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Vietto y Griezmann, una fina conexión para la roca del Cholo

La pared que construyeron Vietto y Griezmann en el primer gol al Celta es el tipo de acción que le faltaba al Atlético este curso

Ladislao J. Moñino
Vietto, Griezmanny Koke celebran un gol al Celta.
Vietto, Griezmanny Koke celebran un gol al Celta.MIGUEL VIDAL (REUTERS)

La jugada del primer gol del Atlético en Vigo, una pared precisa y ágil entre Vietto y Griezmann precedida de un pase filtrado de Koke, lanzó al Atlético hacia la culminación de su liderato al término de la primera vuelta. Cimentada esa primera plaza en una estructura defensiva con los mejores números de las ligas europeas, solo ocho goles encajados, Simeone asistió en Balaídos a una acción que echaba de menos y que puede consolidar una dupla atacante que rompa el molde de lo que han sido las parejas que ha utilizado en el Atlético (Falcao-Adrián, Falcao-Costa, Costa-Villa y Mandzukic-Griezmann). La sequía goleadora de Jackson y Torres también pueden contribuir a asentar la dupla. También emerge de fondo que Griezmann se entiende mejor con Vietto que con cualquiera de los otros puntas de los que dispone Simeone.

Ni Vietto ni Griezmann son dos delanteros clásicos que vivan de su corpulencia o que residan permanentemente en el área. Viven de su velocidad y de su técnica. “Estamos todo el día juntos, nuestra relación es muy buena y eso se refleja en el campo”, le confesó Griezmann a las cámaras de Movistar + al término del partido.

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Ninguno de los dos supera los 170 centímetros, pero tienen una virtud que puede paliar uno de los defectos que han acompañado al equipo en esta primera vuelta: la escasez de pases filtrados a los delanteros en las inmediaciones del área. Ambos están encuadrados a ojos de su entrenador entre los cuatro jugadores del plantel con más visión de juego. Los otros dos son Koke y Óliver, aunque este último ha pasado a un segundo plano en la medida en que Simeone ha optado por abandonar la idea que tenía en pretemporada de un juego más combinativo sin perder velocidad ni verticalidad. Tanto el fichaje de Vietto como el de Carrasco obedecían a esa idea de recuperar la rapidez y la brillantez perdida con Mandzukic.

Las derrotas con el Barcelona y Benfica en el Calderón y la de Villarreal generaron la sensación de que el equipo se quedaba sin capacidad de reacción cuando encajaba un gol. Desde entonces, a la espera de una mejora en el juego, el mensaje de jugadores y técnicos fue el de crecer a partir de mejorar la solidez defensiva.

Dos paradas por partido

El Atlético ha finiquitado esta primera vuelta con esos escasos ocho go[/TEX]les en contra y con Oblak interviniendo menos que cualquier portero del campeonato (dos paradas por partido).

La precisión en el pase ha sido una de las obsesiones de Simeone y su cuerpo técnico en las últimas semanas. Al profe Ortega y al propio Simeone se les ha escuchado en el Cerro del Espino acompañar los ejercicios con balón al grito de “precisión”.

Las victorias contra el Levante, el Athletic y el Rayo Vallecano, así como la derrota en Málaga, estuvieron marcadas por un deficitario juego ofensivo en términos de un exceso de malas entregas. La solidez defensiva y la rentabilidad a los goles, principalmente de Griezmann ha sido la gran ecuación que ha permitido al Atlético concluir la primera parte del curso en lo más alto de la tabla.

El perfil de los jugadores del centro del campo, una vez que la opción de Óliver fue diluyéndose, se asemeja más ahora al ideario primigenio de Simeone. Saúl y Thomas, más la llegada de Kranevitter y Augusto lo han reforzado. Contando a Gabi, Koke y Thiago, son ocho los mediocentros con los que cuenta Simeone, más allá de que los utilice como volantes. Todos contribuyen a reforzar la roca defensiva que es el Atlético.

El medio fijo

Mientras el Madrid tiene un exceso de mediapuntas, el Atlético lo tiene de centrocampistas que le aportan eq[/TEX]uilibrio. Para Simeone, cada vez más convencido de que necesita ese tipo de jugadores para competir por los títulos, no es un problema.

Todo lo contrario. En su cabeza empieza a consolidarse el centro del campo que se vio en Vigo, con variantes puntuales. Augusto, Koke y Gabi son fijos. Podrá alternar a Carrasco con Saúl, pero en su plan está que los tres elegidos sean los que lleven el peso del juego en la mitad de la cancha de aquí a final de temporada. Sobre esa idea, la conexión que enseñaron Griezmann y Vietto es la guinda que puede coronar ese excelso trabajo defensivo que definió Iago Aspas al término del partido en Vigo. “El Atlético no te deja jugar. Leyeron muy bien el partido. Además, ellos no tienen ningún problema en dar una patada al balón para arriba”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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