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Nadal invita a creer

El español, que se estrena hoy en la Copa de Maestros ante Wawrinka (21.00, Canal+ Deportes2) y sigue en línea ascendente, busca el único gran título que se le resiste

Alejandro Ciriza
Nadal, durante un entrenamiento en Londres.
Nadal, durante un entrenamiento en Londres.Julian Finney (Getty )

Los ecos de la matanza de París llegaron también hasta la Greenwich Peninsula, zona de asentamiento del O2 londinense. Ayer, en el marco de la Copa de Maestros, al sudeste de la capital inglesa, el bullicio que se escuchaba en los aledaños se congeló antes de que Novak Djokovic pusiera en juego la primera bola del torneo, a mediodía. La bandera francesa estuvo presente en el sepulcral minuto de silencio que precedió al duelo de apertura, entre el número uno y el japonés Kei Nishikori (doble 6-1 a favor de Nole). En el interior, 20.000 almas inglesas estremecidas. Un recinto completamente mudo y un gesto sentido. Impresionante.

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Los sonidos, o la ausencia de ellos, o una mala acústica, son reveladores en el mundo del tenis, en el que las raquetas se expresan más allá del azote a la pelota o de quejarse cuando el jugador de turno las castiga contra el suelo. Porque, aunque sea de forma metafórica, la herramienta habla e interactúa. La de Rafael Nadal, por ejemplo, ha recuperado la voz, la buena voz, porque hasta hace no mucho, hasta hace apenas dos meses, estaba afónica. Pero ahora no. Ahora suena melosa, desprende un sonido armonioso que se hacía palpable ayer, mientras peloteaba en el entrenamiento con el francés Richard Gasquet y después con su tío Toni.

Suena bien, por fin, la bola de Nadal. Suena bien porque su plan de trabajo está empezando a dar sus frutos; primero, en las pistas asiáticas, Pekín (final) y Shanghái (semifinal), y luego en los tapices de Basilea (final) y París-Bercy (cuartos). Una dinámica tan esperanzadora como inusual, puesto que este tramo final de la temporada es el que más se le atraganta históricamente al ganador de 14 grandes. La pista rápida indoor no es su mejor hábitat, pero este año la tendencia le invita a pensar en positivo. Por primera vez, Nadal suma 14 triunfos en el periodo que transcurre desde el US Open hasta la Copa de Maestros.

Sus movimientos son más naturales y su derecha ha recuperado chispa. Ya no rumia tres veces la jugada

El dato, cierto, es relativo, puesto que los problemas físicos de otros años le obligaron a reducir su calendario otoñal, pero las actuaciones recientes demuestran la progresión. Ahora bien, el propio protagonista invita a la prudencia y la contención. “Es muy difícil ganar este torneo, y si encima le sumas que juego contra los mejores y en una superficie que para ellos es la más favorable y para mí la menos, pues las opciones son menores; no imposible, pero sí menores”, advirtió a su llegada a Londres, el único gran escenario que se le resiste: ha participado en siete ocasiones —renunció a otras cuatro por lesiones—, con las finales de 2010 y 2013 como tope; en la primera cedió ante Roger Federer y en la segunda contra Novak Djokovic. En las otras cuatro apariciones, en dos cedió en las semifinales y en las otras dos no logró pasar del round-robin, el grupo.

Nadal conversa con su preparador, Toni.
Nadal conversa con su preparador, Toni.Julian Finney (Getty)

“Que Rafa haya conseguido estar en la Copa de Maestros, con todas las dificultades de este año, después de todo lo que se ha opinado y se ha dicho sobre él, esto supone una demostración más de su grandeza”, apunta Alex Corretja, ganador del torneo en 1998; “después de un año dificilísimo va a acabar como mínimo seis del mundo y llega en un buen estado de forma. La superficie no es la que mejor le va, porque la pelota no bota muy alta y no es lo que más le gusta, pero a Rafa nunca hay que descartarlo. Hay que darle el margen, más allá de que quizá no sea al máximo favorito. Pero para mí, es un firme candidato al título, ¿por qué no?”.

Por supuesto, Nadal no renuncia a esta cota, pero su enfoque apunta sobre todo a comenzar con garantías el próximo curso. Superados los obstáculos mentales que le atenazaban, al de Manacor se le ve mucho más lúcido y seguro sobre la pista. Sus movimientos son más naturales y su derecha ha recuperado la chispa. Ya no rumia tres veces la jugada ni duda; sencillamente, ejecuta. Invita de nuevo a creer.

Que logrado estar en Londres, con todas las dificultades de este año, describe su grandeza" Alex Corretja, campeón en 1998

“Una de las cosas positivas es que probablemente llega mucho más fresco que en otras ocasiones. Esta vez, el torneo es para él es como una especie de premio, un reconocimiento. Nunca se sabe, es el único gran título que le falta y seguro que está muy motivado. Y él, si está bien, ¿por qué no? Está claro que enfrente va a tener a jugadores que dominan mejor la superficie, más directos, pero él ahora está en un proceso de crecimiento”, destaca Corretja, el único español que ha alzado el trofeo maestro junto a Manuel Orantes, que abrió camino en la edición de 1976.

Hoy (21.00, Canal+ Deportes2), Nadal debuta contra el impredecible Stanislas Wawrinka. Un pulso que puede ser determinante. Esquivados de momento Djokovic y Federer por el sorteo, se antoja esencial lograr la primera plaza del grupo para no cruzarse, a priori, con el número uno en las semifinales; Djokovic, pese a todo, es hoy día mucho Djokovic. En el turno previo (15.00, C+D2), David Ferrer afronta a Andy Murray, que juega en Londres pero tiene la mente en Gante. Cinco días después de la Copa de Maestros, el escocés tiene la misión de encumbrar a Gran Bretaña en la final de la Copa Davis, frente a Bélgica.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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