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Las decisiones de Zidane que hundieron al Madrid en Wolfsburgo

El técnico encadenó en Alemania una serie de medidas que expusieron a la defensa primero y bloquearon el ataque después

Zidane camina por la banda durante el partido contra el Wolfsburgo.Vídeo: ODD ANDERSEN AFP
Diego Torres

La derrota del Madrid en Wolfsburgo no obedeció a la superioridad técnica del equipo alemán. El 2-0 fue la consecuencia de una concatenación de decisiones que sumadas hundieron a Cristiano y a sus compañeros en una ciénaga. El responsable fue Zinedine Zidane. El francés descubre cualidades que podrían convertirlo en un gran entrenador en el futuro. De momento, en Valdebebas aseguran que es un aprendiz del oficio. Los empleados y los jugadores madridistas consultados entienden que en Alemania perdió la batalla táctica. De su capacidad para reconducir la situación el próximo martes en la vuelta de los cuartos de final de la Champions dependerá el éxito o el fracaso de la temporada.

La estructura. Zidane pidió a sus tres centrocampistas que formaran un bloque compacto con los dos centrales, situando a Casemiro en el eje. Con y sin la pelota, la posición de Kroos y Modric no debía variar excesivamente. El peso de la movilidad en ataque recayó sobre los laterales y los puntas.

La salida del balón. Casemiro tuvo orden de adelantarse diez metros cada vez que el Madrid iniciara la jugada desde atrás, para permitir que Modric y Kroos fuesen quienes dieran el primer pase, eximiendo al brasileño de participar en la circulación y limitando su acción a la cobertura. La consecuencia fue que Casemiro se convirtió, sin pretenderlo, en el primer defensa del Wolfsburgo pues tapó la vía central de comunicaciones entre los interiores y los delanteros madridistas.

El Madrid corrió menos que nunca en Europa

El despliegue físico de los jugadores del Madrid ante el Wolfsburgo fue inferior al realizado en el resto de partidos de esta edición de la Champions. Los jugadores blancos corrieron un total de 104,137 kilómetros, una marca que recorta a la registrada en el partido ante el Malmöe durante la fase de grupos en el Santiago Bernabéu, un partido que acabó 8-0, y que marcó el récord negativo hasta el encuentro del miércoles con 104,486 kilómetros. La mejor marca registrada hasta el momento por el equipo de Zidane tuvo lugar en el encuentro de ida de los octavos ante la Roma (0-2), con 111,818 kilómetros.

Los laterales. Zidane lo puso en práctica contra la Roma cuando adelantó a los dos laterales a posiciones de extremos para iniciar las jugadas en el estadio Olímpico. La idea —que pretende sumar gente al ataque— acabó aislando a los laterales cuando los volantes intentaron apoyarse en ellos; y cuando el Madrid perdió el balón, el rival les cogió la espalda demasiado lejos para hacer la transición defensiva a tiempo. En Roma, Mohamed Salah le ganó la espalda a Marcelo y estuvo a punto de adelantar a su equipo. En Wolfsburgo, Bruno y Draxler desbordaron a Marcelo y a Danilo con mejor suerte. Los dos goles llegaron desde fuera.

Las ayudas. Quienes observaron los entrenamientos a diario indican que Zidane practicó el repliegue con Kroos y Modric. El problema radica en que no basta con correr hacia atrás. Además de retroceder, Kroos y Modric debieron cortar las líneas de pase entre las bandas y el interior abriéndose a los lados y, en su caso, ocupando la zona que dejan los laterales cuando se cierran en el área. Como no manejan conceptos defensivos porque son mediaspuntas, y como nadie se lo recalcó, se olvidaron de hacerlo. Los goles del Wolfsburgo vinieron precedidos de acciones en las que ni Kroos ni Modric supieron interrumpir las conexiones entre Bruno, Draxler, Schürrle y Arnold.

Benzema. Después de que sufriera un golpe en la rodilla izquierda, y tras un examen sobre el terreno, los médicos aconsejaron a Zidane retirar al delantero. El técnico tardó media hora, alegando que Benzema le había dicho que estaba bien. Fuentes del club indican que entonces equivocó el cambio: en lugar de sacar a un mediapunta que se asociara con Cristiano y Bale, dio entrada a Jesé, otro atacante muy vertical. En la plantilla recuerdan que James o Isco habrían sido los especialistas indicados.

Benzema se duele en el suelo de la rodilla.
Benzema se duele en el suelo de la rodilla.ODD ANDERSEN (AFP)

El descanso. Cuando el árbitro pitó el descanso más de un jugador entró al vestuario expectante ante lo que se suponía debía ser un discurso incendiario del entrenador arengándolos para presionar bien arriba. Pero lo que se encontró la plantilla en el camerino fue la versión más ponderada de Zidane. El técnico pidió calma. Dijo que ante todo debían ser prudentes, no perder las posiciones ni la paciencia, y que así llegarían las ocasiones de gol. Indicó que era fundamental que Modric, Casemiro y Kroos mantuvieran la estructura original puesto que perder las vigilancias podría exponerlos a recibir el tercer gol y eso sería fatal. La charla enfrió al equipo. El Madrid remató dos veces a puerta antes del descanso y una vez después. El Wolfsburgo tiró cinco veces en la primera parte y dos en la segunda.

Los cambios. Recuerda un futbolista que el Madrid perdió claridad en ataque en la medida en que el Wolfsburgo se atrincheraba para proteger la ventaja conseguida. Los espacios se redujeron y Bale, tapado entre líneas, fue un objetivo difícil de localizar para sus compañeros. La situación demandó más creatividad. Introducir a James o a Isco y sacar a Casemiro. Pero Zidane, fiel a su plan, no improvisó. Mantuvo al brasileño y sustituyó a Modric por Isco. El equipo acabó empantanado.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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