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Pau López: “No veo a Messi, veo a un jugador del Barça”

El portero del Espanyol reflexiona sobre las dudas que tuvo que sortear en su inicio de temporada y en el enfrentamiento contra el equipo de Luis Enrique

Juan I. Irigoyen
Pau López, este viernes tras el entrenamiento del Espanyol.
Pau López, este viernes tras el entrenamiento del Espanyol. JUAN BARBOSA

No es extraño verlo caminar por la zona del Fòrum de Barcelona junto a su novia, Andrea, y a sus perros, Rocco y Ralph. Sí, en cambio, hay quien se sorprende cuando llega a la Ciudad Deportiva Dani Jarque al volante de su Polo blanco. “Mucha gente me dice: ‘Cambia ese coche ya’. Pero, ¿por qué lo voy a hacer?, ¿por qué estoy jugando en Primera? Me tira y va bien. Voy a seguir con mi coche y haciendo las cosas que me gustan y me hacen bien”, reflexiona Pau López. Tiene 21 años y hoy defenderá la portería del Espanyol contra el Barça.

Cuando Kiko Casilla regresó a Chamartín este verano, desde la dirección deportiva ni se mosquearon. “Está Pau”, justificaban. El joven portero se había ganado la confianza del vestuario, del técnico, y de la afición con sus paradas en la Copa del curso pasado, en la que el cuadro blanquiazul alcanzó las semifinales. “Al principio no era consciente de dónde estaba ni lo que me estaba jugando. El día que debuté me daba igual, quería divertirme”, cuenta López. Sin embargo, algo cambió. En el arranque de este curso, el Espanyol encajó 16 goles en los primeros siete partidos y las miradas se detuvieron en Pau.

El portero pasó de los mimos de la hinchada a los reproches. “El año pasado era todo bueno: ‘¡Qué bueno es Pau!, ¡Qué bien lo hace!’. Y en este, por los motivos que sean, el equipo no empezó bien y yo comencé a recibir muchas críticas”, explica el meta. “Quieras o no eso te choca y pensaba: ‘¿Cómo puede ser que antes era tan bueno y ahora tan malo?”, añade. “Pau hizo un máster acelerado en seis meses”, opina Tommy N’Kono, entrenador de arqueros. “El chaval demostró todo su carácter”, tercian desde el vestuario. “Era un proceso por el que debía pasar. Un portero de 20 años no puede jugar bien en cada jornada”, completa López.

Pau, en el entrenamiento en San Adrià.
Pau, en el entrenamiento en San Adrià.Juan Barbosa

El Espanyol pasó de encajar un promedio de 2,28 goles en los primeros siete partidos a 1,2 en los últimos 10. La solución estuvo en la semana. “Desde hace unos meses, no hemos dejado de trabajar aspectos tácticos, pero sí que nos enfocamos más en las jugadas de finalización: tiros, tiros y tiros. Parar y parar”, explica el 13. “Tommy veía que encajaba muchos goles en pocos tiros. Eso no quería decir que fueran por mi culpa, pero siempre un portero puede hacer más. Siempre se puede parar más”, añade. Al trabajo bajo los postes, ahora, con Galca en el banquillo, tiene tarea extra: afinar los zapatos. “Con el cambio de entrenador estamos trabajando más en el juego con los pies. Es algo en lo que tengo que mejorar. Si quieres que el equipo intente salir jugando de atrás, tienes que tener un portero que lo sepa hacer”, resuelve Pau.

En cualquier caso, hoy llega de visita a Cornellà el Barça, el equipo de los 180 goles en un año natural, y el portero del Espanyol se concentra frenar los disparos de La Pulga y compañía. “Cuando estoy en el campo no pienso si el que me encara es Messi o Araujo de Las Palmas, veo a un jugador del equipo contrario que va a chutar y lo tengo que parar”, dice Pau. Y completa: “Es muy difícil estudiar a Leo, a Suárez y a Neymar, finalizan cada jugada de una manera diferente. Tengo que confiar en mi intuición y adelantarme a sus tiros”.

Olvidadas las dudas, Pau vuelve a creer en sus manos. En el último Catalunya-Euskadi se marchó del Camp Nou con el premio al mejor jugador del partido. Siempre, claro, rodeado de su familia y amigos de toda la vida. “Cuando jugaba en el filial o en el juvenil, salía del campo y me familia me estaba esperando y me iba con ellos. Bueno, ahora es igual”, cuenta. “Por ejemplo, mi padre está en la grada chillando, como cuando jugaba en la cantera. Él siempre actúa igual, le da lo mismo que su hijo juegue en Primera división o en la Peña de la Bufanda”, agrega el portero blanquiazul. Y remata: “Yo aprendí muchas cosas de mi padre. Y por eso siempre intento actuar igual”.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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