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Kelly Slater crea la ola artificial perfecta… ¡Y funciona!

El invento abre un debate sobre si estas piscinas cambiarán el surf para siempre

Álvaro Romero

A 170 kilómetros de la costa uno no espera encontrar la ola perfecta, pero Kelly Slater, 11 veces campeón del mundo de surf, lo ha hecho posible. El deportista y empresario, que el pasado diciembre dio a conocer las primeras imágenes del invento que ha desarrollado su empresa, ha publicado esta semana nuevos vídeos que han hecho las delicias de los aficionados a las olas. La onda es perfecta, hueca y larga como ninguna otra de las olas artificiales que se han creado hasta la fecha. Por esto, abre un abanico de posibilidades para un deporte que, aunque nunca podrá existir sin el mar, sufre por la masificación y depende exclusivamente de las condiciones meteorológicas.

En esta ocasión, Slater, de 44 años, ha invitado a algunos de los surfistas profesionales que compiten contra él en el circuito mundial y a algunas leyendas para que prueben su ola. Aunque su creador guarda en secreto la tecnología que impulsa las ondas, se sabe que la clave está en el fondo de la piscina. La instalación de la Kelly Slater Wave Company, cuya localización exacta no se ha hecho oficial pero corre de boca en boca entre los surfistas de California, mide cerca de 650 metros de largo y unos 36 metros de ancho.

“Mi impresión cuando vi la primera ola fue de incredulidad. Es una piscina plana y, de repente, aparece la onda”, comenta en uno de los vídeos Nat Young. Este estadounidense ha dejado a más de uno boquiabierto aguantando en el interior del tubo de la ola hasta 29 segundos, toda una eternidad. “¿Quién quiere salir de un tubo así?”, añade en otra de las grabaciones de la ola artificial la actual campeona del mundo, Carissa Moore.

En línea con el compromiso de Slater con el desarrollo sostenible y su respeto al medioambiente, la piscina funciona gracias a la energía solar gracias a su alianza con una filial de Pacific Gas Electric Company. Este campeón del mundo que empezó a ganar campeonatos de primer nivel con 20 años lleva trabajando en el proyecto durante los últimos 10 años.

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La primera ola artificial se creó en 1969, pero desde entonces no se había llegado al nivel de perfección, tamaño y consistencia de la máquina de Slater. En los últimos años, además, se había avanzado más del lado de las piscinas de olas basadas en agua proyectada con fuerza sobre una superficie curva que en generar auténticas ondas como la que se oculta en el interior de California. También se celebran competiciones en piscinas de olas, como la celebrada el pasado septiembre en Gales, Reino Unido, con el patrocinio de Red Bull y la tecnología de la empresa Wavegarden, al frente de la cual está el ingeniero vasco Josema Odriozola y la economista Karin Frisch.

Ahora, Slater ha abierto un amplio debate en las redes sobre cómo afectará su invento al futuro del surf. Así, contar con piscinas de olas en casi cualquier parte podría generalizar el acceso a este deporte, previo pago de la entrada al recinto en cuestión, por supuesto. A su vez, contar con olas de calidad con solo darle a un botón haría las delicias de federaciones y patrocinadores a la hora de organizar campeonatos y, sobre todo, retransmitirlos a la hora prevista a todo el mundo con altos niveles de audiencia. También, por qué no, podría consolidar sus opciones de ser un deporte olímpico tras la tentativa anunciada para Japón 2020.

Sin embargo, los más escépticos piensan que las olas artificiales dejarán sin esencia a un deporte que está ligado al 100% a la naturaleza, el análisis de las previsiones meteorológicas y la conquista de nuevas playas, costas y países.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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