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Escándalo en la votación para presidente de la AFA

Unos 75 dirigentes estaban habilitados para la elección, pero se contaron 76 sufragios, 38 para cada candidato

Alejandro Rebossio
Un empleado de AFA prepara los sobres y las papeletas antes de la fallida votación a presidente de la entidad.
Un empleado de AFA prepara los sobres y las papeletas antes de la fallida votación a presidente de la entidad.Natacha Pisarenko (AP)

Después de 35 años de reinado de Julio Grondona en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), un año después de su fallecimiento los dirigentes de la entidad se disponían a elegir a su presidente en una contienda de dos. Por un lado se postulaba uno de los hombres más cercanos a Grondona, Luis Segura, expresidente del modesto Argentinos Juniors y actual jefe interino de la AFA. Por el otro, el presentador más popular de la televisión de Argentina, Marcelo Tinelli, vicepresidente del San Lorenzo, uno de los clubes con más hinchas del país, incluido el papa Francisco. Unos 75 dirigentes estaban habilitados para votar, pero la elección este jueves acabó 38 a 38, es decir, con 76 sufragios en total… surrealista.

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El calor de la primavera austral agobiaba esta tarde en el campo de fútbol sala donde debía celebrarse la votación. Dirigentes de toda Argentina se habían acercado a ese campo en el centro de entrenamiento de la selección albiceleste, en el suburbio de Ezeiza, cerca del aeropuerto internacional de Buenos Aires. Allí se iba a librar la disputa entre tradición y renovación de un fútbol que brilla por el talento de sus jugadores pero que oscurece por las incontrolables barras bravas y por las deficitarias gestiones de los clubes que acaban siendo subvencionados por la televisión estatal. La elección del presidente de AFA ha sido seguida en los últimos meses por los fanáticos hinchas argentinos con apenas un poco de menor interés que las recientes elecciones para jefe de Estado. De hecho, Tinelli ha hecho campaña diciendo que también el fútbol necesitaba un cambio, como el que pregonaba el líder de la alianza Cambiemos y fufuto presidente argentino, Mauricio Macri, que a su vez había dirigido el Boca Juniors durante 13 años. Claro que en la campaña electoral, Tinelli había apoyado a su rival, el peronista Daniel Scioli.

Pero la votación en la AFA va más allá de las ideologías y más aquí de los negocios e intereses económicos. Entre los 75 votantes estaban los representantes de los 30 clubes de Primera, 12 de lo que sería la segunda, 12 de tercera, seis de cuarta, cinco de quinta y diez de ligas de provincias. Se suponía que Segura defendía a los clubes modestos y Tinelli, a los grandes y a la profesionalización del espectáculo, pero esas definiciones estaban bastante desdibujadas. Y la prueba estuvo en el resultado.

En un sobre alguien metió dos papeletas, pero nadie identificó a qué candidato favoreció

Después de que votaron los 75, abrieron los sobres y después contaron las papeletas. Y fue entonces cuando comenzaron los rostros de preocupación. Había una papeleta de más. Y además el resultado había quedado empatado 38 a 38. Nadie fue capaz de darse cuenta de que en un sobre alguno metió dos papeletas iguales y que por lo tanto había una que sobraba. Nadie fue capaz de identificar cuál dos de los candidatos se había beneficiado con ese voto doble y nulo. Nadie. A todo esto, tanto Segura como Tinelli decían que iban a ganar por diez sufragios de diferencia.

El presidente del Boca Juniors, Daniel Angelici, empresario de casinos y estrecho aliado político de Macri, pidió entonces que se volviera a votar pero a viva voz y no en secreto. “Somos hombres de bien”, proclamó Angelici, acusado por otra aliada de Macri, Elisa Carrió, de querer someter a jueces y fiscales al poder del futuro presidente argentino. Pero muchos dirigentes preferían mantener sus preferencias ocultas, sobre todo cuando horas antes circularon presuntas amenazas contra ellos. Es decir, el típico clima de la violencia que enluta los estadios de Argentina. El vicepresidente del River Plate, Jorge Brito (h), hijo de uno de los banqueros más poderosos de este país, pidió, en cambio, que se suspendiera la votación porque había por lo menos uno de los votantes que se había marchado ya a su provincia, la norteña Misiones. Finalmente quedó suspendida la votación para otra ocasión.

“Aparentemente dos boletas (papeletas) estaban pegadas; apareció una boleta más que no sabemos a quién le correspondía”, dijo Segura, echándole la culpa al calor. Tinelli dijo que fue una elección “muy extraña” y añadió: “Estamos muy sorprendidos de lo que pasó. El resultado de 38 a 38 es prácticamente un empate, habla a las claras de que por lo menos nos tenemos que sentar a hablar”. Y el actual presidente interino de la AFA aceptó que deberán “consensuar”.

“Me da vergüenza ajena todo esto”, dijo el presidente del Boca, el mismo club en el que sus hinchas agredieron este año a los jugadores del River en el entretiempo de un derby y provocaron la suspensión del partido en la Copa Libertadores de América. En este caso, más que vergüenza ajena, a los dirigentes del fútbol argentino debería darles vergüenza propia. Otro papelón en su historia.

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