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Y Fernando Alonso, de pretemporada

El español se marcha a Dubái, donde se entrenará durante 10 días para estar físicamente listo con vistas al Gran Premio de China

Oriol Puigdemont
Fernando Alonso pilota su Honda en Sepang (Malasia).
Fernando Alonso pilota su Honda en Sepang (Malasia).L. Baron (Getty)

Fernando Alonso advertía desde que aterrizó en Kuala Lumpur a principios de semana que las primeras carreras de este 2015 se las iba a plantear como la pretemporada que ni él ni su equipo han podido realizar según los cánones normalmente establecidos. En su caso, el elemento desestabilizador fue el accidente que sufrió en Montmeló, que le dejó un mes fuera de combate y le impidió tomar parte en la primera carrera de la temporada (Australia). En cuanto a la escudería de Woking (Gran Bretaña), su problema ha sido la calamitosa unidad de potencia que incorpora el MP4-30. Honda ha regresado a la F-1 de la mano de McLaren y con Alonso como principal reclamo, pero son muchas las incertidumbres que rodean a un proyecto publicitado a partir de los éxitos conseguidos en el pasado en unas circunstancias que no tienen nada que ver con las actuales. Honda está verde a más no poder y no parece cosa de tres o cuatro carreras que consiga salir del agujero a menos que sus motores dejen de romperse como ocurrió de nuevo en Sepang.

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Solo se han disputado dos grandes premios y lo más probable es que Jenson Button tenga que recurrir al tercer propulsor de los cuatro disponibles por el momento –existe un acuerdo prácticamente cerrado entre las estructuras para que se pueda recurrir a un quinto–. Alonso cuenta uno más que su compañero pero sus expectativas a medio plazo no son demasiado halagüeñas. Este domingo, tanto el británico como el asturiano se vieron obligados a aparcar sus monoplazas en el garaje antes de tiempo. El corredor de Frome pudo completar 40 vueltas, justo el doble que su vecino, que se bajó del coche completamente destrozado. El bochorno (61 grados en el habitáculo) le dejaron para el arrastre después de haberse pasado cuatro semanas sin subir al coche y sin poder exprimirse como a él le hubiera gustado. “Estoy cansado, pero es algo normal después de tantos días”, reconoció el bicampeón del mundo. Para tratar de ponerse al día, Alonso se embarcó este lunes rumbo a Dubái, donde se pasará los próximos 10 días machacándose físicamente para estar preparado dentro de dos semanas, en China.

Si mejorar su condición física es algo que seguramente logrará sin demasiado esfuerzo, mucho más difícil será la recuperación del McLaren. Es cierto que en solo dos semanas, el salto de calidad del prototipo plateado ha sido significativo –el propio Alonso lo fijó en un segundo y medio–, pero en estos momentos la diferencia con los más rápidos ronda todavía los tres segundos y medio. “Nos falta potencia, un número de caballos de tres cifras”, deslizó desde el paddock del circuito malayo. Para él, el domingo fue un día de lo más difícil de digerir. El sábado, Sebastian Vettel se quedó a una sola décima de adjudicarse la ‘pole’ con el coche que él pilotó los últimos cinco años. Al día siguiente se encaramó hasta el peldaño más alto del podio, logrando algo que Ferrari no conseguía desde el Gran Premio de España de 2013, precisamente con el ovetense al volante. “Lo importante es saber quién romperá antes la hegemonía de Mercedes, si McLaren o Ferrari”, convino antes de abandonar Malasia.

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