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Mucho gol y malas hierbas

El City arrasa al Newcastle y acorta distancias ante el Chelsea antes de recibir al Barcelona

Silva marca el cuarto gol del Manchester City al Newcastle ayer.
Silva marca el cuarto gol del Manchester City al Newcastle ayer.Michael Regan (Getty Images)

El Manchester City goleó ayer al Newcastle (5-0) y recortó dos puntos al Chelsea en su pelea por revalidar el título de campeón de la Premier League. Sin Navas pero con Touré de vuelta, el equipo de Pellegrini encarriló el partido antes del primer minuto con un penalti cometido sobre Dzeko que transformó Agüero. Sin despeinarse, antes del descanso, Nasri y el bosnio dejaron resuelto el encuentro. Silva, tras la reanudación, cerró la goleada, con dos tantos. El canario, que suma ya 10 goles en lo que va de Premier, fue escogido otra vez el mejor del partido por razones sobradas: jugó, hizo jugar y festejó dos dianas. Un triunfo que recorta distancias con el Chelsea, ahora a cinco puntos.

El City encara ahora por segunda vez en su historia los octavos de final de la Champions y de nuevo se mide al Barcelona, en lo que el departamento de mercadotecnia del club ha dado en llamar La Secuela, en referencia a lo ocurrido el año pasado. “Algo aprendimos: a no quedarnos con 10”, dijo ayer Pellegrini. El chileno ha sido protagonista de una semana ciertamente tensa en la ciudad deportiva del Manchester City por problemas de coyuntura derivados de la gestión de su departamento de comunicación, que convocó a parte de los medios españoles a una cita con jugadores hispanoparlantes que el técnico terminó prohibiendo al no haber sido avisado y considerarlo inconveniente antes del partido contra el Newcastle.

El equipo de Pellegrini golea al Newcastle (5-0) y recorta dos puntos con el Chelsea

Tras el encuentro de anoche, que no pasará a la historia más allá del debut del delantero Bony y dada la enorme superioridad del City ante las urracas, los jugadores del City hablaron del Barça al tiempo que se lamentaron del estado del terreno de juego, una cuestión sorprendente en un club como el City, que inauguró a comienzo de curso unas instalaciones que pasan por ser un referente mundial.

Resulta que el Manchester City presume de tener cinco campos de entrenamiento, con cinco tipos de pasto diferentes, dispuestos para que el primer equipo escoja durante la semana en función de dónde debe jugar el siguiente partido. La teoría dice que si visita el feudo de un equipo que juega sobre un terreno de juego con hierba mixta, entrena sobre un terreno con hierba mixta, que si ha de jugar en un campo de césped artificial, trabaja sobre césped artificial y que si le toca actuar en un terreno de hierba natural y muy alta, trabaja en las mismas condiciones… Eso en teoría. La realidad es que siempre entrena en el mismo campo y a disgusto y que en su estadio juega sobre un terreno de juego que no acaba de convencer ni a los futbolistas ni al cuerpo técnico, ni tampoco a los directivos.

El origen puede estar en la industrias químicas... o en los excrementos de gansos

La culpa no es de los 14 jardineros del club, que se desviven por atender las necesidades de los jugadores, pero resulta que chirría que en la ciudad deportiva de los citizens, que ha invertido 180 millones de euros en The Academy, los campos de entrenamiento no tengan la calidad requerida y no sólo por culpa del pasto. Por ejemplo, el primer equipo no ha pisado nunca el campo cubierto, de dimensiones reglamentarias y césped artificial, sencillamente por motivos de seguridad: las paredes están tan cerca de la línea de banda que no se puede disputar un balón que se pierda por el lateral a riesgo de chocar con una viga. Por eso, allí sólo hacen juegos de control los chavales los sábados y partidos amistosos los empleados cada jueves.

Incluso en el campo donde habitualmente trabaja el equipo a diario los futbolistas corren riesgos porque a partir de la línea de banda, el césped cambia a artificial y los jugadores resbalan, así que ya se han producido un par de lesiones musculares. Un problema que se multiplica por doquier. “El césped del Ethiad es blando, pero no encuentran la solución”, reconocía el miércoles uno de los futbolistas del primer equipo, quejoso.

Puede que todo tenga que ver con la zona sobre la que se ha urbanizado The Academy, una vieja área química abandonada que dejó los sustratos tremendamente castigados y que, ante eso y pese a la buena elección de la gramínea holandesa por la que apostaron los cuidadores de los campos y sus persistentes mimos, sea difícil luchar. Incluso sabiendo que la climatología es complicada y disponen de material para combatirla —enormes lámparas de calor— lo cierto es que el City tiene un problema.

Puede que la culpa sea tan simple, o tan triste, como la teoría que apunta a los excrementos de los gansos canadienses que poblaban la zona a los que no había manera de echar de las instalaciones una vez inauguradas. Hay quien sospecha que su herencia aún pasa factura. El caso es que el City golea sobre malas hierbas, de cinco tipos distintos, aunque en días como ayer celebre estar mas cerca del Chelsea, más cerca de ser otra vez el mejor equipo de Inglaterra.

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