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El Borussia golea y elimina de la Champions a un Sevilla ruinoso

El conjunto andaluz pierde con justicia y no depende de sí mismo para meterse en la Liga Europa

Rafael Pineda
Konoplyanka, desolado tras la eliminación del Sevilla.
Konoplyanka, desolado tras la eliminación del Sevilla.PATRIK STOLLARZ (AFP)

Noche negra para el Sevilla, superado por el Borussia, a años luz del equipo competitivo que fabricó Unai Emery para ser campeón y que ahora es una sombra de sí mismo. El repaso del Borussia fue absoluto, superior en todas las facetas. El Sevilla no rinde porque aunque quiera no puede, ha perdido la intensidad que le hizo temible y tampoco tiene la eficacia necesaria para suplir su escaso fútbol. Solo dos futbolistas brillaron en la aciaga jornada alemana. El meta Sergio Rico, que le salvó de una goleada de auténtico escándalo, y Konoplyanka, que gozó de dos buenas ocasiones justo antes de que el Borussia certificara su tremenda superioridad.

Cuarta derrota consecutiva en el máximo escaparate continental y, lo peor, las tristes sensaciones que desprende un equipo sin alma. Dos factores que colisionan de forma evidente con la ilusión con la que se hizo esta plantilla, destinada, teóricamente a empresas más altas. Ahora, el Sevilla, eliminado por supuesto de la Liga de Campeones, no depende de sí mismo para quedar tercero y clasificarse, al menos, para disputar la Liga Europa. Tiene que derrotar a la Juventus y esperar que el Borussia no gane al Manchester City en la última jornada de la fase de grupos.

BORUSSIA M. 4-SEVILLA, 2

Borussia: Sommer; Korb, Christensen, Nordveit, Wendt; Traoré (Drmic, m. 13), Dahoud, Xhaka, Jonhson (Elvedi, m. 86); Stindl y Raffael. No utilizados: Sippel; Schulz, Jantschke, Hazard y Hrgota.

Sevilla: Rico; Coke (Mariano, m. 82), Rami, Kolo, Tremoulinas; Kwychowiak, Banega, Krohn-Dehli (Nzonzi, m. 63); Vitolo, Gameiro (Llorente, m. 76) y Konoplyanka. No utilizados: Soria; Escudero, Iborra e Immobile.

Goles: 1-0. M. 28. Stindl. 2-0. M. 67. Jonhson. 3-0. M. 77. Raffael. 3-1. M. 87. Vitolo. 4-1. M. 83. Stindl. 4-2. M. 91. Banega, de penalti.

Árbitro: Damir Skovina. Amonestó a Banega, Dahoud y Drmic.

Borussia Park. Unos 45.000 espectadores.

No hay defensa para un equipo que se juega la vida y comparece ante un buen rival sin mostrar todo su nivel competitivo. Hay demasiadas incógnitas en el rendimiento del Sevilla, un laberinto de preguntas que conducen al desánimo. Sobre todo, cuando se presencia una puesta en escena tan indecorosa como la del equipo andaluz ante un buen Borussia, un equipo sin estrellas, pero pujante y con buen toque de balón. En el formidable escenario del Borussia Park, el Sevilla fue un equipo rácano, que defendió por acumulación de hombres en un inexplicable paso atrás que provocaba el efecto contrario a su ser.

Es decir, el Sevilla se metió en su área y se limitó a contemplar las embestidas del Borussia, sin tensión, sin pierna fuerte, sin un resquicio de la intensidad que requiere la alta competición. No pudo extrañar que el Borussia lanzara tres veces a puerta en los primeros 10 minutos, que acogotara de tal forma a un Sevilla que era incapaz de sacar el balón de su área. Y eso que el Sevilla necesitaba ganar para mantenerse con vida y aspirar a los octavos. Con el equipo deprimido, solo las andanzas de Konoplyanka demostraban que había un atisbo de esperanza.

Único atisbo de fútbol

El ucraniano se marcó un jugadón para sortear el tiroteo de los alemanes. Su mala definición en el área pequeña le privó del gol. Era el minuto 19. Fue el único ramalazo de fútbol de un equipo mustio, sin alma, golpeado en una acción de Stindl ante la increíble pasividad de la zaga. Con Banega desconectado y KrohnDehli y Krychowiak sin fútbol, el Sevilla fue un equipo vulgar, rodeado de fantasmas.

El segundo tiempo fue una auténtica pesadilla para el Sevilla. El Borussia desbordó una y otra vez, mostrando las carencias de un equipo sin ritmo sin alma. Los alemanes lanzaron en multitud de ocasiones sobre la meta de Rico, que hizo lo que pudo ante el aluvión germano. Llegaron los goles alemanes y, al menos, dos tantos del Sevilla que le permiten cierta esperanza. El motivo, que le gana coeficiente goleador al Borussia, al que derrotó por 3-0. Esto significa que si el Sevilla vence a la Juventus en la última jornada y el Borussia solo empata en Manchester, accedería a esa tercera plaza que le daría vida europea. No obstante, la noche fue negra y la decepción mayúscula para un Sevilla que no se encuentra a sí mismo. En estos momentos, este equipo es una ruina.

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