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Ser de River sale caro

Muchos hinchas argentinos pidieron créditos para viajar a Japón

Jordi Quixano
Hinchas de River celebrando el triunfo frente al Sanfrecce Hiroshima.
Hinchas de River celebrando el triunfo frente al Sanfrecce Hiroshima.TORU HANAI (REUTERS)

La ciudad de Yokohama dormía tranquila, como lo hará este sábado. Los aficionados del River Plate no han tomado las calles, iban más bien dispersos a puñados, aunque siempre todos uniformados con la camiseta, el anorak, el gorro y lo que hiciera falta. “Es una religión, entre los nuestros debemos saber reconocernos”, cuenta Juan Medina junto a otros dos amigos a las puertas de la estación de metro Sakuragicho. La jarana, de momento, está en Tokio, sobre todo en el policromático barrio de Shibuya.

“Hemos creado un evento para que los millonarios disfruten en Tokio de unos choris, bondiolas y unas Quilmes”, escriben dos hinchas en un grupo de Facebook bajo el nombre de Mi choripan. Fueron cientos y otros tantos que se les añadieron. Y a buen seguro que no faltaron los cánticos, como ese que inventaron para la Libertadores que se hace extensivo al Mundial de Clubes. “… Bosteros boludos mirá por televisión, que vas a hacer si vos no tenés los huevos de River Plate. Y sí señor, de la mano del muñeco vamos a Japón”, cantaban, con el ritmo de Y dále alegría a mi corazón, de Fito Páez. Pero para estar en Japón han dado vueltas por todo el mundo y sobre todo se han tenido que rascar bien los bolsillos.

“De Buenos Aires a Dallas y de ahí a Tokio”, cuenta Claudio Solassi, un tanto agitado porque va al encuentro de los jugadores de River en el vestíbulo del Hotel Sheraton, ventajas de viajar con el equipo. “Venimos del sur de Argentina. Escala en México DF, Monterrey y finalmente en Japón”, cuenta Claudio Flores, que se desgañita con sus amigos en el estadio Todoroki cuando ven a los millonarios, los únicos que están allí a la espera de los refuerzos. “Salimos de Buenos Aires y nosotros pasamos por Europa, Helsinki, que es un poco menos caro, aunque más largo”, abunda Medina. “Desde Ezeiza a Río, luego a Dubai y finalmente Narita”, enumera Alejandro Wakanabe, un argentino de padres japoneses que pisa tierras niponas por primera vez: “De ganar vamos a tocar el cielo con las manos”.

Se crearon paquetes de viaje más hotel y se pueden hacer pagos de 12, 18 y 24 cuotas", cuenta un aficionado de los 'millonarios'

Ser de River sale caro. “Desde que se ganó la Libertadores, que ya van casi seis meses, el argentino empezó a ahorrar”, explica Medina. Pero a muchos no les alcanzó y no ha sido nada raro que pidieran créditos al banco, teniendo en cuenta que el viaje podía costar de 3.500 a 5.000 euros. “Sí, se crearon paquetes de viaje más hotel y se pueden hacer pagos de 12, 18 y 24 cuotas”, revela Solassi. “Yo escogí el de 12 y por suerte aquí tengo familia que me ofrece casa”, apunta Wakanabe. “Bueno, está pagado, pero cada día es una odisea porque vinimos con lo justo”, añade Medina. “Nosotros tuvimos que hacer una rifa de descuentos de la tienda de electrodomésticos donde trabajo y así tenemos para comer”, agrega Flores; “eso sí, las tarjetas de crédito las tengo derretidas”.

Pero eso no importa en Yokohama ni Tokio, como tampoco lo hizo en Osaka, donde jugaron la semifinal frente al Sanfrece Hirosima. “Ahora toca el Barça y es bastante más complicado. Aunque nosotros somos competitivos y buscamos ganar”, cuenta Medina. “El Barça es el equipo más importante del mundo, pero el fútbol da sorpresas y tenemos un grado importante de optimismo. Y, claro, estamos pendientes de Messi y Neymar, que si no juegan, mejor”, se postula Solassi. “¡Noooo!”, replica Flores; “mejor que jueguen porque así tenemos más mérito si la conquistamos”. Y completa Wakanabe: “Nos enfrentamos con los mejores del mundo con o sin Messi y Neymar. Pero aquí vinimos para ganar”.

Este sábado todos los aficionados se encontrarán de nuevo en Shibuya para dar el banderazo. Lo que viene a ser una congregación masiva de los hinchas con las banderas y los cánticos a modo de saludo. El domingo ya estarán en Yokohama. Toca fútbol y toca River. “No se puede pedir más”, dice Medina. “Bueno, sí, que ganemos”, completa Solassi.

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