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Alberto Contador: “Un doblete se recordaría siempre”

Carlos Arribas
Contador, durante la pasada Ruta del Sur.
Contador, durante la pasada Ruta del Sur.Rafael G. Riancho

En vísperas de la Ruta del Sur, su última carrera antes del Tour, a Alberto Contador (Pinto, 1982), se le recuerda que ese día justamente, el 17 de junio, Eddy Merckx cumple 70 años.

Pregunta. ¿Qué significa Merckx?

Respuesta. Ha sido el más grande de la historia. He coincidido con él a veces, y la clase que tenía como corredor la sigue teniendo como persona. Decir Merckx es decir ciclismo y decir historia. Indurain es español, y por eso tira más, pero el más grande ha sido Merckx. Está por encima de Indurain y de todo el resto de ciclistas.

P. ¿Su palmarés, cinco Tours, cinco Giros, una Vuelta, es una referencia para usted?

R. No me he planteado nunca récords o un gran número de victorias. Voy año a año planteándome diferentes objetivos, y, claro, cada vez voy sumando más victorias. Eso es lo que me motiva, pero nunca pienso en batir récords de victorias. Y lo que ha conseguido Eddy Merckx es algo increíble.

P. Si usted ganara el próximo lo haría ocho años después del primero, una prueba de longevidad que solo supera Gino Bartali, quien ganó dos con 10 años de diferencia.

R. Ojalá lo pudiera cumplir. Acaba de terminar el Giro y un aficionado me envió un montaje con fotos de mis grandes podios. Lo vi y me hizo pensar en la cantidad de rivales diferentes que han ido pasando. De todo tipo: contrarrelojistas como Evans, escaladores como Andy Schleck, gente nueva como Froome y jóvenes que van llegando. Han desfilado tres generaciones. Y eso me enorgullece, el seguir desde 2007 como favorito siempre.

Hasta hace dos días no he empezado a levantarme sin dolor de piernas”

P. Merckx decía que el Giro es la mejor preparación para el Tour.

R. Pues no sé qué decir. Hasta hace dos días no he empezado a levantarme de la cama sin dolor de piernas. El Giro ha sido muy exigente con una última semana increíble. Eso ha hecho que todos los días me levantara con dolor de piernas muscular, es decir, con fatiga. En la concentración en altura después del Giro, todas las mañanas el masajista me preguntaba cómo iba, y yo le decía que el dolor de piernas podía deberse a que él me apretaba mucho en el masaje, pero él decía que no, que no apretaba. Luego, en la bicicleta voy bien. Pero los últimos días se me fue el dolor. Parece que el cuerpo me ha cambiado, y eso me motiva.

P. ¿Y psicológicamente?

R. Psicológicamente estoy perfecto. He tenido que renunciar a celebraciones, a pasar tiempo con los amigos, a no salir de cena, a no beber ni una sola copa de vino en un mes, a mil cosas. He vivido única y exclusivamente para la bici. Son cosas que no se ven, pero cuando tomé la decisión de hacer Giro-Tour la tomé con todas las consecuencias, aunque sé que es un esfuerzo grande, psicológicamente ya me preparé, como si lo entrenara, para todas las cosas a las que iba a tener que renunciar.

Contador, en la 19º etapa del Tour de 2010.
Contador, en la 19º etapa del Tour de 2010.Reuters

P. ¿Está saliendo todo como pensaba que iba a salir cuando empezó la aventura?

R. Sí, aunque en el Giro he hecho un esfuerzo grandísimo con una grandísima concentración. Ha habido tres o cuatro días en los que me he tenido que hacer una auténtica contrarreloj, aparte de la contrarreloj en sí. En el Mortirolo, en Verbania y en Le Finestre fueron días de esfuerzo máximo que me hicieron llegar al hotel exhausto.

P. En el Dauphiné se ha visto a Froome aislado, sin equipo, en una etapa. ¿Se ha acabado la época en la que un solo equipo podía controlar toda la carrera?

Yo destacaría como favorito a Froome, aunque no haya contrarreloj larga”

R. Sí y no. El Astana tenía una buena locomotora en el Giro, aunque por suerte no les salió bien. Todo es relativo. La etapa del Dauphiné fue un día complicado y no sé lo que pensaba Sky. Una cosa está clara: no hay que centrarse en los vatios, reducirlo a vatios por kilo y cuánto tiempo se pueden mantener en una subida. Hay muchos más factores: la meteorología, en todos los sentidos, lluvia, nieve, sol, canícula, frío… Y luego, el trazado y la situación de carrera: al día siguiente de una contrarreloj puede pasar factura; después del día de descanso a algunos les cuesta arrancar… Hay que poner todo encima de la balanza, llegar en óptimas condiciones de rendimiento y elegir entre las posibilidades tácticas que se plantean.

P. ¿Hay que correr con la audacia de quien piensa que el riesgo siempre paga?

R. Hay veces en momentos clave en los que hay que tomar decisiones rápidas y pueden ser acertadas o no. Y a mí me gusta intentar crear situaciones que me puedan beneficiar, muchas veces improvisadas. Personalmente, el probar algo diferente a lo establecido, a lo esperado, a lo normal, me motiva, pero no olvido que siempre hay que pensar con la cabeza y analizar que tenga sentido lo que vayas a hacer. De nada sirve atacar sin sentido porque este es un deporte en lo que cuenta es ganar. Pero, sí, siempre hay veces en que también es importante la forma en que se consigue la victoria, con movimientos que la gente recuerda.

P. ¿El favorito? ¿Contador? ¿Quintana? ¿Nibali? ¿Froome?

R. Estamos, sí, varios corredores y tres de ellos sabemos lo que es ganar el Tour. Quintana no lo sabe pero es un corredor joven que fue capaz de quedar segundo hace dos años y se ha preparado a conciencia. Estamos los cuatro a un nivel muy parecido, pero por las experiencias que he tenido con él durante mi carrera, yo destacaría un poco por encima, aunque no haya contrarreloj larga, a Froome.

P. ¿Seguirá con su costumbre de intentar ponerse de amarillo el primer día de montaña?

El Tour es la carrera más importante, la que te cambia la vida. Y doy fe de ello”

R. Es una cosa en la que no pienso. Yo en lo que más creo es en aprovechar las oportunidades. El día que tienes bueno, y hay un buen recorrido, tienes oportunidad para meter diferencia a los rivales. Si el primer final en alto [décima etapa, Pierre-Saint Martin] tienes buenas piernas, hay que aprovecharlo, evidentemente. A lo mejor no descuelgas a todos, a lo mejor no descuelgas a ninguno, pero a lo mejor descuelgas a uno, y ya tienes un camino hecho.

P. Pero antes hay que sobrevivir a una primera semana que se anuncia terrible: pavés, abanicos, contrarreloj por equipos…

R. Será complicada, y especialmente para mí, que llego del estrés de las tres semanas del Giro y me tendré que enfrentar a una lucha de mayor tensión, equipo contra equipo, carreteras estrechas, viento, lluvia del norte, adoquines… Será dura psicológicamente sobre todo. Y será como el Giro, se correrá sin respiro. El ciclismo ahora está más disputado que antes. Se lucha cada etapa como si fuera la última, ya sea de sprint, de fugas…cada uno busca sus oportunidades y los que disputamos la general siempre tenemos que esprintar para estar entre los 20 primeros cuando antes nos podíamos ir para atrás. Ahora, si vas el 50 siempre pueden picar tiempo, y eso entraña un riesgo. Quizás es la presión o la tensión de los equipos que se transmiten desde el coche, pero hace que cada etapa se corra sin respiro, pese a lo que pueda parecer por la tele.

P. En el Giro, justamente, dio la impresión de que usted podía manejarse perfectamente sin director de equipo, como si todas las decisiones las tomara usted y elaborara las tácticas…

R. Con los años, a la hora de tomar decisiones, y en momentos concretos, tomo las decisiones analizando mi condición física y mis sensaciones en cada momento, que dependen mucho del ritmo a que se había ido antes, lo que desde el coche a veces no se aprecia. Pero el coche viene bien para que te cuenten la situación de carrera, la impresión que les dan los corredores que van contigo, y en las contrarreloj, las referencias y las curvas, a pesar de que a mí me gusta visualizar las contrarreloj con los ojos cerrados…

La gente que te dice tajantemente que el doblete es imposible me motiva aún más”

P. ¿Es menos importante el papel del director?

R. En mi caso, salvo en momentos puntuales en los que influyen las sensaciones de las piernas, donde, es verdad, soy yo el que toma las decisiones, en etapas más llanas tiene un papel importante. Te advierte de peligros, de estrechamientos, del viento… Ahí son importantes.

P. ¿Qué aprendió de 2011, el otro año en que dobló Giro-Tour?

R. Aunque parezca mentira, porque no lo gané, el Tour del 11 es un Tour que me da confianza. Es una carrera que se me cruzó desde el primer momento. El primer día, en una caída perdí 1m 20s, y me vacié en los últimos 10 kilómetros; en la contrarreloj por equipos salimos los primeros y perdimos ya 40s con Schleck y Evans, los directos rivales. Perder 2m en dos días no es lo más deseable. Y antes de Pirineos, volví a caerme, se me fastidió la rodilla derecha y estuve a punto a punto de irme a casa. Me quedé por algo personal. Pasé lo mejor posible los Pirineos y me centré en los Alpes. Salvé, pero volví a caerme. En los Alpes tuve un mal día en el Galibier, donde me quedé vacío a falta de tres kilómetros, pero al día siguiente tuve buenas piernas e hice algo que recordaré siempre, algo de lo que me siento más orgulloso que de atacar a cinco kilómetros de Alpe d’Huez y ganar la etapa. Ataqué de salida y al final la gente que ama el ciclismo disfrutó y estoy contento. Y en la última contrarreloj solo me superaron dos corredores, Tony martin y Cadel Evans… Haciendo un balance global, sin el mal día del Galibier, pese a todas las caídas y eso, habría luchado por la victoria hasta el final. Y eso me da confianza.

El podio de París en 2007, con Alberto Contador como ganador.
El podio de París en 2007, con Alberto Contador como ganador.EFE

P. ¿Qué quiere probar con el doblete?

R. Es un reto personal. Una ilusión grande. El Tour es la carrera más importante, la carrera que te cambia la vida, y doy fe de ello. Hasta que lo ganas no conoce su impacto y repercusión, pero, por otro lado, a mi carrera deportiva un Tour más o menos no la haría más memorable. En cambio, si consiguiera Giro-Tour, sería algo que todos recordarían en la historia. En la vida hay que vivir de motivaciones y de retos, y para mí este es uno realmente grande. Hay gente que cree que es imposible. Yo creo que primero hay que probar. Será realmente difícil. Estoy haciendo absolutamente todo para recuperarme, cada hora, cada minuto, cada día, todo por y para estar lo mejor posible en el Tour. Luego veré si se puede conseguir o no, porque no solo es un desafío físico, sino, sobre todo, mental. Y luego la carrera debe ir bien… Pero, la gente que dice tajantemente que es imposible me motiva aún más.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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