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España se apaga ante Dinamarca

Tras media hora soberbia, los de Cadenas se traban en el segundo acto y encajan una derrota (23-27) que compromete sus opciones para acceder a las semifinales. La selección ya no depende de sí misma

Alejandro Ciriza
Maqueda y Morros tratan de frenar el avance de Larsen.
Maqueda y Morros tratan de frenar el avance de Larsen.MACIEJ KULCZYNSKI (EFE)

Después de 30 minutos espléndidos, media hora maldita. Se apagó España en el intermedio y sacó una gran tajada Dinamarca, que logró una victoria (23-27) que multiplica sus opciones de estar en las semifinales del Europeo y compromete las del equipo de Manolo Cadenas, ahora pendiente de la calculadora. La dicotomía les salió muy cara a los Hispanos, inspirados en el primer acto y negados en el segundo. Si la victoria les hubiese brindado el placer de depender de sí mismos, la derrota contra los nórdicos y el triunfo de Alemania contra Rusia (30-29) les sitúa en el alambre. Deberá ganar los dos partidos restantes de la Main Round (contra Rusia, el martes, y ante Hungría, el miércoles) y mirar de reojo qué resultado se da en el pulso que cierra la segunda fase entre daneses y alemanes.

ESPAÑA, 23 - DINAMARCA, 27

España: Sterbik (Pérez de Vargas); Ugadle (2), Maqueda (3), Tomás (3 ,1p), R. Entrerríos (4), Cañellas (1), Morros (1); Gurbindo, J. Aginagalde (2), Antonio García (1), Rivera (3, 1p), Mindegia, A. Dujshebaev (1), Del Arco (2), Baena. Lanz.: 21/38 Pen.: 2/4

Dinamarca: Landin; Christiansen (2), Mensah (1), Eggert (3p.), Svan Hansen (2), H. Toft-Hansen (2), Hansen (3); Lauge, Noddesbo (5), Mollgaard (1), Damgaard (6), Lindberg (1), Mortensen (1) . Lanz.: 24/46. Pen.: 3/3.

Parciales cada cinco minutos: 4-1, 5-2, 6-5, 9-7, 11-9 y 14-11, -descanso- 15-12, 16-15, 18-18, 18-20, 19-24 y 23-27.

Árbitros: Nachevski y Nikolov (MAC). Excluyeron a Morros por España y a Noddesbo por Dinamarca.

5.500 espectadores en el Centennial Hall de Wroclaw..

El precio de la caída es ese: la pérdida de la autonomía. Sin dramatismos, pero con la realidad en la mano, España ofreció dos caras en un pulso que hasta el intermedio (14-11 a su favor) nadie hubiera pensado que iba a terminar de tal manera. Los números importan, y mucho, pero lo más preocupante es la desconexión que sufrió en la segunda parte. En ese periodo, descontrol y poquísimas soluciones. Cierto es que Dinamarca subió el pistón defensivo, que España tenía una baja considerable (Gedeón Guardiola) y que Damgaard (con seis goles, máximo goleador de la noche) hizo un socavón con sus tiros, pero la imagen no fue acorde a un equipo que aspira a elevar el cetro en este torneo de Polonia.

Y eso que el arranque fue espléndido, con Sterbik de nuevo bajo los palos –los isquiotibiales le apartaron de los choques contra Eslovenia y Suecia– y una magnífica labor estratégica. Mikkel Hansen no conseguía maniobrar cómodo –defensa mixta para él, 6-0 sin la estrella del PSG sobre la pista– y coordinación para sellar toda fisura y evitar las penetraciones del poderoso Mensah Larsen. Hasta ahí, todo en orden. Una España sobresaliente, robusta y veloz, con pegada. Julen Aginagalde como zapador, saliéndose un metro de la marca y balanceando para arrastrar hombres y facilitar los desdobles desde los costados. Todo a pedir de boca, pues.

España deberá ganar a Rusia y Hungría, y mirar de reojo qué hacen en el último duelo (miércoles) daneses y alemanes

Otra cosa es lo que ocurrió después del descanso, al que se llegó con un marcador de 14-11. Las rentas de uno o dos goles se fueron evaporando y Dinamarca replicó a base de dentelladas. Muy físico y engrasado, el cuadro de Gudmundur Gudmundsson no se puso por delante hasta el minuto 47, pero comenzó a mellar el muro español. La primera línea perdió presencia y si la hemorragia no se hizo más abundante fue por la fabulosa aportación de Sterbik (21 paradas a 47 lanzamientos, un acierto del 45%); en el otro marco, otro portero titánico, el gran Niklas Landin (17/40, un 43%). Pero la pieza más decisiva, tal vez, fue la de Jesper Noddesbo. El pivote del Barcelona se incrustó y enredó (cinco tantos), y los suyos abrieron brecha con un parcial de 7-0.

Arrinconada y aturdida, muy trabada, España se aferró a la garra de Juan Del Arco para atenuar la embestida, que, dentro de lo malo, quedó al final simplificada en los cuatro goles de diferencia. Podía haber sido peor. Ahora no se admite un solo patinazo. Triunfos y cábalas. ¿Un triple empate España-Dinamarca-Alemania? ¿A merced de la media de goles? Las semifinales, entre interrogantes.

*Consulta el CALENDARIO y la CLASIFICACIÓN del grupo de España.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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