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El Betis firma la permanencia

Las Palmas, relajada, exhibe toque, pero cae en inferioridad numérica y en el tramo final con un gol de Van Wolfswinkel

Rafael Pineda
Petros pelea el balón con Javi Garrido.
Petros pelea el balón con Javi Garrido. Paco Puentes (EFE)

Le costó un mundo al Betis casi certificar la permanencia. Lo hizo gracias a un gol de Van Wolfswinkel cuando faltaban siete minutos para el final. El conjunto andaluz, con enormes limitaciones, encontró la luz gracias a un gran pase de Dani Ceballos y una fantástica acción del delantero holandés, que anotó su primer gol en la Liga. Así tumbó a un rival, Las Palmas, que jugó con su soltura habitual, aunque le faltó un punto de tensión después de una impresionante racha de 19 puntos de 24. La brillante trayectoria del conjunto de Quique Setién se rompió en el Benito Villamarín, para felicidad andaluza, para contrariedad de un equipo que jugó toda la segunda parte con un futbolista menos por la rigurosa expulsión de Aythami. Una jugada que marcó mucho el encuentro, pues obligó a Las Palmas a un intenso despliegue que estuvo a punto de darle un empate, pues el Betis, por más que Merino movió sus piezas, se mostró incapaz de desarbolar a su rival.

Lo hizo en una acción aislada gracias a un pase brillante de su mejor talento, Dani Ceballos, y al olfato goleador de Van Wolfswinkel. Un gol que llegó casi de milagro, pero que se produjo para prácticamente firmar la permanencia del Betis, que llega a los 41 puntos. No es matemática, pero solo una debacle en los cuatro últimos partidos mandaría al equipo hispalense a Segunda.

Con la tranquilidad de tener los deberes hechos y con un punto de relajación. Así se plantó Las Palmas en Sevilla, donde le esperaba un Betis también con media permanencia en el bolsillo, aunque con ganas de preparar a su gente para el derbi del domingo ante el Sevilla. Fue más intenso el equipo de Merino desde el inicio, pero se dio de bruces con el fútbol de seda del conjunto canario. Setién renovó mucho su once, con Jonathan Viera y Roque Mesa en Canarias, pero lo verdaderamente importante de este equipo es la esencia. Así, el sello de su técnico se plasmó en un fantástico dominio del balón por parte de Las Palmas, que durante buena parte de la primera mitad jugó al gato y al ratón con los jugadores del Betis. Fue un inmenso rondo el que promovió el equipo de Setién, aunque se olvidó de un factor esencial: el gol. El Betis no sufrió ningún apuro ante el toque continuo de su rival, que disfrutaba jugando, aunque jamás llegaba. Es evidente que si tienes el balón tampoco sufres, pero el Betis sí dio alguna sensación de peligro cuando era capaz de robar y salir con cierta rapidez. Así, a Rubén Castro se le anuló un gol por centímetros a los 18 minutos y a los 27 el propio Rubén cabeceó alto un gran centro de Joaquín.

El rondo se lo cargó Vicandi Garrido. El colegiado expulsó a Aythami por una segunda amarilla demasiado rigurosa. Era el minuto 41. Las Palmas, entonces, no tuvo más remedio que pasar del toque al repliegue.

Lo hizo bien el conjunto canario, manteniendo el balón con eficiencia ante un Betis de escasos recursos para desmontar a un equipo perfectamente colocado. Merino introdujo varios cambios, pero sus jugadores mostraron sus limitaciones técnicas, agobiados por el buen planteamiento de Las Palmas, que tocaba y tocaba para desesperación de una grada que asistía, impotente, a la incapacidad de su equipo para ganarle a Las Palmas, plagada de suplentes y con 10.No tuvo paciencia el Betis, que cantó bingo gracias a la fulgurante aparición de su mejor talento. Entonces llegó el pase adelantado de Dani Ceballos y la brillante acción de Van Wolfswinkel. El gol reventó las gargantas de los aficionados del Betis, que pueden ahora festejar la permanencia y pensar en el derbi del domingo.

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