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Tévez y se acabó

La Juventus barre al Dortmund con una exhibición del delantero argentino

Alejandro Prado
Carlos Tévez controla un balón.
Carlos Tévez controla un balón.P. Stollarz (AFP)

En el erial en el que se ha convertido el fútbol italiano sobrevive un equipo capaz de plantarse en una de las plazas más difíciles de Europa y presentar su candidatura para reinar en el continente. Lo hizo de la mano de un rutilante Tévez, que anoche se destapó con una exhibición más propia de un compatriota suyo que también lleva el 10. Dos goles, otro que regaló a Morata y un sinfín de diabluras que desmontaron al Borussia Dortmund. La Juve camina sólida por Europa de la mano del Apache.

Dortmund, 0-Juventus, 3

Dortmund: Weidenfeller; Sokratis, Subotic, Hummels, Schmelzer; Bender, Gundogan; Kampl, Mkhitaryan, Reus; Aubameyang. No utilizados: Langerak, Kehl, Kagawa, Immobile, Blaszczykowski, Ramos, Kirch.

Juventus: Buffon; Lichtsteiner, Bonucci, Chiellini, Evrà; Vidal, Marchisio, Pogba (Barzagli, m. 26) Pereyra; Tévez, Morata. No utilizados: Storari, Matri, Ogbonna, Pepe, Llorente, Padoin.

Goles: 0-1. M. 2. Tévez. 0-2. M. 70. Morata. 0-3. M. 79. Tévez

Árbitro: Milorad Mazic (Serbia). Amonestó a Reus.

Iduna Park, 66.000 espectadores, lleno.

Un equipo grande es ese que en lugar de acongojarse por el imponente ambiente del Westfallen se viene arriba y a los dos minutos vierte un camión de hielo en el infierno. O el que se olvida de especular con la mínima ventaja que traía y se lanza a la portería rival. Nada más que 120 segundos necesitó Tévez para lanzar un zambombazo al marco de Weindenfeller y noquear a un rival que dimitió desde ese momento.

Poco queda de ese Dortmund que el año pasado se lanzó al cuello del Madrid para intentar remontar un 3-0. En esta ocasión bastaba con un solo gol, y quizá por ello los de Klopp salieron como si el encuentro fuese un amistoso. Falta absoluta de tensión, y como consecuencia, una bala en la frente a la primera. El partido se acabó con ese gol de Tévez. Ni siquiera la temprana lesión de Pogba atormentó a una Juve que gobernaba el partido con autoridad.

Jürgen Klopp alineó su colección de mediapuntas y a Gundogan por detrás. Que no fuese por falta de talento. Pero ni Reus, ni Mkhitaryan, ni Kampl pasaron de ser meras sombras amarillas. El vertiginoso Aubameyang poco aportó solo en punta y los balones parados tampoco sirvieron de auxilio. El Dortmund fue la nada.

Poco queda del Dortmund que el año pasado se lanzó al cuello del Madrid para intentar remontar un 3-0

Sobre los bigardos alemanes voló Tévez, que solo necesitaba coger el balón para hacer temblar el estadio entero. Al margen de su imponente derechazo a la escuadra, el argentino obsequió a la parroquia con una colección de regates y pases de alta gama. Estaba tan de dulce que quiso que sus compañeros rieran con él. El comienzo del segundo tiempo fue para enmarcar. Dejó solo a Morata dos veces antes del gol del español. El tercero quiso hacerlo él.

La Juventus controló todo el partido y le bastó con apretar al comienzo de cada acto. Incluso el Dortmund se dio cuenta de que la superioridad era tal que apenas quiso molestar. Fue un monólogo de principio a fin. La solidez italiana y la chistera de Tévez. La vieja Juve ya está aquí.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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