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Djokovic abusa de Raonic y caza a Nadal

El número uno no encuentra rival en el canadiense (6-2 y 6-0, en 77 minutos) y alza su quinto trofeo en Indian Wells, uno más que Federer. Con 27 galardones del Masters 1.000, iguala la cifra del español

Alejandro Ciriza
Djokovic, durante la final contra Raonic.
Djokovic, durante la final contra Raonic.MATTHEW STOCKMAN (AFP)

Más allá del encumbramiento de Novak Djokovic, el quinto sobre esa pista de asfalto en Indian Wells, los 16.000 asistentes a la final del torneo se marcharon con una ligera decepción, porque el serbio, estratosférico, no encontró rival en Milos Raonic. El canadiense, uno de los jugadores más en forma del circuito, tan solo le duró a Nole 77 minutos, los que le costó rubricar el 6-2 y 6-0 con el que supera en el historial a Roger Federer –cuatro veces campeón en Palm Springs– y, de paso, alcanza un récord: el de Rafael Nadal, poseedor de 27 trofeos del Masters 1.000.

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Suma ya Djokovic 48 laureles sobre cemento –solo tiene por delante en este apartado a Federer (60), Jimmy Connors (50) y Andre Agassi (49)–, y 62 en total –los mismos que Guillermo Vilas, cinco menos que Nadal (67)–, por lo que ya es el octavo tenista con más títulos en la historia. Por toda esta ristra de números y barreras quebradas por el serbio, la pregunta, por recurrente, no es menos necesaria: ¿Hasta dónde llegará Novak Djokovic? ¿Cuál es el límite o el rival que puede ponerle freno? ¿Tal vez, como se sospecha desde hace tiempo, sea él su propio Aquiles? Preguntas, preguntas y más preguntas en torno al rey. Pero, de momento, una conclusión demoledora: no hay quien pueda con él.

Resolvió su pentacampeonato en Indian Wells en un pispás, aunque sin la más mínima emoción. Quizá, en las últimas fechas no se ha visto al Djokovic más contundente; Kukushkin le llevó al límite en la Copa Davis y un contratiempo ocular le obligó a renunciar en Dubái; ahora, en el desierto californiano, tuvo que remontar contra el desconocido Bjorn Fratangelo y luego sudó lo suyo ante Jo-Wilfred Tsonga; y frente a Nadal, en la penúltima parada, batió al español sin brillar, con la sensación de que a poco que haga obtiene cuantiosas recompensas.

Nole acumula 62 títulos en su carrera, los mismos que Vilas y solo cinco menos que Nadal (67)

La final fue otra cosa. Un paseo para lograr su tercer cetro consecutivo. Tres ya también esta temporada, en la que comenzó viento en popa en Doha, con una tunda soberana a Nadal, y en la que después conquistó otra vez Australia, con una superioridad inolvidable ante Federer. Cierto es que Raonic no tiene la talla de los gigantes citados, pero quizá se esperaba un punto más de él, segundo mejor jugador de la ATP en este primer tercio de 2016, decidido a instalarse en la zona noble del circuito. Pero ayer, en la final, no hubo rastro de él.

Djokovic le trituró de principio a fin. Descubrió las carencias que tiene el de Podgorica, alumno de Carlos Moyà, en los intercambios y el fondo de la pista. Esta vez, además, se derrumbó con su principal herramienta, el saque: tan solo fue capaz de retener tres puntos de los 30 que puso en juego con segundos servicios. Un lastre monumental. De arranque, 4-0 para Djokovic y solo un par de amagos inermes en ese primer set. Intentó capear el temporal con una visita al vestuario para ser atendido de una molestia muscular, pero de nada le sirvió, porque en el segundo parcial la sangría aún fue mayor.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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