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Balotelli, otro año perdido

El delantero italiano, que había prometido portarse bien y trabajar, acaba por desquiciar también a Mihajlovic

Eleonora Giovio
Mario Balotelli, delantero del Milan.
Mario Balotelli, delantero del Milan.SERENA CAMPANINI (EFE)

Mario Balotelli le había prometido a Sinisa Mihajlovic que este año se portaría bien, que trabajaría, que llegaría el primero a la ciudad deportiva del Milan y se marcharía el último. Que al primer lío que montara, diría adiós. El técnico serbio se reunió con el delantero italiano en un aparcamiento en Florencia el pasado mes de agosto. Nadie le quería (el Liverpool le había apartado) y Mihajlovic le rescató.

Ocho meses después, Balotelli ha acabado por desquiciar de nuevo a todos. Ayer vio el partido contra el Chievo en el banquillo. No volverá a jugar, según dijo su propio entrenador, hasta que madure y trabaje para el equipo. Ni siquiera la posibilidad de conquistar un puesto para la Eurocopa ha motivado a Super-Mario que lleva semanas arrastrándose por el campo. Concretamente desde que volvió de la operación de pubalgia (mediados de enero).

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“Físicamente estaría para jugar… pero Mario tiene un problema de cabeza, siempre ha sido su problema. Si le pido que haga una determinada tarea [trabajar sin balón y ayudar el equipo a defender], la hace una vez sí y cuatro no y nosotros no podemos permitirnos eso. No sé si podrá dar el salto, depende de él. Nosotros le ayudamos, pero Mario tiene que ayudarse a sí mismo. No quiero compararlo con Mandzukic porque tienen características diferentes, pero a los delanteros de la Juve da gusto verles, ellos sí son un equipo, ayudan mucho, corren y defensivamente trabajan juntos”, dijo Mihajlovic el sábado.

Suena a sentencia de muerte. Y a otro año (uno más) perdido para Mario Balotelli a sus 25 años. El Inter acabó hartándose de él, lo mismo que el City y el Liverpool. El Milan lo intentó dos veces. Ninguna ha funcionado. Desde que regresó de la pubalgia, el delantero italiano sólo ha disputado un partido entero (el de Copa contra el Alessandria).

Por lo demás, sólo ha jugado trozos de encuentros (158 minutos en total en Liga) y se ha llevado unas cuantas broncas del entrenador. La penúltima contra el Genoa hace un par de semanas. Mihajlovic lo empleó como revulsivo y el Milan casi pierde los tres puntos por la dejadez de Balotelli a la hora de presionar a los rivales. “El que no se deje el alma, no va a volver a jugar”, dijo el técnico en aquella ocasión.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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