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Neville y Galca se la juegan en Mestalla

Del resultado entre el Valencia y Espanyol depende el futuro de los dos entrenadores

Gary Neville, entrenador del Valencia CF.
Gary Neville, entrenador del Valencia CF.Manuel Queimadelos Alonso (Getty Images)

Mestalla va a vivir este sábado un partido de pasión y nervios entre dos equipos con problemas. Valencia y Espanyol, distanciados en tres puntos en la clasificación en favor de los che, dirimirán un duelo de tensión en los banquillos. Del resultado dependerá el futuro de sus entrenadores. Una final para Neville y Galca, cuestionado el inglés por el valencianismo, al que solo los negocios y la amistad que le unen a Peter Lim, el dueño del club de la capital del Turia, le mantienen hasta el momento como entrenador che.

“Para mí todavía quedan partidos por delante, independientemente de que ganemos, perdamos o empatemos”, se muestra tranquilo Neville sobre su futuro, ajeno a la realidad y los nervios que rodean al Valencia. Tras la escandalosa derrota en el Camp Nou ante el Barça (7-0) diez días atrás, Neville escuchó de la afición valencianista el “¡Gary vete ya!”, cántico clásico de Mestalla que precede al despido de sus entrenadores. Para los seguidores che, jugadores y Neville centran la culpabilidad sin atreverse a señalar al palco al que no acude Lim que contempla como se devalúa su inversión en el Valencia.

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Mestalla sabe lo que su equipo se juega ante el Espanyol. Se llenará el estadio valencianista consciente que lo necesita el equipo. Apoyará primero y juzgará al final en función del resultado. 12 partidos sin ganar, nueve de ellos con Neville en la dirección, han acercado paulatinamente al Valencia al descenso a cuatro puntos distante. De no ganar al Espanyol, igualaría su peor racha de la historia sucedida 30 años atrás y que terminó con el Valencia en Segunda por primera y única vez en sus 97 años de vida. Paradójicamente Nuno, otro amigo de Lim al que le regaló la dirección de uno de los principales clubes de España y Europa, fue invitado a marcharse encontrándose el equipo a cinco puntos de la Champions. Doce jornadas después, la distancia con la cuarta plaza, a la que ni el soñador más optimista del Valencia aspira, se ha ampliado a 20 puntos.

Nuno fue víctima de los resultados, de la mala relación con sus jugadores y de la animadversión que la afición le profesaba desde el pasado verano, cuando el técnico portugués decidió que la dirección deportiva encabezada por Rufete suponía un estorbo para los intereses de su representante Jorge Mendes, amigo y socio a la vez de Lim, encargado de confeccionar una plantilla de dudosa valía deportiva y sobredimensionada tasación. Mendes era la estructura deportiva del Valencia. El final de Nuno supuso la congelación de la relación comercial entre Mendes y Lim en la entidad de Mestalla, con recelo el valencianismo de los dudosos negocios del representante portugués para con su estimado club.

Sin un director deportivo, Lim tiró de agenda y encontró a Gary Neville, reticente el exdefensa del Manchester United en dejar su puesto de comentarista en Sky Sports, remunerado con más de dos millones de euros y al que convenció para aventurarse en dirigir al club de Mestalla sin experiencia alguna. Ahora, por convencimiento en su trabajo u orgullo, Neville se niega a abandonar el Valencia, sintiéndose seguro al amparo de Lim que se juega 194 millones de su patrimonio invertidos hasta la fecha en el club. El nuevo director deportivo, García Pitarch, mientras tanto, sin comunicación directa con el magnate de Singapur, es de la opinión, no manifestada públicamente, de que a Neville le viene grande el Valencia. En su agenda maneja varias opciones para suceder al técnico inglés en caso de que Lim así lo decida. Una de ellas, Joaquín Caparrós, puede recalar tanto en Mestalla como en Cornellà.

Los jugadores están con Galca

Constantin Galca, entrenador del Espanyol.
Constantin Galca, entrenador del Espanyol.Alex Caparros (Getty Images)

En el Espanyol, sin embargo, los jugadores pericos, sintiéndose responsables del despido del anterior entrenador, Sergio González y de la continuada dinámica negativa del equipo, han logrado, al menos por una semana, salvar a Galca del despido. La plantilla celebró la llegada de Galca y su fútbol alegre. Sin embargo, dos meses después y tras cosechar cinco puntos de los últimos 24, el vestuario quiere volver al viejo pragmatismo. El martes por la mañana, después de la esperpéntica derrota ante la Real Sociedad en el Cornellà (0-5), el grupo blanquiazul le salvó la cabeza al entrenador rumano. En una charla con el consejero delegado, Ramon Robert, y con Mao Ye Wu, hombre de confianza del nuevo presidente, los pesos pesados del grupo le pidieron a los directivos que respalden al entrenador. Ocurrió, en cualquier caso, que el vestuario le pidió al técnico un cambio en el libreto de juego. “Nos estamos jugando mucho, lo hablamos con el míster y vamos a realizar un fútbol más directo, a buscar segundas jugadas y tenemos que ser serios en defensa”, explican desde el vestuario.

“No vamos a realizar cambios en el sistema, pero sí trataremos de ser más prácticos. Se ha entrenador muy bien, con mucha implicación como la situación lo reclama”, relevó Galca, que quiere que sus jugadores los respalden, ahora también, en el campo. “Quiero que me lo demuestren en el campo, y estoy seguro que lo van a hacer. Confío plenamente en ellos. Haremos un partido muy bueno en Valencia”, añadió el entrenador blanquiazul. Sabe Galca que su futuro depende de Mestalla. Él, sin embargo, mira hacia delante. “No me rindo fácil. Soy un luchador y voy a luchar hasta el final”, concluyó el técnico rumano.

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