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El nuevo Tévez ordena a Boca y lo consagra campeón

El delantero se había ido del club de su vida entre escándalos en 2004 y volvió a poner disciplina para ganar la liga

Carlos Tévez, en el partido contra Tigre
Carlos Tévez, en el partido contra TigreMARCOS BRINDICCI (REUTERS)

Los años y la experiencia han dejado huella en Carlitos Tévez. Se fue a los 20 del Boca Juniors como un juerguista indomable y volvió en julio con 31 para imponer a sus compañeros disciplina dentro y fuera del campo. Y así como en 2003 había festejado su primera liga con el Boca, este domingo celebró la segunda. “He ganado muchos títulos, pero nada se compara a esto”, declaró El Apache, ovacionado en La Bombonera tras la victoria 1-0 sobre el Tigre en la penúltima jornada del campeonato de Primera de Argentina.

Tévez había ganado en 2003 la Copa Intercontinental con el Boca, en 2008 el Mundial de Clubes con el Manchester United y ligas con el Corinthians, el City y la Juventus, pero el aliento incansable de los hinchas xeneixes sobrecogió a este jugador maduro que sabe apreciar lo que quizás antes no. El Boca quebró así una sequía de cuatro años sin títulos locales, un tiempo demasiado extenso en un club exigente como este, el más popular de Argentina, y en un país el que hasta 2014 se disputaban dos ligas por año. En 2015 se amplió la Primera División de 20 a 30 clubes y se jugó un solo torneo.

El otro artífice de la consagración ha sido el entrenador Rodolfo Arruabarrena. El exdefensa del Villarreal había llegado como reemplazo del director técnico que más títulos le había dado al xeneixe, Carlos Bianchi, pero que en su tercera etapa en el club, entre 2013 y 2014, ganó tantos partidos como los que perdió. “El Vasco venía a suplantar a quizá al técnico más importante de la historia de los clubes argentinos y con él se afirmó un Boca muy ganador, quizá sin un fútbol brillante en algunos pasajes”, admite otro exentrenador del club, Claudio Borghi.

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La relación de la plantilla con Bianchi estaba tan deteriorada que sorprendió que con Arruabarrena de un día para el otro el equipo empezara a acumular victorias. Boca acabó quinto en el torneo de Primera de 2014, pero sufrió por la eliminación de la Copa Sudamericana a manos de su archienemigo, el River Plate. En 2015, otra vez el millonario lo dejó afuera pero de una copa aún más importante, la Libertadores de América. Así las cosas Arruabarrena debía apostar todo a la liga local, en la que venía liderando pero con dificultad… hasta que a mitad de temporada se sumó Tévez.

“Carlitos le dio a Boca la cuota de calidad que le faltaba y que (Daniel) Osvaldo no pudo darle”, se refiere Borghi al atacante argentino nacionalizado italiano que a mediados de año se fue al Porto. “Este Boca juega como le gusta a su hincha, metiendo, corriendo, ganando cuando parece que no se puede, y por eso salió campeón. Cuatro años sin un título no es tanto en otros equipos, pero en Boca hay que ganar siempre”, añade El Bichi, que destaca la actuación del centrocampista defensivo Cristian Erbes.

Quiso decirles a sus compañeros que las cosas se hacen de otra forma, que el ídolo se debe a su gente y debe firmar autógrafos, que debe llegar primero e irse último", dice Graciani

“Boca fue el equipo más regular, pero la llegada de un jugador de la jerarquía de Tévez ayudó a que los demás compañeros se dieran cuenta de lo que representa jugar en este club”, comenta Alfredo Graciani, que con sus goles deleitó a La Doce en las décadas del 80 y del 90. “La mayoría del plantel nunca había ganado un título con Boca. El equipo antes de Tévez podía ganar, empatar o perder, arriesgaba mucho y descuidaba la defensa, venía primero pero perdía en La Bombonera con Aldosivi”, se refiere Graciani al club de Mar del Plata que consiguió ascender a Primera con otros nueve en 2014.

“Pero eso cambió con Tévez, que conocía bien el mundo Boca y trajo toda su experiencia superprofesional de Europa. Quiso decirles a sus compañeros que las cosas se hacen de otra forma, que el ídolo se debe a su gente y debe firmar autógrafos, que debe llegar primero e irse último del entrenamiento, que no se pueden hacer expulsar y dejar al equipo con nueve”, describe el exatacante.

Un contemporáneo de Graciani, Enrique Hrabina, excentrocampista defensivo del Boca, observa que el equipo de Arruabarrena jugó “partidos no muy vistosos, pero fue efectivo”. Allí estuvieron los goles de Tévez, Jonathan Calleri y Sebastián Palacios y las asistencias de Pablo Pérez y del uruguayo Nicolás Lodeiro, otro que llegó a mitad de año.

Hrabina, exponente del boquense aguerrido, destaca al defensa Cata Díaz, que se lesionó en septiembre pasado, pero también a El Apache y a Lodeiro: “Con Tévez el equipo se concentró más en su objetivo: ganar el título. Se puso el equipo al hombro y los jugadores pudieron descansar en él ante tanta presión que se siente en un club tan grande. Y la lesión desafortunada de (Fernando) Gago (también en septiembre) dio la posibilidad de colocar a Lodeiro, que no podía estar afuera. Fueron grandes incorporaciones que permitieron el recambio”.

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