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“Estar en la piel de Marc es guapo, pero jodido”

Los hermanos Márquez, en la élite del motociclismo, hablan de su infancia, sus entrenamientos y su manera de entender las carreras

Nadia Tronchoni
Marc y Àlex Márquez, durante la entrevista en las instalaciones de Festina en Baselworld.
Marc y Àlex Márquez, durante la entrevista en las instalaciones de Festina en Baselworld.FESTINA GROUP

Es sábado, falta una semana para que empiece el Mundial y los hermanos Márquez, Marc y Àlex (Cervera, Lleida; 22 y 19 años) campeones del mundo de MotoGP y Moto3, vuelan a Basilea para atender compromisos profesionales. Van de visita a Baselworld, el Salón mundial de relojería y joyería más importante del sector, invitados por Lotus, la marca de relojes que les patrocina. Y allí, en las instalaciones del grupo Festina, entre relojes de lujo y empresarios poderosos, hablan con EL PAÍS de su infancia, sus días de entrenamiento y su manera de entender las carreras. Unos días más tarde viajarán a Qatar, donde este domingo arranca el Mundial de motociclismo.

Pregunta. ¿Qué les daba su madre para desayunar?

Marc Márquez. Donuts.

Àlex Márquez. Qué buenos estaban. Nos gustaban los de chocolate.

Marc. De pequeños comíamos más bollería.

Àlex. Y cuando teníamos carreras, más todavía.

Marc. Ahora lo hacemos de vez en cuando algún día de invierno.

Àlex. Esos días decimos que es fiesta.

Marc. Te comes tus cereales y, al final..., cae una magdalena.

Pregunta. ¿Cómo eran los domingos en el Club Moto Segre?

Marc. Era divertido, ¿eh?

Àlex. Un no parar. Íbamos hasta cuando no teníamos carreras.

Marc. Las carreras del Moto Club, de motocross, se corrían por la mañana, los domingos; luego siempre había barbacoa; y después de comer siempre nos entrenábamos. Otra vez a dar vueltas hasta que el papá decía: ¡Se acabó la gasolina! Cuando íbamos a otros circuitos algo más lejos de casa, a Amposta, Tortosa o Mora d'Ebre, para no tener que levantarnos a las seis de la mañana, salíamos el sábado por la tarde. Así evitábamos madrugar.

Àlex. Éramos muy pequeños y nos metían en la caravana con el pijama puesto y todo. Cuando nos despertábamos, ya en el circuito, la mamá nos vestía. Y venga, a dar vueltas. Cuando íbamos a las pistas de karts salíamos antes, porque se entrenaba los sábados. Tú empezaste a los ocho y no coincidimos hasta que yo tuve ocho y tú, once.

Fuimos unas vacaciones a Italia. Pero nos aburríamos, sólo queríamos moto y más moto. Y volvimos antes de hora”  Marc Márquez, piloto de MotoGP

Marc. Yo hacía karting, motocross, enduro... ¡De todo!

Àlex. ¡Un año hizo unas 50 carreras!

Pregunta. ¿Cómo eran sus vacaciones?

Marc. Éramos mucho de hacer las vacaciones en casa.

Àlex. Y unas que hicimos fuera volvimos antes de hora.

Marc. Fuimos a Italia. Pero nos aburríamos y sólo queríamos moto y más moto. Y nos pusimos tan pesados que nos dijeron: para casa. Normalmente, las vacaciones las pasábamos en el pueblo. Nos decían: Si nos vamos de vacaciones quizá luego nos tenemos que perder alguna carrera.

Àlex. Y lo teníamos claro: en casa.

Marc. No se podía tener todo.

Àlex. Íbamos a la piscina municipal cada tarde, con mi abuelo.

Marc. Y nos encantaban los parques acuáticos.

Àlex. Todavía iríamos, pero...

Marc. La última vez que fui fue el verano del año que corrí con KTM, en 2010. Y ya se lio un poco de pollo... Me dije: este ha sido el último año.

Àlex. Lo pasábamos muy bien. Porque eso de ir a ver algo no nos gustaba mucho. Fuimos alguna vez al zoo, pero... Necesitábamos acción.

Pregunta. ¿Cuánto dura la alegría de un campeonato del mundo?

Marc. Yo diría que hasta el mes de enero. Ahí ya tienes que empezar en serio a prepararte físicamente y dejas al margen eso del título. El mes de diciembre es el que dura mucho. Cada fin de semana teníamos excusa. Se tiene que celebrar el mundial, que esto no volverá a pasar, decíamos. Pero en cuanto empieza la pretemporada, aunque ahí no nos den puntos, se acaban las fiestas.

Marc Márquez celebra en Japón su título de campeón del Mundo de 2014. / MOTORATTACK

Pregunta. ¿Qué es lo mejor de un invierno sin carreras?

Marc. A mí me gusta el mes de diciembre porque durante la temporada el motocross lo tengo restringido. Bueno, en teoría, no podría practicarlo. Pero en diciembre lo hago mucho. En caso de accidente tengo tiempo para recuperarme hasta que empiece el Mundial.

Àlex. A mí me lo dice. Vamos a hacer motocross, que ahora hay tiempo. Y yo le freno: pero si ya fuimos ayer.

Marc. O me dice que el circuito no está en buenas condiciones. Y siempre le contesto lo mismo: ahora hay tiempo. Ha cambiado, pero antes Àlex era bastante perro. Hablemos claro...

Àlex. Ahora ya no. Antes me costaba. Me gustaba el gimnasio, pero la bici, no. En el gimnasio, si te cansas puedes parar. Con la bici siempre tienes que hacer el camino de vuelta.

Marc me corrige un poco el estilo o me sugiere que juegue más con el cuerpo” Àlex Márquez, piloto de Moto2

Marc. Ahora vamos a entrenar y hasta se esfuerza.

Àlex. Es que ya consigo hacerle resoplar un poco. Ahora el entrenamiento me resulta más asequible.

Pregunta. ¿Cómo es un día en Rufea?

Marc. En invierno no llegamos al circuito antes de las once. En verano, a las nueve. Cuando hacemos dirt-track, que es más pesado, no estamos mucho más de una hora. Con motocross, hacemos como mucho dos o tres tandas de unos 20 minutos. Nada especial. Lo bueno es que el circuito siempre está perfecto, Jaume Curcó lo tiene bien cuidado; y eso nos permite entrenar más al límite. Cuando está mi padre él nos acompaña y lleva la furgoneta, si no, vamos solos. Yo me encargo de cargar las motos y Àlex de la comida y los monos. Cuando llegamos al circuito cada uno se cuida de lo suyo: de la presión de los neumáticos, de limpiar la moto después... Del mantenimiento, si hay que cambiar el aceite, por ejemplo, ya sí que se encarga mi padre.

Àlex. Y después de eso viene lo mejor, que te lo has dejado: la comida. Eso es sagrado.

Marc. Vamos a comer todos a un restaurante de Lleida que se llama PaddockGP.

Àlex. Es el sitio de Lleida al que va la gente a ver las motos.

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Marc. Nos hemos hecho amigos. Y siempre comemos en la mesa de la esquina.

Pregunta. ¿Cómo ha sido el salto a Moto2?

Àlex. Trabajando. No queda otra. Hay pilotos que ya llevan cuatro o cinco años en la categoría y eso se nota, porque las motos no han cambiado mucho en este tiempo.

Marc. Coges una moto más grande y al principio, como le pasó a él, piensas: la moto corre más, es más divertida, la vuelta se hace más rápido... Pero después cuando tienes que ir realmente rápido es mucho más jodido.

Àlex. Todo tiene su periodo de adaptación.

Pregunta. ¿Todavía está en esa fase en la que la moto lleva al piloto?

Marc. Sí, sí que lo lleva. Ya se lo digo yo. Llega a casa destrozado. Se echa siestas de dos horas.

Alex Márquez durante el segundo día de los test oficiales de los equipos del Campeonato del Mundo de Moto2 y Moto3 en el Circuito de Jerez.
Alex Márquez durante el segundo día de los test oficiales de los equipos del Campeonato del Mundo de Moto2 y Moto3 en el Circuito de Jerez.R. Rios (EFE)

Àlex. Moto2 cansa de forma distinta, porque con la Moto3 me cansaba por ser tan alto y no entrar en la cúpula. Tenía que esconderme en las rectas. Ahora en las rectas puedo descansar un poco y en las curvas es cuando más me agoto.

Marc. Además, de momento yo he podido aportarle poco. Apenas le he visto. Sólo en fotos.

Àlex. Me corrige un poco el estilo o me sugiere que juegue más con el cuerpo, pero poco más. A partir de ahora empezará a decirme más cosas.

Pregunta. Su concepción de las carreras es algo distinta. ¿Cómo vivieron el final del curso pasado?

Marc. Después de la carrera de Malasia [en la pelea por el título Miller, muy agresivo, terminó segundo y Márquez, quinto] lo primero que le dije fue: ¿por qué no se la has devuelto? Me puse nervioso. Le dije: vale, tienes que ser respetuoso, pero si te la dan, la devuelves. Él me decía: tranquilo, todavía voy primero en la clasificación.

Àlex. Si no hubiera tenido aquel margen de puntos quizás hubiera arriesgado más. Pero puede ocurrir que se la devuelvas y te caigas. ¿Qué haces entonces? Yo aguanté. Y salió bien.

Después de la carrera de Malasia le dije a Àlex: vale, tienes que ser respetuoso, pero si te la dan, la devuelves”

Marc. No sé... Yo no lo veo así. Te salió bien, pero... Así quedas como un señor, pero yo no hubiera sido capaz. Si luego no sale como quieres te arrepientes más, porque te la han pegado.

Àlex. Estaba convencido de que saldría bien.

Pregunta. ¿Qué esperan de este 2015?

Marc. ¿Qué esperas tú? No sacar mucho la bilis, ¿no? Los primeros años de Moto2 son jodidos...

Àlex. Aprender lo más rápido posible. Y tú, ¿qué esperas? Tú lo tienes fácil, ¿no?

Marc. A mí no me queda otra... Luchar por el título. Ya no vale decir que voy carrera a carrera.

Àlex. Estar en la posición de Marc es guapo, pero jodido al mismo tiempo. Aunque está más tranquilo que el año pasado. Y creo que también más preparado.

Marc. Si él lo dice...

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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