquel momento los compañeros que tuvieron ofertas se fueron. El equipo se quedaba despoblado. Yo lo que quería era que el equipo fuese competitivo para subir en un año. El club decía que se ascendería en un año. Pero no era tan fácil. Por la edad que tenía, con 28 años, no podía perder muchos años en Segunda.

Tengo carácter, soy perfeccionista y algo obsesivo

P. ¿Cómo digiere un jugador de nivel jugar en Segunda?

R. Sentía muchísima tensión por subir en un año. Esa presión me influyó en algunos momentos de la temporada. Al final yo veía que estábamos perdiendo la ocasión de subir directamente y resultaba complicado. Fueron dos años de tensión liberada con el pitido final en el último partido contra el Almería.

P. Ahora se ha ido Cani al Atlético tras un conflcito con el Marcelino, el entrenador. ¿Intentó mediar?

R. Yo hice lo que creo que tenía que hacer, que era que todo se solucionara. Al final hay personas que deciden en el club y que hacen lo que creen que es lo mejor. Yo lo que puedo decir es que Cani ha sido un compañero muy bueno, me ha ayudado muchísimo. Nos lo pasábamos muy bien con él ya que es muy gracioso y muy buen tipo. Es una lástima que se fuera. Pero al final cada uno busca su beneficio.

P. ¿Cómo fue su debut en la selección?

R. Fue contra México después de ganar el Mundial. Tenía 26 años y no era el jugador hecho que soy ahora. Aparte, el ser el capitán del Villarreal me ha ayudado bastante para dar el paso importante en carácter. No tengo ningún complejo de nada y compito contra quien sea.

P. ¿Qué piensa del debate surgido a raíz del juego de Neymar y sus filigranas?

R. No es una falta de respeto porque él tiene esa forma de jugar y siempre actuará igual. El detalle que molesta es que si Neymar hace caños cuando va perdiendo, perfecto. Si los hace solo cuando va ganando, es ahí cuando el rival se molesta. Pero si él tiene esa forma de jugar, que continúe. No hay problema.

P. El actual Barça es diferente. No tiene tanta posesión como años atrás.

R. Contra nosotros tuvieron más del 70%. No creo que hayan perdido en ese apartado. Pero son algo diferentes porque también pueden salir a la contra, antes no lo hacían tanto. Tienen más armas y desde hace poco tiempo, más ambición de competir al 100% y están con más ganas. Nos enfrentamos al mejor Barça.

P. ¿Es Messi el jugador más difícil de parar?

R. No hay nadie como él. Creo que será muy difícil que salga otro como Messi, por todo lo que hace con el balón, siempre desequilibra, es quien marca la diferencia, el que marca el gol decisivo. Si no jugará, él Barça lo notaría muchísimo. Neymar también está compitiendo muy bien y en unos años puede alcanzar un gran nivel. Pero Messi marca la diferencia.

P. Comparando el Barça con el Madrid, ¿qué equipo le gusta más?

R. El Barça poco a poco te merma y te va ganando el partido. Tienen mucha posesión y cuando recuperas el balón estás cansado para dar el pase de tanto que corres tras él. Han recuperado la presión que hacían con Guardiola. Los jugadores lo comentamos: si te pilla un buen Barça resulta difícil. Y el Madrid con dos contras te mata como nos hizo en El Madrigal. Son dos estilos diferentes pero de mucha calidad.

P. ¿Se plantea en un futuro tener una experiencia en el extranjero?

R. Sí me gustaría cambiar de aires cuando termine mi contrato en el Villarreal en el 2020, una experiencia como la de Senna en el Cosmos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_