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Eli Pinedo, el ritmo ‘indie’ de las Guerreras

La extremo de Amurrio es uno de los referentes de la selección de balonmano que este lunes se juega los cuartos con Francia

Silvia Navarro y Eli Pinedo.
Silvia Navarro y Eli Pinedo. SANDRA JABALERA (EFE)

El partido está a punto de comenzar. El calentamiento ha concluido y todo está preparado para saltar a la pista. La música se convierte en la gran protagonista. Al margen queda lo que vaya a ocurrir en la próxima hora de refriega. “No digo lo que digo / hago lo que no hago / al revés, al revés, porque / ser valiente no es sólo cuestión de suerte”, suena en los cascos. Eli Pinedo (Amurrio, 34 años) repite una y otra vez la letra, para ella convertida en himno: “Vetusta Morla siempre viene conmigo, nunca me pueden faltar ni en un torneo en mi vida”.

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La extremo izquierda de la selección femenina de balonmano, que ya ha superado en este Mundial los 400 goles con España, irradia pasión por el sonido independiente. Lo justifica, en parte, porque su padre es músico; y algo le ha calado. Más allá de los acordes, no olvida que lo importante es ganar el Campeonato del Mundo, que le daría acceso directo a los Juegos de Río. “No me gusta en exceso que nos obsesionemos con las Olimpiadas. Si vencemos, entonces será un chollo decir que viajamos a Brasil”, explica.

Su rostro forma parte de la historia exitosa del balonmano. Las dos platas europeas (2008 y 2014), el bronce mundial (2011) y el bronce olímpico (2012) lucen en el palmarés de Pinedo. Una trayectoria a la que quiere sumar un oro, el que tanto echa en falta. Entre risas —ella siempre sonríe— reconoce que sería el “broche de oro” a su carrera. Antes de poder cumplir su sueño, tiene una parada correosa en los octavos. Francia aguarda hoy a las Guerreras (17.45, Tdp) en un todo o nada. La última vez que se vieron las caras, en Londres 2012, empataron.

Un duro rival

Para superar la ronda, la selección aplicará su credo habitual, el que le ha valido su apelativo. Con lucha, entrega y sin perder la cara al partido, tendrá que vencer a un rival que presume de músculo. No se arredra ante el contacto. Para bajar los decibelios, Jorge Dueñas, el seleccionador español, intentará sacar alguna variante que desequilibre el marcador a su favor. “Es fundamental para el grupo, nos equilibra. Siempre nos deja claro por qué ganamos y en qué fallamos. La verdad es que estoy muy contenta con él”, afirma Pinedo.

En partidos en los que perder significa comprar un billete de regreso a casa, la experiencia adquiere mayor valor. La veteranía de la vasca se traduce en ayudar a las más jóvenes. “Muchas veces miras sus caras y ves nervios, pánico. Con los años, los miedos desaparecen. Intento que no lo piensen y les digo que jueguen como si fuera el patio de su casa”, apunta.

La retirada no aparece por la cabeza de Pinedo. Las lesiones la han respetado lo suficiente como para que su cuerpo dijera basta. Con la ilusión casi intacta después de 10 años desde su estreno con la selección, volverá a repetir la rutina de siempre para dar un paso más hacia el metal que le falta en su colección. Con los cascos puestos, vuelven a sonar los acordes que le dan subidón antes de un encuentro, esta vez no es Valiente, sino Lo que te hace grande. “Pero no hay colisión, ni ley, ni gravedad / que te pueda hacer caer… aunque tiren a dar”.

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