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La tecnología no acaba con las polémicas arbitrales

La primera jornada del Mundial de Rugby de Inglaterra ha provocado numerosas críticas por el uso del vídeo por parte de los colegiados

Nakaitaci anota un ensayo ante Italia, anulado posteriormente.
Nakaitaci anota un ensayo ante Italia, anulado posteriormente. A. C. (REUTERS)

Desde que en 2001 el rugby XV incorporara el uso del vídeo para ayudar a los árbitros, muchos han visto en esta innovación tecnológica un ejemplo para otros deportes, sobre todo el fútbol. Pero, tras la disputa de los primeros ocho partidos del Mundial de Rugby de Inglaterra, aficionados, periodistas y jugadores están clamando por el uso que los colegiados están haciendo del también conocido como TMO (Television Match Oficial, según la siglas en inglés).

Posiblemente el duelo que más recelos ha levantado por ahora ha sido el inaugural, en el que los ingleses se impusieron (35-11) a Fiyi en Twickenham. El trencilla sudafricano Jaco Peyper fue objeto de críticas por celo y omisión. Primero pidió a su colega de la grada (donde se sienta el tercer asistente) que le dijera si había algo punible en un ruck aparentemente limpio, como se confirmó en la repetición. Después concedió un ensayo al medio melé de Fiyi Nikola Matawalu –tras una escapada estratosférica-, y solo requirió revisar la marca tras ver la jugada en el videomarcador del estadio y bajo la presión del estadio londinense, cuando los oceánicos se disponían a patear para buscar los dos puntos extra.

La revisión resultó acertada ya que al nueve se le había caído el oval justo antes de posarlo. Peyper dio más argumentos a los críticos cuando pidió revisar el try espectacular del ala del pacífico Nemani Nadolo, algo que no se explicaba ni el fotógrafo que estaba en la banda. Todo ello sumado las cada vez más frecuentes consultas del colegiado con el TMO y la consiguiente pérdida de ritmo del partido.

El columnista del diario Telegraph británico Brian Moore exigió en su cuenta de Twitter que las consultas al juez de televisión fueran más rápidas. En rugby el tiempo se para cada vez que se recurre a la tecnología y, si un partido debe durar 80, el partido inaugural del Mundial tuvo casi dos horas de tiempo corrido, en gran parte debido a las constantes peticiones de asistencia visual de Peyper.

No solo se ha cargado contra Peyper en esta primera jornada. Su compatriota Craig Joubert, que se cuenta entre los árbitros más reputados de este deporte, también anuló un ensayo a Francia en su duelo contra Italia cuando los del XV del Gallo se disponían a lanzar a palos tras la marca de Noa Nakaitaci. Y el galés Nigel Owens, otro ilustre colegiado, fue criticado por el capitán tongano Nali Latu por usar poco el TMO tras la derrota de la selección del pacífico a manos de Georgia. “Hay 32 cámaras en los estadios, espero que también se usen para ver avants, rucks y cosas parecidas”, espetó tras el duelo Latu.

Tras el Francia-Italia, el diario deportivo L’Equipe respondió claramente a la pregunta de si los árbitros pueden retractarse tras una marca ya otorgada: “Están en su derecho. Según el protocolo de World Rugby [federación internacional] sobre el arbitraje de vídeo, un ensayo se puede anular incluso después de ser concedido si algún colegiado detecta una falta, siempre y cuando no se haya realizado la transformación”.

Ante semejante evidencia Owen Farrell, uno de los pateadores ingleses, lo tiene claro y apuesta por lanzar rápidamente la transformación, aunque entiende que las dudas de los árbitros vienen dadas por querer acertar siempre. Aun así, cuando le preguntaron sobre el ensayo invalidado a Fiyi no dudo en afirmar: “A partir de ahora si a alguien le ocurre lo que a Matawalu, saldrán corriendo y le dirán al pateador ‘se me ha caído así que tírate un drop y vámonos con cinco puntos”.

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