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Un Mundial entre algodones

Terminada la fase de grupos, 23 jugadores han dejado el torneo por lesión, cuatro más que en la edición completa de 2011

Liam Williams se reitira lesionado en el Gales-Australia.
Liam Williams se reitira lesionado en el Gales-Australia.P. Gilham (Getty)

El capitán irlandés, Paul O’Connell soñaba con otra despedida; quizás en la catedral Twickenham; liderando a Irlanda en su primera semifinal de un Mundial. Finalmente, la carrera del segundo línea no pasará del 108, su número de internacionalidades, tras abandonar este martes el torneo por un desgarro en los isquitobiales del muslo derecho, acompañando a casa a su compañero Peter O’Mahony. La última acción del imponente O’Connell vestido de verde será en la camilla, pues anunció dejaría el XV del Trébol tras el torneo. Con él ya son 23 los jugadores que han hecho las maletas al final de la fase de grupos, cuatro más que en todo el torneo de 2011. Mientras la Unión Internacional de Rugby no considera anormal el dato, algunos técnicos hablan de un juego “brutal”, con físicos más potentes o del apretado calendario como causas de una lista más severa con los equipos del norte.

O’Connell es la última de muchas bajas ilustres. Su historia es calcada a la del capitán sudafricano, Jean de Villiers, que también dijo adiós a su carrera internacional tras romperse la mandíbula ante Samoa. El primero de los ilustres en hacer las maletas fue el ala francés Yoann Huget, una creatividad de la que el XV del Gallo no anda precisamente sobrado. Tras ese partido también hizo las maletas el italiano Andrea Masi, al que seguiría la semana pasada Martín Castrogiovanni. En el club también entró el viernes uno de los centenarios neozelandeses, el delantero Tony Woodcocky.

Pequeñeces todas para Gales, que ha despedido ya a 10 jugadores desde su primera convocatoria. El último, Liam Williams, el pasado sábado. Ya no quedaban siquiera recambios en esa lista inicial. “Es un deporte bastante brutal en estos momentos”, analizaba su técnico, Warren Gatland, tras su victoria ante Inglaterra, una hazaña que le costó tres pupilos. Algunos expertos y jugadores hablan del riego de físicos tan prodigiosos. “Los jugadores son más altos y rápidos de lo que solían ser, y eso hace más probable que se lesionen”, explicaba Rick Sean, doctor del Institute of Sports Exercise and Helath, a la BBC británica.

El apretado calendario también ha recibido críticas. “Cuando tienes muchos jugadores hiper-preparados tiene que haber lesiones. Jugar en fechas tan cercanas aumenta el riesgo”, analizaba el técnico francés, Philippe Saint-André. Japón, el primer equipo que gana tres partidos y no llega a cuartos, puede argumentar que la lesión de su número ocho, Amanaki Mafi, acabó con sus opciones ante Escocia, un encuentro que jugó menos de cuatro días después de su enorme desgaste ante Sudáfrica.

A las bajas definitivas hay que añadir tocados de gran entidad. Australia, que ya perdió al gigantón Will Skelton, no sabe si podrá contar en su partido de cuartos con el tercera David Pocock y el zaguero Israel Folau. Nueva Zelanda tiene tocado a su capitán, Richie McCaw; Irlanda suspira por el regreso de su general Jonny Sexton para medirse a Argentina. El presidente de la Unión Internacional de Rugby, Brett Gosper, aseguraba el lunes que el dato está dentro de lo normal, despreciando cualquier conclusión prematura y destacando que la noción de un Mundial con más lesiones es consecuencia de la acumulación de muchos partes en unos pocos encuentros, llámese Inglaterra-Gales o Francia-Irlanda.

El parte de bajas también ha puesto el acento en el estilo de juego. Los árbitros tienen claras instrucciones de castigar los placajes altos, cualquier golpe al cuello o la cabeza que pueda provocar conmociones cerebrales, pero la melé es un punto crítico. Mientras el estilo del hemisferio sur presume en términos generales de más dinamismo, los del norte restringen más los espacios, dando una importancia creciente a cada placaje. No parece casual que las estadísticas de lesionados sean más duras para el norte, y que los lesionados de entidad del sur sean jueguen en el pack. No hay respuesta desde el ente regulador, pero con cada segundo que una melé gira en el césped, con cerca de 900 kilos empujando por cada bando, aumenta el riesgo de marcharse en camilla.

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