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Sin acuerdo en el bádminton

Marín y otros seis jugadores se reúnen con la Federación, pero no firman una nueva distribución de los derechos de imagen

J. J. M.
Miguel Cardenal, presidente del CSD, la directora general Ana Muñoz, el presidente de la Asociación de Deportistas Españoles, Cayetano Martínez de Irujo y la campeona del mundo de bádminton, Carolina Marín, durante la reunión.
Miguel Cardenal, presidente del CSD, la directora general Ana Muñoz, el presidente de la Asociación de Deportistas Españoles, Cayetano Martínez de Irujo y la campeona del mundo de bádminton, Carolina Marín, durante la reunión. Emilio Naranjo (EFE)

El conflicto en el bádminton español sigue abierto. David Cabello, presidente de la federación, Carolina Marín, campeona mundial, y otros seis jugadores, se han reunido durante más de tres horas sin llegar a un acuerdo sobre la distribución de los beneficios generados por los derechos de imagen de los competidores, lo que ha dejado a la selección sin disputar el Europeo mixto por decisión de la institución. Aunque las partes coincidieron en crear una comisión de deportistas dentro de la Federación y en revisar la forma en que se distribuyen los premios y las becas, el reparto de los derechos de imagen quedó pendiente de un nuevo encuentro, la próxima semana.

Las posiciones están cercanas y esperamos que para el miércoles estén ya ultimadas Cayetano Martínez de Irujo

"Ha habido un espíritu positivo, ya que hemos intentado acercar posturas, aunque sí que quedan flecos por definir, pero se ha intentado la mejora para todo el bádminton español", resumió Marín tras el encuentro en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD). "Se ha intentado dialogar y la comunicación es lo más importante que ha fallado aquí entre la federación y los deportistas", añadió. "A un acuerdo exacto no se ha llegado".

“Ha sido una reunión muy larga y no ha sido fácil al principio, pero se han excusado las partes que tenían que excusarse. Se ha abierto absolutamente el diálogo y ese ha sido el punto principal”, declaró Martínez de Irujo, presidente de la Asociación de deportistas. “En cuanto a los derechos de imagen", siguió; "las posiciones están cercanas y esperamos que para el miércoles estén ya ultimadas. Hay que definir el tiempo y la diferencia de un patrocinador a otro y de un deportista a otro. Porque estamos hablando de un patrocinio global para la federación y para la camiseta nacional que concierne a deportistas concretos [en referencia a Marín, que con sus éxitos le ha puesto cara al bádminton entre las empresas]. Se han acercado bastante”.

"Ha sido una reunión positiva, constructiva", fotografiaron fuentes gubernamentales pese a la falta de acuerdo. "La situación queda desbloqueada. Sigue el diálogo".

Así, queda oficialmente roto el acuerdo alcanzado el 30 de diciembre, que diferenciaba la distribución de los derechos de imagen en función de los resultados previos: una internacional del nivel de Marín, campeona europea y mundial, además de única jugadora con el tirón suficiente para atraer sponsors por sí misma, recibiría en metálico el 35% de cualquier contrato de patrocinio para el uniforme, al que se añadiría otro 20% entregado en forma de financiación de concentraciones, y otros servicios. La institución se quedaría, en consecuencia, con el 45% de lo recaudado con su imagen. En jugadores de menor nivel, la distribución llegaba a un 30-70, lo que provocó que los deportistas no firmaran el acuerdo y que la Federación asumiera una multa de 1.500 euros por darse de baja en el Europeo mixto.

“Nos toca hablar y con la verdad por delante”, había dicho la campeona mundial antes de acudir con otros seis compañeros a la reunión, en la que también estuvieron presentes Miguel Cardenal, el secretario de Estado; Ana Muñoz Merino, directora de deportes; Martínez de Irujo; y el abogado José Rodríguez, que asesora a los jugadores. La discusión, sin embargo, sigue abierta.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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