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Inglaterra roza el Seis Naciones tras una sufrida victoria ante Gales

Tras una hora notable, el XV de la Rosa sufre hasta el final para lograr la victoria (25-21) que le permite acariciar el título

Los jugadores de Inglaterra celebran el triunfo ante Gales.
Los jugadores de Inglaterra celebran el triunfo ante Gales.FACUNDO ARRIZABALAGA (EFE)

Inglaterra puede interpretar la bipolaridad como un paso necesario en su aprendizaje. El XV de la Rosa, impoluto en todas sus líneas, abrasó durante una hora a la comedida Gales, exhibiendo recursos y elevando a nuevos actores. La faltó la virtud de la calma y su cómoda ventaja de 18 puntos se tiñó de incertidumbre. Gales, que ya había volteado el marcador en el pasado Mundial para empujar a los ingleses a su temprana eliminación, amagó con otro golpe sísmico. Respiró finalmente Twickenham y el XV la Rosa será campeón salvo debacle dentro de siete días.

Sin su guion predilecto, el de patear a campo contrario y exprimir el juego directo de su trasera para castigar los errores rivales, Gales se rebaja a marca blanca. Dominó el territorio Inglaterra gracias al dinamismo de sus delanteros, capaces de unir tonelaje y velocidad. Parecían por momentos aquellos atrevidos japoneses que tan bien supo engrasar Eddie Jones. Una receta que disfrutan ahora sus pupilos ingleses.

Ayudaron los errores galeses, desde un golpe de castigo de Biggar que se quedó dentro del campo a los saques de touch perdidos ante el gigantón Maro Itoje, una promesa ya confirmada en apenas su tercer compromiso internacional. Sin la disciplina habitual, los visitantes hincaron la rodilla en la melé y pecaron de ansiedad al interrumpir el juego rival. El pie de Farrell castigó las cinco faltas galesas en medio acto y canjeó tres golpes asequibles.

Irlanda se libera ante Italia

El XV del Trébol ha logrado el triunfo más abultado del torneo (58-15) ante Italia en el encuentro que abría la cuarta jornada. Irlanda, que apenas sumaba un punto en las tres jornadas previas, abrasó al colista con nueve ensayos. El encuentro se decidió desde los primeros compases y los locales se mostraron intratables bajo el liderazgo del tercera Jamie Heaslip, autor de dos marcas. Con el juego ya roto en el segundo acto, Italia logró dos conquistas pero no pudo contener la sangría en su retaguardia. La visita a Gales en la última jornada será la última baza italiana para evitar la Cuchara de madera.

Quiso responder el XV del Dragón, pero no halló argumentos. Sus envenenadas patadas al cielo se toparon con el antídoto de la trasera inglesa, no solo de su fiable zaguero Mike Brown, sino de otros secundarios en la materia como Joseph o Nowell. Sin errores ajenos no había contragolpe, y la creación propia no es el fuerte de Gales. Con el oval lejos de las alas, tomaron las riendas los delanteros, incapaces de dar continuidad a sus cortas acometidas.

Virtud de la defensa inglesa, orgullosa de haber concedido solo un ensayo en el torneo. No dejaron que Biggar tensara la bota ni que Davies maquinara diabluras. Con el balón en su poder, Billy Vunipola servía de pegamento entre gigantes y pequeños. Asume responsabilidad, hasta para negar el oval a su medio melé y seguir conduciendo el maul. Con él como eje, Itoje fabricó la ventaja. A sus 21 años, hay pocos delanteros más dinámicos. Echó a andar y quebró lo justo para tumbar a dos defensores galeses y crear la superioridad en el costado. Ahí llegó Brown, hábil a la hora fijar a la última guarnición galesa antes de asistir al inevitable sprint de Joseph hacia su cuarta marca del torneo.

Si el déficit al descanso (16-0) ya era toda una cordillera, el metódico Farrell castigó otra indisciplina visitante con tres puntos más. Fue la propia Inglaterra la que devolvió la duda al choque con una patada imprudente de George Ford. El 10 no vio la llegada fugaz de Biggar y el oval se estrelló en el gesto del apertura galés, raudo a la hora de seguir el bote y posar a placer bajo palos. Cuando los visitantes calibraban su tentativa de remontada, volvió la camilla al césped de Twickenham, la misma que se llevó en septiembre a tres compañeros. Como entonces, su respuesta a la retirada de su capitán, Sam Warburton, fue categórica. De repente, los galeses campaban en 22 rival y los ingleses, incapaces de alejar el balón cuando tocaba, recordaban la entidad de sus nervios.

En el momento más tenso, Gales indultaría a Inglaterra con un pase adelantado a un George North que ya celebraba el ensayo. Tampoco corrigieron la indisciplina. Itoje y Vunipola aplicaban una condena administrada a goteo y Farrell, impoluto en la ejecución, añadió seis puntos al marcador. Aseguró en defensa Jones sentando a Ford y pasando al puesto de apertura al propio Farrell, menos creativo pero notable en la solvencia.

Con un 25-7 a siete minutos del final, la victoria debió ser certeza, pero se tambaleó Inglaterra cuando se vio en inferioridad por la sanción a Cole. Su trasera se descompuso y la estirada de Tuilagi no pudo evitar la cabalgada de North. Los locales perdieron el balón, la posición y la confianza, así que un ensayo que se presentaba anecdótico se vistió de amenaza con la marca posterior de Faletau que acercó a los visitantes a cuatro puntos. La catástrofe tomaba cuerpo en la última secuencia, con los galeses embistiendo en 22 local. El oval le llegó a North, el ejecutor señalado, pero su acelerón murió en la banca. Respiró Inglaterra, que será campeona este domingo si Francia no vence a Escocia.

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