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Una niña de 10 años nada entre gigantes en los mundiales de Kazán

La nadadora de 10 años compite en los 50 mariposa y se convierte en la estrella mediática de la jornada en los Mundiales de Natación de Kazán

Diego Torres
Alzain Tareq, después de la prueba.
Alzain Tareq, después de la prueba.ALEXANDER NEMENOV (AFP)

El agua de la piscina del Mundial es el depósito natural de las secreciones de las células calciformes arrojadas con la potencia propia de personas que se han pasado la vida ejercitando el volumen espiratorio máximo. Los mocos, en forma de filamentos blanquecinos, circulan entre aguas durante un rato antes de ser eliminados por un gran filtro. Los nadadores están acostumbrados. Piensan que el cloro liquida todas las bacterias. Ya confesó Ryan Lochte en Londres que había meado en la piscina y muchos de sus colegas refrendaron esta práctica, e incluso la festejaron. Hasta los más fieros atletas han sido niños una vez; y ya se sabe que los niños son los habitantes menos higiénicos de las piscinas.

Alzain Tareq es una niña. Es más. Es una niña menuda para los diez años que figuran en su ficha de inscripción en los Mundiales. No hubo nada que evocara la presencia de un fenómeno físico cuando los musculosos velocistas que completaron la última serie de 50 libre masculino se retiraron para dar paso a la sesión del 50 mariposa femenino y apareció ella, minúscula. El poyete de la calle tres, donde tres minutos antes se había encaramado el voluminoso Cesar Cielo Filho, récord mundial de 50 y 100 libre, se le hizo casi inaccesible. Subida en lo alto del armatoste parecía a punto de lanzarse de un trampolín. La multitud sentada en las gradas guardó un silencio reverencial y cuando se tiró al agua y nadó su serie sin apenas mover la superficie, dulcemente, recibió una calurosa ovación. Salió con aire feliz, como si la hubieran bendecido.

Alzain Tareq se convirtió así en la nadadora más joven en participar de unos Mundiales de Natación. “Hoy es un gran día para nuestro país”, dijo el delegado del equipo de Bahrein que acompañó a la muchacha al salir del agua, después de que nadara la primera serie de los 50 mariposa, esta mañana. Su tiempo fue el más lento del concurso de 63 nadadoras: 41,13 segundos. En el otro extremo se situaron los 25,43s que logró la sueca Sarah Sjostrom.

Alzain Tareq, durante la prueba.
Alzain Tareq, durante la prueba.ALEXANDER NEMENOV (AFP)

“Es maravilloso estar aquí”, dijo la muchacha, sonriente y relajada, con voz de pito, en perfecto inglés “Me clasifiqué para el Mundial nadando en mi país contra adultos. Fui la mejor de las pruebas en Bahrein y por eso estoy aquí. Igualmente no estoy contenta con mi tiempo. Lo puedo hacer mejor. Entreno cinco veces a la semana para mejorar. Ahora quiero hacer 34 segundos en las pruebas de 100 mariposa de este sábado”.

El uruguayo Julio César Maglione, presidente de la FINA, celebró la ocasión: “Es perfecto. La única limitación de edad que ponemos es de 14 años en los saltos. Creemos que así promovemos este deporte y combatimos los accidentes, porque cada año mueren 370.000 personas ahogadas en todo el mundo. Estamos felices. Para nosotros será muy bueno que los niños participen también en los Juegos. Nuestro lema es el agua es vida”.

Me clasifiqué para este Mundial nadando en mi país contra adultos. Esto es maravilloso", dice Alzain. 

La laxitud reglamentaria no ha inhibido la controversia. La actuación de Alzain Tareq ha desconcertado a las audiencias, a la prensa, y a los nadadores. El más suspicaz ha sido el entrenador alemán Henning Labertz: “Habría que ver cuánta libertad de decisión tiene esta niña y hasta qué punto han influido sus familiares en que esté aquí. Yo creo que a esa edad es mejor que vaya a jugar al parque”.

A Daynara de Paula, la mariposista de Brasil que nadó tres series después que Tareq, la presencia de la niña le resultó estimulante. “¡Qué linda!”, dijo. “A los demás nadadores nos ha dado energía positiva. La he visto en la piscina de calentamiento y me ha emocionado”.

El boliviano Aldo Castillo, que se bañó media hora más tarde en el mismo líquido no expresó ningún optimismo. “¡Es muy peladita!”, dijo. “Muy chiquitina. La podrían explotar. Yo creo que la FINA no debería dejar venir a nadadores menores de 14 o 15 años. Para eso están los Mundiales júnior. Hay nadadores que han hecho muchos más méritos para estar entre los mejores y la FINA no les permite venir por exceder el cupo de dos plazas por país”.

¡Es muy peladita!", observó Aldo Castillo, el nadador boliviano. "¡La pueden explotar!"

El colombiano Esnaider Reales chorreaba agua mientras hacía consideraciones de índole político: “La FINA no pone límites de edad porque actúa inspirada en un principio que llama de universalidad, para que los países que no tienen una natación tan desarrollada también puedan participar. Pero es muy chiquitita. La he visto y me parece que no entiende la competición y que es irrelevante”.

Nihilista, el mariposista mexicano Daniel Ramírez Carranza se encogió de hombros: “Yo solo sé que si es la mejor de su país que no está mal que le den la oportunidad de demostrar lo que hace. La he visto por aquí y es muy pequeña. Pero bueno, si su país quiere mandarla, es decisión de ellos”.

“Esta niña es una privilegiada”, concluyó Conrad Marculescu, el secretario ejecutivo de la FINA. Bahrein no es el Estado más igualitario en cuestión de igualdad de derechos por razón de género, aunque su monarquía constitucional, reflejo del Reino Unido, que ejerce su protectorado, es una de las más avanzadas del Golfo Pérsico en este aspecto.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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