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Mathieu entra en la ecuación

El central francés, que llegó para dar aire a la zaga del Barcelona, se amolda a Piqué y aprovecha sus minutos con una aseada defensa y también goles

Jordi Quixano
Mathieu festeja el gol ante el Celta, seguido de Piqué.
Mathieu festeja el gol ante el Celta, seguido de Piqué.Alex Caparros (Getty Images)

El área deportiva del Barcelona se planteó hace dos años fichar a un central porque no sabían cómo evolucionaría la rodilla de Puyol —ahora retirado— y querían tener a cuatro jugadores de plenas garantías en el puesto. Era, además, una exigencia de la grada. Ocurrió que el expresidente Sandro Rosell decidió por su cuenta que el que mejor le venía al equipo era David Luiz, entonces en el Chelsea. “Pero no tiene ese equilibrio que requiere el puesto de central en el Barcelona porque en ocasiones te sale de extremo, a veces pega un pelotazo a la grada y pierde la posición a menudo…”, le razonaron desde el área deportiva. Unos argumentos que no convencieron a Rosell y que antepuso su fichaje a cualquier otro. No era del gusto del área deportiva, que prefería a Agger (Liverpool) por su salida del balón e incluso a Mathieu porque era como Abidal, reconvertible también al lateral. Y ya cuando negociaron con David Luiz no había dinero —invertido en Neymar— ni las ganas del jugador a venir. Así que no vino nadie.

En el pasado verano la prioridad, descartada la vieja ambición de Thiago Silva, fue Marquinhos (ambos del PSG). Pero el club parisino se negó en redondo a negociar y llegó Mathieu [por 20 millones y no por 12 como podían haberlo fichado en el año anterior; aunque el jugador se rebajó la ficha], además de un Vermaelen que lo hizo lesionado y sigue sin debutar con el primer equipo. Se quedaron en la secretaría técnica, en cualquier caso, con las ganas de seguir las evoluciones de John Stones, central del Everton.

Los informes del club decían que el futbolista no era genial en nada, pero bueno en casi todo

“La defensa siempre ha sido un debate en Can Barça y existía una falsa prioridad por fichar. Pero si miras la zaga que ganó en Wembley [final de la Champions conquistada ante el Manchester United], tres de los cuatro habituales son los mismos”, reflexiona un jugador del equipo. “Además sigue Bartra, que nunca falla, y Mathieu, que está dando un gran rendimiento”, abunda otro futbolista del Barcelona. “Esa era la idea con Mathieu”, recogen el testigo desde el club. Resulta que los informes del área técnica evidenciaban que el futbolista no era excelente en nada, pero sí que era bueno en casi todo. “Dijeron que se adaptaba a las características de los otros centrales”, cuentan del club; “que su velocidad y capacidad de corrección, además de centímetros, se adaptarían a la salida de balón de Piqué, al sentido táctico y anticipación de Mascherano y a la agresividad de Bartra”.

De momento, el francés les da la razón, fenomenal en el juego aéreo, veloz en la carrera hacia atrás y hasta atinado en el remate con dianas capitales ante el Madrid en el Camp Nou y el pasado fin de semana frente al Celta. “Los goles son lo que menos le podíamos pedir en un principio”, señaló ayer Luis Enrique; “más bien le fichamos para que los evitara y para sacar el balón. Yo juzgo a Jérémy por su rendimiento desde el principio de la temporada y es más que bueno para ser el primero”. Y, en lo que ya es habitual en el entrenador, recordó a quienes le ficharon, ahora despedidos: “Este año en la dirección deportiva ha hecho un gran trabajo”.

“A Jérémy lo que menos le podíamos pedir era que marcara tantos”, explica Luis Enrique

Ocurre que en el mercado actual no hay muchos equipos que tengan centrales de plenas garantías. El PSG, por ejemplo, pagó 50 millones por David Luiz, por más que tienen a Thiago Silva y Marquinhos, los preferidos del Barça. El Manchester City abonó 40 millones por Mangala, que no juega en beneficio del veterano Demichelis. El Chelsea persiste con Terry, al que renuevan a cada temporada por rendimiento, además de Cahill y el joven Zouma que apenas cuenta para Mourinho. “Son físicos, pero no cumplen con el requisito de sacar el balón”, exponen desde el club. En el Manchester United es más de lo mismo con Smalling, Jones y Evans, además de Rojo, fichado por 20 millones al Sporting de Portugal. “Son centrales que no encajarían en el Barcelona por la exigente forma de jugar que tenemos”, resuelven. En el Liverpool, lesionado Skrtel, juega ahora Emre Can, un mediocentro reconvertido y el desbravado Kolo Touré. Y el Bayern pagó 28 millones por Benatia —descartado en el Barça porque le cuesta jugar con espacios a su espalda—, que sólo ha disputado 13 partidos entre lesiones y rotaciones de un Guardiola que sigue confiando en Boateng y Dante. La Juve tiene a Bonucci y Chiellini, jugadores perfectos para la Serie A, del mismo modo que el Atlético tiene en Miranda, Godín y Giménez a tres centrales idóneos para su juego. Y el Madrid —“ellos sí”, entienden desde el club— encuentra en Ramos, Pepe y Varane futbolistas de gran calidad.

Y el Barça se quedó con Mathieu, futbolista que no sabe mentir —desveló la bronca del técnico con Messi, se sorprendió por jugar de lateral ante el Madrid en el Bernabéu y reconoció que ante el Celta jugaron su peor primera parte— y que junto a Piqué (suman 15 partidos juntos y sólo han concedido un empate y dos derrotas) parece encontrarse de lo más cómodo. Ocurre que ante el Almería es posible que uno de los dos descanse para dar cabida a Bartra, ya que Mascherano presumiblemente ocupará la medular ante la sanción de Busquets. Cambios que no repercuten en el Barcelona, que tan sólo ha encajado 17 goles en la Liga (a 0,58 por partido). “Es un dato que me gusta. Es mejorable, pero habla bien de todo el equipo, no solo de la defensa”, reflexionó Luis Enrique. También de Mathieu.

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