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Un relato de fútbol para una Champions de balonmano

Viran Morros aspira al título con el Barça y dedicárselo a su abuelo Argila, portero del Oviedo y del Barça, fallecido este año

Robert Álvarez
Viran Morros.
Viran Morros.JUAN BARBOSA

La fotografía de la estirada del portero del Oviedo, en blanco y negro como corresponde a la década de los cuarenta, sigue colgada en la habitación familiar donde dormía Viran Morros. Fernando Argila, el abuelo futbolista le transmitió los genes defensivos al jugador de balonmano, que afronta este sábado la Final Four de Colonia, el máximo reto en la impecable temporada del Barcelona, enfrentándose en la semifinal al Kielce de Polonia (15.15, Tdp y Esport3).

“El deporte siempre ha sido una actividad esencial en casa. Mi padre corría y practicaba yudo y gimnasia. Mi madre jugó a baloncesto. Cuando éramos pequeños nos llevaban al Palau. Mi madre era abonada al baloncesto, pero también veíamos partidos de balonmano y de otros deportes. Y mi hermano y yo jugábamos a fútbol con mi abuelo en la playa de Castelldefels”, cuenta Viran, bautizado con el acrónimo de los nombres de sus padres, Victoria y Ramon.

Viran jugó a fútbol ya más en serio con la peña barcelonista de Collblanc. Hasta que se decantó por el balonmano cuando tenía 15 años, tras asistir a un campus dirigido por Valero Rivera. Cuando los técnicos del Barcelona le vieron sus manos, grandes, le convencieron para que se pasara al balonmano. Ahora, afronta la Final Four como uno de los más destacados defensas del balonmano continental. “Será mi quinta final de la Champions. Gané dos con el Ciudad Real, en el antiguo formato de ida y vuelta. Diría que a esta Copa ya le toca venir conmigo. Hace tiempo que la quiero y no me hace caso”, suelta con sarcasmo el lateral izquierdo blaugrana.

El año pasado tiramos la semifinal, perdiendo un partido que teníamos ganado. Ahora debemos quitarnos la espina”

Viran realizó parte de su mayor progresión como jugador de élite a las órdenes de Talant Dujshebaev, ahora entrenador del Kielce. Fue cuando ambos defendían al Ciudad Real. “Me dio mucho”, afirma Viran. “Es uno de los mejores entrenadores. Llegué allí procedente de León. Era un jugador poco importante en aquel momento. Había debutado en la selección, pero no era fijo. Tuve la ocasión de ganar títulos y ser realmente importante”.

Su primera Champions la consiguió contra todo pronóstico. El Kiel, donde entonces jugaba su ahora compañero Karabatic, venció por 27-29 en Ciudad Real. “Lo primero que nos dijo Talant fue que solo nosotros sabíamos quiénes éramos y que, si alguien podía darle la vuelta a aquello, éramos nosotros. Ellos ya tenían la fiesta montada allí. Recuerdo su pabellón, lleno, con 12.000. Y apenas 300 seguidores del Ciudad Real, entre ellos mis padres”. Venció el Ciudad Real por 25-31. “Fue grandísimo, muy bonito”.

Viran Morros.
Viran Morros.JUAN BARBOSA

La conquista de la tercera Champions –el Ciudad Real ya la había ganado en 2006, sin Morros-, resultó igualmente épica. “Perdimos por cinco goles en Kiel y al principio íbamos perdiendo también en casa. Remontamos. La afición se volvió loca. Todavía se me pone la piel de gallina”, balbucea Morros.

Tras los grandes triunfos, se sucedieron dos enormes decepciones. Ya con el Barcelona, en 2013 perdió la final contra el Hamburgo en la prórroga. Y el año pasado, el equipo blaugrana se llevó un gran chasco en las semifinales. Perdió ante el Flensburg. “Tiramos la semi en seis minutos. Lo teníamos prácticamente ganado. Habíamos hecho una gran segunda parte, ganábamos por seis goles, lo controlábamos. Pero se nos fue. De todo se aprende. Fue difícil digerirlo. En el vestuario no nos lo creíamos. Aquello nos dejó tocados. Pero pasó el verano y nos fuimos recuperando. No nos quitamos la espina, pero sí que nos tomamos una pequeña revancha cuando les ganamos allí y aquí en la fase de grupos. Eso, psicológicamente nos ayudó. Tenemos que quitarnos la espina ahora”.

El desafío, ahora, empieza por el Kielce. “Juegan al estilo del Ciudad Real. Se ve en ellos el sello de Talant”, analiza Viran. “Actúan con mucho orden, en defensa utilizan un 6-0. Les da más seguridad en sus porteros. Son muy duros defendiendo, los extremos salen muy rápido y tienen un central como Uros (Zorman) que lleva el timing del partido, Aguinagalde, buenos lanzadores desde fuera... La gente está muy confiada pensando que es el rival más fácil, pero es muy complicado”.

Ganar la Champions con el Barça es mi sueño de siempre, desde cuando veía las finales del dream team”

Morros no se resiste a dejar volar la imaginación: “Ganar la Champions con el Barça es mi sueño de siempre, desde cuando veía las finales del dream team. Yo también quiero una de esas”. Sería el mejor tributo de Viran a su abuelo Fernando Argila, fallecido este año a los 94 años, cuando era el decano de los veteranos del Barcelona. El título honraría la memoria de aquél portero que llegó a ser internacional con la selección española de fútbol, que jugó en el Barcelona de Mariano Martín y Seguer, en el Oviedo de los Emilín, Herrerita y Lángara, y en el Atlético de Madrid, antes de entrenar a varios equipos de Primera y Segunda. El mismo que, una vez retirado, se llevaba a sus nietos a jugar en la playa de Castelldefels. Sobre la arena, a orillas del Mediterráneo, les transmitió el valor de la competitividad y el gen de la defensa.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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