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Aru: “Siempre hay que atacar”

El italiano asegura que es algo que ha aprendido de Alberto Contador. Purito reconoce que la Vuelta se le hizo muy larga

Aru al llegar a la meta.
Aru al llegar a la meta.Javier Lizón (EFE)

Fabio Aru admira a Alberto Contador. No es devoción, sino admiración. Le admira por su clase y por su carácter. “De él he aprendido que siempre hay que atacar, que casi nunca hay que esperar”. Fue la imagen que más se le repitió en la noche previa a jugarse la carrera en la sierra madrileña. Ese fue su apoyo teórico, la sensación de lo que tenía que hacer. El otro apoyo fue más concreto, más real. “Hable con mi compañero Paolo Tiraongo y me dio mucha fuerza. Paolo es mi gran amigo y todo lo que me diga es siempre necesario. Además Paolo me suele felicitar, pero me regaña muchas veces. Y a mí me gusta la gente que te dice lo que has hecho mal y, por lo tanto, puedes aprender de lo que te dicen. Él me ayuda a tener siempre los pies en la tierra, a mantener un perfil bajo, que los éxitos puntuales no lo son todos”. Tiralongo tuvo que dejar la Vuelta tras una caída con 35 puntos de sutura en la cara.

Ahí Aru se quedó sin su báculo, pero encontró el de Mikel Landa, borrado de la carrera en Alicante cuando se dejó más de 20 minutos y reencontrado después para ganar la etapa de Andorra, la reina, y convertirse en el Tiralongo del asfalto del virtual campeón de la Vuelta: “Lamento profundamente que el año próximo no sigamos juntos. Él ha demostrado que es un candidato para todas las grandes Vueltas y yo le agradezco que haya renunciado a los éxitos personales por ayudarme. Aún así ha triunfado en el Giro y en la Vuelta, lo que demuestra su capacidad”.

La Vuelta eligió el vencedor entre los mejores. Dumoulin incluso se quedó sin podio, Purito Rodríguez lo defendió por segundos ante Majka, el estratega, el escondido. “He acabado bastante cansado”, dijo en sala de prensa el ciclista catalán”. Una frase que venía repitiendo desde hace una semana. “¿Por qué?”, “Pues seguramente,... un año más. Acabé el Tour con mucho cansancio, los años pesan y cuesta muchísimo ganar. No se a vosotros, pero a mí se me ha hecho muy, muy larga”,  espondió a los periodistas.

Viendo el futuro desde cerca, Purito Rodríguez no teme por el porvenir de quienes les sucedan en las ambiciones españolas. “Ahì tenéis a Mikel Landa, a Mikel Nieve, hemos ganado también el Tour del Porvenir. Quizás la única diferencia frente a la generación actual es que el grupo es menos numeroso al nuestro, pero calidad les sobra”. Y el elogio fue para Dumoulin: “Tiene algo muy importante, que es su juventud ,y si sigue por el camino trazado tiene una gran futuro. Es muy fuerte y no debe caer en la desesperanza por lo que ha ocurrido hoy. Le queda tiempo y debe seguir así. Hoy quizás el único error ha sido no tener a ningún compañero en su ayuda, pero son circunstancias de una carrera muy loca, muy difícil de gobernar”.

Cada cual vivió el éxito a su manera, cada cal lo sintió de forma distinta, cada cual lo explicó como pudo. Dumoulin, fuera del podio, medía su decepción pensando en el futuro. Sabia que le esperaba la gloria o el anonimato. Lo primero no lo consiguió, lo segundo ya es historia. Hoy ya es un candidato. Como Aru, sonriente y comedido, con su primera gran Vuelta en el bolsillo. Con su primera muesca en el calendario. Ya ha abierto las puertas del cielo.

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