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El Atlético, con la fuerza de Saúl y el desborde de Carrasco ante el Barcelona

Simeone intuye un partido intenso, veloz y de contacto en el que el papel del canterano y del belga frente al Barcelona se antojan decisivos para continuar en la Champions

Ladislao J. Moñino
Carrasco se zafa en carrera de Dani Alves en el partido de ida.
Carrasco se zafa en carrera de Dani Alves en el partido de ida.Albert Gea (REUTERS)

Desde el domingo pasado, en esquinas barriales y anónimas, en fachadas de bares de plaza de pueblo, en puentes de autovías o en ciudades remotas han aparecido pancartas de apoyo al Atlético bajo ese lema "siempre hay que creer" en el que se envuelve el Atlético de Diego Pablo Simeone cuando olfatea noches de gloria. La fabricación artesanal, el anonimato de los autores en la mayoría de los casos, la irregularidad de las letras y la sorprendente ubicación le confieren a la campaña cierto aire de resistencia clandestina.

Entre la hinchada, el cuerpo y técnico y los jugadores del Atlético se percibe un magma emocional y silencioso destinado a una erupción desbocada cuando el colegiado, el italiano Rizzoli, ordene el saque inicial. “Será un partido de velocidad, de intensidad, y de contacto". Durante estos días, algunos jugadores como Koke han expresado su ansiedad por iniciar el partido para descargar la electricidad que les genera el duelo. El clima creado liga con esas raíces históricas de fuerza y velocidad que Simeone ha reinstaurado y redifundido desde su regreso al Atlético.

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Los entrenamientos previos han sido muy intensos y también han estado inflamados por esos mensajes emocionales. El martes, en la grada lateral del Cerro del Espino, apareció un inmenso trozo de tela que rememoraba la frase preferida de Luis Aragonés: “ganar, ganar y ganar”. La pancarta estaba situada justo a la espalda donde los jugadores del Atlético completaban uno de esos ejercicios que el Profesor Ortega diseña para afilar lo que se considera un pico alto de forma física. Sujetados por una goma elástica en la cintura y en parejas de dos, los futbolistas de Simeone debían acudir al remate de cabeza tirando de las gomas. Más que a cabezazos, los muchachos se esforzaban por fusilar a Oblak y a Moyá a frentazos. El primero en ejecutar el ejercicio junto a Fernando Torres fue Saúl, que embestía más que remataba. Su entrenador le observó con satisfacción.

Protegidos

Desde que se supo el calendario, Simeone ha mimado a Saúl y los servicios médicos del club se han preocupado de tenerle a punto. Saúl abandonó la concentración de la selección sub-21 por molestias en un tobillo e inició una recuperación que le permitió ser ya alineado contra el Betis. Su despliegue, como el de Gabi, fue descomunal en el Camp Nou. Que no jugara en Cornellà-El Prat ante el Espanyol anticipa que Simeone le tiene reservado un papel trascendental para el partido de esta noche. No habrá un jugador en el campo que pueda realizar el despliegue físico de Saúl. El chico, que no ha aceptado la oferta de renovación del club, se ha asentado en el once tras la lesión de Tiago. En sus primeros partidos como titula se vio que aún no estaba para jugar de mediocentro por delante de los centrales, pero sí para tener peso y presencia en todo lo que sucede del centro del campo hacia adelante. También se le ha percibido más suelto en los partidos grandes, tras su desmoronamiento en la vuelta de los cuartos de final de la edición pasada disputada en el Bernabéu. Simeone apostó por él y dejó a Gabi en el banquillo buscando su llegada desde segunda línea. Saúl ahora es un futbolista más curtido que aquel que erró un gran número de balones en aquel duelo con el Madrid.

Saúl es, con Carrasco, otro de los jugadores que se antojan claves en el devenir del partido. También abandonó su selección por lesión. Junto a Saúl es la incorporación más notable al once de cabecera de Simeone en lo que va de curso. Que el técnico opte por dejarle fuera para dar entrada a Correa sería una de esas sorpresas mayúsculas que el técnico se guarda para este tipo de partidos. La otra sería que optara por jugar con los dos más Griezmann y sacrificar a un mediocentro.

Carrasco es un extremo de regate raro. Se lleva la pelota a trompicones en muchas de sus arrancadas, pero cuando ha cogido la velocidad de crucero ha resultado una pesadilla para la defensa del Barça. Lo fue en el partido de Liga en el Camp Nou y también en el del pasado martes. “Cuando vino era un jugador más frágil, está aprendiendo a competir al nivel del Atlético. Tiene desequilibrio en banda y es el jugador diferente de la plantilla”, le describe Gabi. Si juega en punta como lo hizo en Liga entrará en la mira telescópica de Koke, que sin Torres necesita que alguien haga e interprete sus desmarques. Una de las claves en la mejoría del juego rojiblanco muy necesaria para esta noche. "Se encontraron mejor los que corren y Koke que es el pasador", analiza Simeone.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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