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La triste realidad del Sevilla

El conjunto andaluz solo tiró una vez a puerta y recibió 24 disparos de una Juventus en la que Buffon no tuvo que hacer ninguna parada

Rafael Pineda
Los jugadores del Sevilla, tras la derrota en Turín.
Los jugadores del Sevilla, tras la derrota en Turín.OLIVIER MORIN (AFP)

“Han sido muy superiores. Hay que ser críticos y debemos mejorar porque nos duele esta situación”, afirmaba Vicente Iborra, uno de los hombres con peso en la plantilla del Sevilla, que acababa de mostrar sus actuales limitaciones para pelear con equipos como la Juventus. “Son fortísimos, sobre todo en defensa. No hemos podido nunca”, musitaba Monchi, director deportivo del Sevilla, sentado en un banco del aeropuerto Sandro Pertini de Turín poco antes de coger el vuelo de regreso a Sevilla. En el mismo escenario donde hace dos años se forjó este equipo campeón con la conquista de la tercera Copa de la UEFA ante el Benfica, el Sevilla fue un equipo débil, timorato y sin personalidad. Situado en las antípodas deportivas del conjunto que diseñó Emery: fuerte, competitivo, rápido y mortal al contragolpe. Este Sevilla, por el momento, no está para retos como el de asaltar el feudo del campeón de Italia, una Juventus que a pesar de que no se encuentra en un buen momento fue muy superior. A los que mandan en el Sevilla no dolió la derrota en sí, algo lógico cuando se visita al subcampeón de la competición. Sí mucho más las formas, propias de un equipo en plena crisis y con el traje de rival pequeño y poco competitivo. De hecho, transcurridos tan solo dos meses de curso, el Sevilla acumula ya cinco derrotas en todas las competiciones que ha disputado (Supercopa de Europa, Liga y Liga de Campeones), casi la mitad de las 11 que padeció en el gran ejercicio de la pasada campaña, donde batió su registro de puntos en Liga (76 puntos).

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Un dato refleja la tremenda distancia que separó a los dos equipos en el partido. La Juventus disparó hasta en 24 ocasiones sobre la meta defendida por Sergio Rico, mientras que el Sevilla solo lo hizo en una ocasión, en un disparo muy flojo de Konoplyanka en el minuto 45 de partido. El internacional se limitó a agacharse para coger el balón. Sergio vio cómo uno de sus referentes, Buffon, no tuvo que hacer ninguna parada en un encuentro que vivió de forma plácida. Al meta del Sevilla se le contabilizan en las estadísticas oficiales del encuentro hasta siete. En el colmo de su debilidad en ataque, el Sevilla fue incapaz de forzar ni un saque de esquina. El Sevilla, disputadas dos jornadas de la fase de grupos, solo ha disparado a puerta en siete ocasiones (en este apartado solo están peor Gent, Dinamo de Zagreb, Valencia, Malmoe, Shakhtar y Maccabi) y dos de los tres goles que ha conseguidoen la competición fueron de penalti ante el Borussia. “Hemos tenido fases con posesión de balón, pero no hemos tenido ocasiones al no tener capacidad para meternos en su zona de tres cuartos”, afirmaba Coke.

La preocupación se ha instalado en el equipo andaluz, ahora un conjunto sin alma. Llamaron la atención las caras de preocupación de Emery y de Monchi. “Hay que reaccionar ya”, exclamaba Iborra, quien pensaba ya en el decisivo partido del sábado frente al Barcelona. Lastrado por las lesiones (Beto, Carriço, Rami, Escudero, Pareja, Banega, Vitolo, Kakuta y Llorente no estuvieron en Turín) y sin el carácter de antaño, el Sevilla necesita recuperarse cuanto antes, pues en caso contrario su objetivo de clasificarse para la Liga de Campeones la próxima temporada se pondría ya muy complicado a estas alturas de ejercicio.

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