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Optimismo en la recuperación de los ciclistas heridos del Movistar

Malori recibe el alta hospitalaria y Castroviejo se prepara para el Tour con un corsé

Carlos Arribas
Malori, en el hospital, en una foto que publicó en su Twitter.
Malori, en el hospital, en una foto que publicó en su Twitter.

Estos días pasados, en Colombia, Nairo Quintana solo veía un par de sombras en su ánimo y en su camino al Tour, los huesos rotos y el dolor de sus compañeros fieles Jonathan Castroviejo y Adriano Malori, caídos, hospitalizados y operados. Y de ambos, de la mejora de su salud, recibió el jueves, buenas noticias, esperanzadoras. “Creo que Castroviejo estará en el Tour y que Adriano volverá a ser ciclista, a su nivel, al comenzar el próximo año”, dice Jesús Hoyos, el médico del Movistar.

Al vizcaíno Castroviejo, de 28 años, como Malori, le han operado de una fractura en el cúbito y se le ha colocado un corsé que le obligará a mantener la cabeza en alto para reducir la fractura de la séptima vértebra cervical que le atenazará durante dos meses, marzo y abril. “Aun con molestias podrá pedalear sobre el rodillo y recuperar la forma con tiempo para el Tour. Y respecto a Adriano, los médicos de la clínica navarra estaban admirados de la velocidad de su recuperación, de su capacidad de trabajo, de su fuerza, y creen que las perspectivas son magníficas pues ha mostrado una evolución espectacular”.

“Aparte de su sufrimiento me preocupa que quizás ninguno de los dos pueda estar en el Tour conmigo”, decía Nairo el martes de Castroviejo y Malori, dos grandes rodadores (cuarto y tercero, respectivamente, en el último Mundial contrarreloj), grandes trabajadores y buenos amigos del colombiano, de cuyo núcleo duro de gregarios forman parte.

El vizcaíno Castroviejo, que se cayó el domingo pasado al atropellar a un espectador mientras descendía, terminada la carrera, del alto de Malhao, en el Algarve, al autobús del equipo, estuvo con Nairo en sus tres mejores campañas, los Tours de 2013 y 2015 (segundo en ambos el colombiano) y el Giro de 2014 que Nairo terminó de rosa en Trieste y que preparó en la altura de Tunja (2.800 metros) junto a su amigo colombiano.

En el desfile triunfal de la plaza de la Unidad de Italia de Trieste, la ciudad de Rilke, Joyce y Magris, también participó Malori, quien llegó al equipo ese mismo año y también se hizo imprescindible en el Tour de 2015. Hace un mes, corriendo en Argentina, en el Tour de San Luis en el que Nairo condujo a su hermano Dayer a la victoria, Malori sufrió una tremenda caída a más de 60 por hora que le produjo un grave traumatismo craneal, la rotura de un pómulo y de una clavícula. El golpe en el cabeza le provocó una parálisis transitoria del lado izquierda y unas lesiones que le han tenido hospitalizado un mes entre Argentina y Pamplona. El jueves recibió el alta hospitalaria e ingresó, con un pronóstico muy optimista, en un centro navarro especializado en la rehabilitación y la recuperación de enfermedades y traumas neurológicos.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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