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Nadal desconecta a Anderson

El número seis remonta al sudafricano (4-6, 7-6 y 6-2), que llegó a disponer de una bola de partido. Ferrer vence a Dimitrov (6-7, 6-1 y 6-4) y se cita con Isner, verdugo de Federer

Alejandro Ciriza
Nadal sirve en el duelo ante Anderson.
Nadal sirve en el duelo ante Anderson.Dean Mouhtaropoulos (Getty)

Movilizar con soltura la armadura de Kevin Anderson, un acorazado de 2,03, no es nada sencillo; y tampoco lo es contener la inercia que coge el chasis del sudafricano cuando su servicio carbura a todo trapo y cuenta con el aval de un set en el marcador. No lo es, pero Rafael Nadal, el renacido Nadal, logró ponerle freno y después apartarlo del camino con una victoria (4-6, 7-6 y 6-2, tras dos horas y 27 minutos) que le permite avanzar a los cuartos de París-Bercy y citarse en ellos este viernes (20.30, Canal+ Deportes2) con Stanislas Wawrinka (6-4 y 7-5 a Viktor Troicki).

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Una vez más, como ya hiciera la semana pasada en Basilea ante Rosol y Marin Cilic, el español fue capaz de voltear un panorama muy adverso. Y es que Anderson (29 años y 12º del mundo) tuvo en sus manos el triunfo, cuando en el tie-break del segundo parcial dispuso de una bola de partido a su favor. Sin embargo, Nadal en ningún momento se entregó. Salvó el trance y después acometió con la furia del campeón, del hombre que se sabe en el buen camino. Porque Nadal, cada vez más Nadal, apunta a reverdecer lo que hasta hace poco más de un mes era un presente mustio y marchito.

Frente a Anderson, un sacador implacable, el plan de acción estaba claro. Nadal debía neutralizar sus servicios y dominarle desde la línea de fondo. Pero resulta que el sudafricano, mucho más ducho de lo que su fisionomía invita a pensar, ofreció un nivel soberbio. Durante el primer set y la mayor parte del segundo vivió de su mejor activo, de su demoledora palanca para poner la pelota en movimiento, con un porcentaje del 80%. Soliviantó dos opciones de ruptura la primera vez que defendió su saque y acto seguido quebró el de Nadal, a merced entonces de lo que dictase el brazo derecho del jugador del Johannesburgo.

Nadal, cada vez más Nadal, apunta a reverdecer lo que hasta hace un mes era un presente marchito

Este se adjudicó la primera manga y mantuvo la constante en la segunda. Sin embargo, Nadal no se arrugó, para nada. Él también rentabilizó su servicio, hasta asegurarse la friolera de un 85% de los puntos en este sentido. Y, en el punto clave de la noche parisina, volvió a dejar claro que el tembleque y los nervios son ya historia. Set abajo y 6-5 en contra en el tie-break, el de Manacor escapó de las cuerdas y asestó una izquierda letal en la mandíbula de Anderson. Tan tocado quedó el sudafricano que cedió su saque nada más comenzar el tercer parcial, en el que su rival fue minándole con una amalgama de derechas y cortadas.

Federer, durante el duelo contra Isner.
Federer, durante el duelo contra Isner.Dean Mouhtaropoulos (Getty)

Con 2-1 a favor, Nadal sorteó hasta seis opciones de ruptura y activó su drive. Replicó a la lluvia de aces (20-6) con unos índices buenísimos en los saques (82% de puntos garantizados con primeros y 55% con segundos, por el 79/52 de su adversario) y un traqueteo de golpes angulados y profundos que hicieron estragos en el cordaje de Anderson, capaz de servir a 220km/h, pero al final desconectado. Nadal, reenergizado en este tramo final del año, selló la victoria y el pasaporte a los cuartos, donde espera Wawrinka. En este 2015, ante el de Lausana, una de cal y otra de arena: derrota en Roma y buenos augurios en Pekín, hace un mes.

La sorpresa del día la deparó el gigantón John Isner, que apeó al número dos, Roger Federer: 7-6, 3-6 y 7-6. El estadounidense, de 30 años, sometió al suizo a una sucesión de aces (27 en total) que decantaron la balanza a su favor. El número dos, reciente ganador en Basilea, no perdió el servicio en todo el duelo, pero el mazo de Isner fue determinante en el doble tie-break. Ahora, el norteamericano será el rival de David Ferrer, que tuvo que remontar un set adverso contra el búlgaro Grigor Dimitrov, tan exquisito como inocuo (competitivamente hablando). El 6-7, 6-1 y 6-4 del desenlace le otorgó el pase a los cuartos al alicantino, que guarda un maravilloso recuerdo de París-Bercy. En esta pista, en 2012, logró su trofeo de mayor valor, su único Masters 1.000. Un año después alcanzó la final. Frente a Isner, el español domina en los cruces: 5-1.

Ferrer (6-7, 6-1 y 6-4 a Dimitrov) se cita con Isner, que abate a Federer (7-6, 3-6 y 7-6) con 27 'aces'

Otro apunte de la jornada lo proporcionó el pulso entre Andy Murray y David Goffin. El escocés y el belga, líderes de Gran Bretaña y Bélgica respectivamente, se verán pronto las caras en la final de la Copa Davis (del 27 al 29 de noviembre, en Gante). Como anticipo, una tunda del número tres del circuito, al que le bastaron 53 minutos para lanzar un serio aviso: 6-1 y 6-0. "Estaba agotado. Mi cuerpo estaba en la cancha, pero no había nadie adentro", alegó después el belga, que firmó 22 errores no forzados y solo pudo conectar ocho puntos con su saque. Efectivamente, sobre el tapiz duro del Omnisports de Bercy solo hubo un jugador, Murray, que encara ahora a Richard Gasquet (7-6 y 4-1 a Kei Nishikori, retirado). Goffin puede agarrarse al consuelo de que la serie final de la Davis será sobre tierra batida.

Paralelamente, el número uno, Novak Djokovic sigue en su dimensión particular: 6-3 y 7-5 a Gilles Simon.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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