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El Atlético ya es segundo

Los de Simeone superan a un digno Betis, al que ahogaron en el primer tiempo y al que también dieron luego vida tras fallar múltiples ocasiones

Rafael Pineda
Koke celebra su gol al Betis en el Benito Villamarín.
Koke celebra su gol al Betis en el Benito Villamarín.MARCELO DEL POZO (REUTERS)

Ahí está el Atlético, segundo clasificado, triunfador en el Benito Villamarín, fiero en el primer tiempo, algo más tibio en el segundo, pero siempre con el suficiente empaque para imponerse a un Betis muy digno, que aguantó el chaparrón como pudo y que acabó roto, muriendo en el área del Atlético, con uno menos por la lesión de Digard, con su portero Adán también lesionado en el banquillo. Recuperó el Atlético las buenas sensaciones, las que emanan de un equipo de fuerte físico y buen fútbol, el que emana de jugadores como Koke, hasta que se cansó, y de Carrasco. Bien también Fernando Torres y muy fallón Griezmann, que erró varias ocasiones claras. El principal defecto del Atlético fue precisamente su falta de eficacia, ya que debió sentenciar el partido para no pasar ningún apuro. El Betis, con 10, peleó hasta el final, aupado por los errores del Atlético, que no supo sentenciar.

Betis, 0 - Atlético, 1

Betis: Adán (Dani Giménez, m. 62); Piccini, Bruno, Westermann, Varela; Xavi Torres (Dani Ceballos, m. 46), Digard, Ndiaye; Joaquín (Jorge Molina, m. 76), Rubén Castro y Cejudo. No utilizados: Molinero, Jordi, Petros y Van der Vaart.

Atlético de Madrid; Oblak; Gámez, Savic, Godín, Filipe Luis; Koke (Saúl, m. 81), Tiago, Gabi; Carrasco (Óliver Torres, m. 76), Fernando Torres (Vietto, m. 70) y Griezmann. No utilizados: Moyà; Siqueira, Giménez y Correa.

Gol: 0-1. M. 7. Koke, tras rechazo de Adán a tiro de Fernando Torres.

Árbitro: Jaime Latre. Amonestó a Filipe Luis, Tiago, Jesús Gámez, Bruno y Gabi.

41.976 espectadores en el Benito Villamarín.

El equipo andaluz, en su casa, prosigue con su horrible racha. Sumó su cuarta derrota consecutiva y, realmente, no se sabe muy bien a qué juega. Pedirle, no obstante, que compita en igual de condiciones ante el Atlético es demasiada empresa para los andaluces. Solo el paso del tiempo confirmará si el Atlético puede pelear por el título. De momento, ahí está, por delante del Madrid, a cuatro puntos del Barcelona, con camino libre para soñar.

Ajeno a la milonga del partido a partido con el que Simeone obsequia a la prensa, en la pizarra del vestuario del Atlético se debió escribir bien grande y claro que un triunfo en el Benito Villamarín suponía alcanzar la segunda plaza, superar al Madrid y demostrar, al fin y al cabo, que el Atlético es hoy por hoy la única alternativa para intentar desmontar la hegemonía del imperio blaugrana. Evidentemente, el conjunto madrileño no dispone de las armas de largo alcance de los catalanes, pero potencia con sapiencia las suyas. Se notó desde el primer minuto que el Atlético tenía hambre, que no ha perdido las premisas básicas imbuidas por su entrenador y que salió, en definitiva, a comerse al Betis. Fuerte en el centro del campo e impenetrable en defensa, el Atlético gozó también con el buen momento de Carrasco y el fútbol fluido y ambicioso de Koke. Lo mejor, sin duda, la presión adelantada con la que el Atlético desmontó el chiringuito montado por Pepe Mel. El técnico del Betis, consciente de sus limitaciones y del poderío físico del Atlético, inabordable con espacios, blindó su centro del campo con la presencia de Digard, Xavi Torres y Ndiaye. Está bien poblar el centro del campo. Lo malo para el Betis es hacerlo con futbolistas incapaces de sortear las trabas que un equipo como el Atlético pone en el camino.

A Xavi Torres se le aparecieron todos los fantasmas en la presión de Koke y Carrasco. Koke marcó y el equipo verdiblanco volvía a recibir en casa un gol en los primeros minutos, un defecto que no logra arreglar aunque en esta ocasión el tanto fuera mérito del Atlético. Sufrió mucho el Betis, incapaz de tener el balón, sin capacidad para acercarse al área de Oblak. El Atlético jugaba cómodo, con Filipe Luis muy activo, ganador en cada choque, fresco en la salida del balón y con la punta de velocidad que siempre le pone Fernando Torres, que hizo olvidar al lesionado Jackson. Impotente, el Betis respiraba en alguna carrera de Joaquín, sin que Rubén Castro apareciera. Solo le faltó al Atlético aumentar la ventaja en el marcador, algo que tuvo a su alcance. En especial, en una pared de Torres con Griezmann que dejó al francés solo ante Adán. Extraño fallo el del francés, como también el de Carrasco, también solo contra Adán. Magnífica la aportación del belga, un futbolista eléctrico, que amargó a Piccini.

La mejor noticia para el Betis fue llegar al tramo final perdiendo solo de uno. Entró Dani Ceballos y el Atlético bajó el pistón, con Griezmann algo ausente y Tiago más perdido.

Tuvo una ocasión Cejudo, bien resuelta por Oblak, y el Atlético siguió perdonando. De nuevo Griezmann, al que Bruno le hizo luego un penalti que el colegiado no vio para tirar más tarde al palo. Falló tantos goles el Atlético que le dio vida al Betis, peleón hasta el final en inferioridad y con el orgullo herido.

El espíritu de Koke

RAFAEL PINEDA

Buenas y variadas son las virtudes de Koke. Más oculta en su personalidad futbolística se encuentra la que ofreció en el Benito Villamarín, cuando personalizó a la perfección la presión total con la que Simeone neutralizó la salida de balón del Betis. Era coger la pelota uno de los dos centrales del equipo andaluz, bien Bruno o Westermann, y ahí que se lanzaba como un poseso Koke a presionar.

La táctica de Simeone incluyó ese paso adelante del centrocampista, quien, además, gozó de absoluta libertad para organizar el juego de su equipo. No debe extrañar, por lo tanto, que Koke fuera artífice principal en la jugada del primer gol. No solo porque lo anotó aprovechando el rechace de Adán, sino porque había contribuido de forma crucial en la pérdida de balón de Xavi Torres, acosado por el propio Koke y Carrasco. Perdido en la presión, el bético se aturulló para permitir el robo, el disparo de Fernando Torres y el gol de Koke.

Se le da bien Sevilla al centrocampista del Atlético. Marcó en el Benito Villamarín y también lo hizo en el segundo partido de Liga en el otro campo de Primera de la capital de Andalucía, el Sánchez Pizjuán. Koke capitaneó la buena disertación del Atlético, que provocó situaciones complicadas para el Betis. Especialmente para Xavi Torres, su fallo en el gol ante el acoso de Koke lo dejó marcado para todo el encuentro, silbado por la grada, que personalizó en él la impotencia ante la superioridad del Atlético en un primer tiempo de absoluto dominio de los de Simeone. Con Koke liderando la presión total del Atlético. Una buena noticia para los madrileños y para la selección.

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