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Muguruza desgasta a ‘la roca’ Kerber

Garbiñe suma su segundo triunfo en Singapur, ante Kerber (doble 6-4, después de una hora y 38 minutos), pero deberá sellar su pase a semifinales el viernes contra Petra Kvitova

Alejandro Ciriza
Muguruza, durante el duelo contra Kerber.
Muguruza, durante el duelo contra Kerber.Jeremy Lee (REUTERS)

En medio del silencioso siseo que despedían los conductos de ventilación del Singapore Indoor Stadium, el sonido de una pugna durísima entre dos guerreras extenuadas, que en el desenlace emitían gritos desgarradores porque acusaban el esfuerzo de una lucha sin cuartel. Al final, la bandera vencedora fue izada por Garbiñe Muguruza, de la emergente y cada vez más poderosa Garbiñe Muguruza. La hispano-venezolana, de nuevo, ofreció otra señal de que es una de las más fuertes. Batió por un doble 6-4 a la alemana Angelique Kerber (en una hora y 38 minutos) y firmó su segunda victoria en la Copa de Maestras de Singapur. Un paso más hacia las semifinales, que deberá validar el próximo viernes, en el último compromiso de la fase de grupos, contra la checa Petra Kvitova (doble 7-5 a Lucie Safarova).

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Si todavía no tiene Muguruza el pase a la penúltima fase es por una cuestión matemática, de cuentas. Contra Kvitova, le bastará con atar un solo set; si lo hace, seguirá volando en Singapur, donde se concentran esta semana las maestras. Una de ellas, Kerber, una adversaria que traduce cada duelo en una batalla de máxima exigencia física. La germana, séptima en el ránking, puro hormigón armado sobre la pista, estiró el pulso todo lo que pudo, pero no pudo contener el despliegue abrasador de Muguruza. La hispano-venezolana, de 22 años, ha ganado sus dos partidos y no ha cedido un solo set. Es decir, a falta del broche en el round-robin, ha presentado ya credenciales, cuando menos.

Ha ganado sus dos duelos y no ha cedido un solo set. Es decir, cuando menos, ha presentado credenciales

Poco importó que la noche anterior aterrizase en su hotel pasada la medianoche, después de competir con Carla Suárez en el dobles. Ni rastro de desgaste, ni físico ni emocional; acaso, el que le infligió ella a la ruda Kerber, que de no ser por su magnífico estado físico hubiera salido despedida por los pelotazos que envía el brazo derecho de Garbiñe, cicuta pura. Con 38 winners (por los 20 de su rival) y un revés paralelo que cada día cobra más revoluciones, laminó a su oponente, que penalizó su escaso porcentaje de puntos con primeros servicios (48%), acorralada desde la primera manga.

“Sé más agresiva, sé más agresiva en los restos. Juega punto a punto”, la arengó su preparador en el receso. Lo intentó por todos los medios Kerber, pero sus niveles no subieron lo suficiente como para voltear a Muguruza. Esta volvió a actuar como un rodillo, firme en el saque y las devoluciones, aunque, por poner un pero, destacar que a su juego a media pista y sus voleas aún les falta precisión. Dominó Garbiñe, mandó; y, si no sometió fue porque enfrente tenía a una mangosta herida que desperdició una opción de oro para cambiar el rumbo de la noche.

La jugadora de Bremen, una piedra que rara vez se fragmenta, terminó hastiada de correr de un lado a otro

En el segundo parcial, con 2-4 y 15-40 a favor de Muguruza, la caraqueña no acertó a poner el lazo y dio un hilillo de vida a la alemana, un crédito mínimo. 3-4, 4-4… y ahí se terminó la mecha competitiva de Kerber, que cometió 36 errores nada forzados; en todo caso, propiciados por el arrollador despliegue levantado desde la otra orilla. La jugadora de Bremen, una roca que rara vez se fragmenta, terminó hastiada de correr de un lado a otro a por la bola y con la moral absolutamente trastocada. Hasta enero de este 2015, Garbiñe no le había vencido nunca; los tres duelos previos, a favor de la alemana. Pero, llegada la primavera, cambió la tendencia: triunfos para la hispano-venezolana en París, Londres y Wuhan. Ahora, también en las Finals.

Por los altavoces del pabellón, en medio del enfrentamiento de las dos gladiadoras, el célebre Qué será, será, whatever will be, will be… . Es imposible desentrañar el tiempo y saber lo que vendrá, pero lo visto hasta ahora es bueno, muy bueno. Y, lo que queda por ver, pinta aún mejor, mucho mejor. Qué será, será... Lo dictará el brazo derecho de Garbiñe, de la gran Garbiñe Muguruza Blanco.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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