_
_
_
_
_

La voluntad no le es suficiente a Panamá en la Copa Oro

Tras el 1-1 con Estados Unidos, la selección panameña depende de otros para pasar a cuartos de final, a los que accede Haití

Zardes (izquierda) y Pimentel, durante el partido.
Zardes (izquierda) y Pimentel, durante el partido.Colin E. Braley (AP)

Las alineaciones dieron los primeros indicios y solo empezar el partido este lunes en Kansas City se percibió una dualidad de actitud: Panamá buscaba ganar para clasificarse para los cuartos de final de la Copa Oro, mientras Estados Unidos no tenía ninguna urgencia al ya haber hecho los deberes en la jornada anterior tras sumar dos victorias.

Pero el fútbol no es estático. La mayor intensidad benefició a los panameños en la primera parte, pero en la segunda los estadounidenses impusieron su más amplio repertorio. El resultado final (1-1) clasifica para la siguiente fase a EE UU y Haití, la gran sorpresa del grupo. Para acceder a cuartos, Panamá depende del milagro de ser el mejor de los terceros de cada grupo del torneo tras encadenar tres empates a un gol.

Panamá le tenía ganas a Estados Unidos. Al margen de sus necesidades actuales, parecía no olvidar sus traumas pasados. La selección perdió contra la estadounidense la última final -la de 2013- de este torneo de naciones de la Confederación Norte, Centroamérica y Caribe de Fútbol (CONCACAF). Y a los pocos meses, una remontada en el último minuto de Estados Unidos dilapidó el sueño panameño de entrar por primera vez en un Mundial, el de Brasil 2014.

El empate -el efecto combinado de la voluntad panameña y el orgullo estadounidense- pareció el desenlace más justo

Esa carambola benefició a México, la selección que más veces (seis) ha ganado la Copa Oro. De cerca la acecha Estados Unidos, con cinco campeonatos. Los estadounidenses son los favoritos del torneo por ser los anfitriones y defensores del título. La selección que dirige el alemán Jurgen Klinsmann lo sabe, como evidenció el orgullo que afloró en la segunda parte del partido contra Panamá.

El inicio fue muy distinto. Toda la motivación que le sobraba a Panamá, le faltaba al combinado de Estados Unidos, que optó por dejar en el banquillo a su estrella: el delantero Clint Dempsey. Ante una hinchada volcada en los norteamericanos, había sobre el césped una sensación volátil: contragolpes rápidos de ambos equipos, pero con mayor peligro y atino de Panamá.

El premio para los jugadores del colombiano Hernán Bolillo Gómez llegó en el minuto 34: en una rápida jugada de combinación dentro del área, Tejada le sirvió un pase en bandeja a Pérez, que remató a gol con facilidad. A los pocos minutos, Estados Unidos tuvo su ocasión más clara. El centrocampista Alejandro Bedoya, de origen colombiano, se escapó solo contra el portero. El contragolpe lo abortó la defensa al borde del área. El árbitro no pitó nada, ante el sonrojo del público.

Tras el descanso, Dempsey entró al terreno de juego. Y la actitud de EE UU se transformó. La frustración se evaporó al tomar el equipo de Klinsmann el control del partido. Con mayor velocidad e intensidad, el gol del empate tardó escasos minutos: lo anotó el capitán Bradley tras un buen centro de Bedoya. Y al poco, el larguero escupió un potente disparo del estadounidense Zardes.

Panamá se reactivó a partir del minuto 20. Tuvo algunas ocasiones claras, como también EE UU. El empate final -el efecto combinado de la voluntad panameña y el orgullo estadounidense- pareció el desenlace más justo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_